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Miércoles, 18 de noviembre de 2015

CULTURA › EL DIARIO DE ANA FRANK DEBERíA FORMAR PARTE DEL PATRIMONIO PúBLICO A PARTIR DE 2016

El libro que todos quieren editar

Para evitar perder su exclusividad editorial, la Fundación Ana Frank planea incorporar un “coautor”: Otto Frank, padre de Ana, quien hasta ahora sólo figuraba como editor del libro.

 Por Silvina Friera

El “jaque mate” al dominio público –que una obra pueda ser explotada libremente por quienquiera, una vez que los derechos patrimoniales han expirado– es una trampa que debería encender las alarmas mundiales de los lectores y editores. El Diario de Ana Frank –escrito por Annelies Marie Frank Hollander, una niña judía alemana que narró los casi dos años en que se ocultó de la persecución nazi junto con su familia y otras personas en Amsterdam, hasta que fue delatada y enviada al campo de concentración de Bergen-Belsen, donde murió de tifus en marzo de 1945– debería formar parte del patrimonio público a partir del 1ª de enero de 2016, fecha en la que se cumplen los 70 años de la muerte de su autora, como estipula la legislación de la mayoría de los países europeos. Por una cruel ironía del destino, también el primer día del próximo año se liberan los derechos de Mein Kampf de Adolf Hitler. Pero al margen de la coincidencia, la Anne Frank Fonds (la Fundación Ana Frank), que gestiona los derechos de autor del diario, traducido a 60 lenguas, decidió interpretar la cuestión de un modo polémico al incorporar un nuevo “coautor”: Otto Frank, el padre de Ana, único sobreviviente de la familia, quien hasta ahora figuraba sólo como editor del libro, fue el encargado de recopilar los textos, eliminar algunas partes que consideró demasiado íntimas y publicar la obra de su hija en 1947. Como Otto murió en 1980, la Fundación plantea que el copyright de la obra se extendería hasta el 2050.

¿Es el padre de Ana Frank el coautor del diario? ¿Por qué no se hizo este “reclamo” en 1947, cuando circuló la primera edición del Diario...? Viene a la mente un fragmento de un pequeño libro altamente recomendable, para ensayar algunas respuestas provisorias: Contra el copyright (Tumbona ediciones). “Los apologistas del copyright emplean con frecuencia palabras como ‘robo’ y ‘hurto’ para referirse a la violación del copyright. Al mismo tiempo, piden que tratemos al sistema legal como si fuera una autoridad ética: si copiar está prohibido, debe ser malo. En este contexto es pertinente mencionar que el sistema legal de muchos países rechaza la idea de que la violación del copyright sea una forma de robo o de hurto. De manera que los apologistas del copyright hacen un llamamiento a la autoridad, mientras que veladamente tergiversan lo que la propia autoridad dice”, advierte Richard Stallman (Nueva York, 1953), reconocido activista del movimiento de copyleft. En caso de que se considere al editor como coautor, ¿se podría “revisar” el copyright de los libros publicados en el último siglo? ¿Podría algún familiar de un editor clave como fue el francés Jérôme Lindon (1925-2001), de Ediciones Minuit, reclamar la coautoría sobre las obras de Samuel Beckett o Marguerite Duras, por mencionar apenas dos autores de su catálogo?

La Fundación Ana Frank con sede en Basilea (Suiza), creada por el padre de Ana en 1963, argumenta que el trabajo de Otto a la hora de editar los diarios le darían el crédito para tener el título de coautor, algo que no se había solicitado nunca antes. Miep Gies, una de las mujeres que ayudaron a la familia Frank, le entregó a Otto el cuaderno de su hija que había encontrado en el escondite de Amsterdam. El original del diario fue revisado y corregido por el padre, quien suprimió algunos pasajes, sobre todo aquellos en los que se refería críticamente a sus progenitores, como también partes que contenían detalles más íntimos de la sexualidad de la autora. Además, cambió los nombres del manuscrito por las verdaderas identidades de su familia y mantuvo los seudónimos en el caso de las otras personas mencionadas. La primera edición del diario se publicó en 1947 con el título Het Achterhuis (La casa de atrás) en Holanda. Desde entonces el libro se convirtió en uno de los testimonios más conocidos en el mundo entero; fue un best seller en Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña, y llegó a vender más de 350 millones de ejemplares. En 1986 se publicó la primera edición crítica del Diario... en la que se comparaba el original con las modificaciones paternas. Pero en 1988 aparecieron cinco páginas nuevas del cuaderno de Ana Frank que Otto le habría entregado a Cornelius Suijk –antiguo director de la Fundación- poco antes de su muerte en 1980, y que finalmente se incorporaron en la edición definitiva partir de 2001.

La maniobra de “jaque mate” ha ocasionado un obstáculo imprevisto para el Museo de Ana Frank en Amsterdam. La fundación sin ánimo de lucro que gestiona el museo estaba preparando ediciones comentadas online del diario, que se publicarían cuando expirasen los derechos. Maatje Mostart, representante de la casa museo, ha explicado que la publicación de estos trabajos divulgativos gratuitos aún no se ha decidido y siempre se hará de acuerdo a la legalidad. Mostart ha rechazado la idea de que ni Otto ni ninguna otra persona puedan ser coautores del diario. Yves Kugelmann, uno de los administradores de la Fundación Ana Frank, aseguró que la institución se ha negado a que frases del libro de Frank aparezcan en remeras y tazas. “Somos una organización que realmente cuida del Diario... y se asegura que se publique de forma auténtica y en su integridad”. La tramoya de los custodios de la autenticidad no debería asombrar; son los nuevos “piratas” que buscan como sea retener sus privilegios.

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El diario... vendió más de 350 millones de ejemplares.
 
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