Domingo, 28 de abril de 2013 | Hoy
MEDIOS › TRISTAN BAUER, UNA ENTREVISTA A FONDO SOBRE LOS MEDIOS PUBLICOS
Con cinco años de trabajo en sus espaldas, el presidente de Radio y Televisión Argentina se presta a una entrevista que no esquiva ningún tema y en la que, ante todo, rescata el resurgimiento de los medios del Estado tras años de destrucción.
Por Emanuel Respighi
Militante y funcionario. En ese orden, esa es la definición que le cabe a Tristán Bauer, presidente de Radio y Televisión Argentina, sociedad del Estado que controla la TV Pública, Radio Nacional y Radiodifusión Argentina al Exterior (RAE). Una manera de describir al cineasta –su vocación artística, su gran pasión– de la que el protagonista no reniega. Más bien lo contrario. “La militancia es una elección de vida”, dice. “Cuando uno tiene una identidad, cuando cree en eso y hace una tarea social, el militante no sólo se hace cargo de su condición, sino que la muestra con orgullo”, agrega en la extensa entrevista con Página/12. Creador de Canal Encuentro y activo promotor de las señales inauguradas en estos años por el Estado, Bauer es una pieza clave en el desarrollo que tuvo el sistema de medios públicos, que convirtieron a la Argentina en un horizonte a seguir por el resto de los países de América latina.
Cuando asumió en 2008, Bauer le dijo a este cronista que su paso por la función pública iba a ser breve, para luego volver al cine. Casi cinco años después, el realizador de Iluminados por el fuego sigue en funciones. ¿Qué pasó? “Sigo teniendo la fantasía de volver al cine. Lo que pasa es que estamos inmersos en una dinámica histórica, tanto aquí como en América latina, que me obliga a seguir aportando desde este lugar. Y no lo digo como sacrificio, porque a pesar de las dificultades tengo un profundo agradecimiento a ser parte de esta transformación. Me sigo sintiendo un animal cinematográfico, pero siento que es muy importante lo que estamos haciendo”, detalla.
–Esa necesidad de seguir, ¿tiene que ver con el artista o el militante de un proyecto político?
–Como militante, más que como artista. Nací en 1959, en los ’70 fui militante de la UES. Tuve compañeros muertos y desaparecidos. Aquel pasado y este presente me comprometen a estar donde estoy. Le voy a agradecer siempre a Néstor (Kirchner) y a Cristina (Fernández de Kirchner) el haberme dado esta responsabilidad. Desde mi condición de artista, sueño todos los días con volver al cine, con dirigir a un actor, con crear una imagen. Pero por ahora está en el terreno de los sueños.
–Como también fue un sueño Encuentro...
–En Argentina no existía un canal de TV del Ministerio de Educación. Asumí el rol de funcionario, llevando adelante la creación de un canal en el marco de una sociedad del Estado. Y lo hice desde la inexperiencia que existía, pero con la conciencia del rol que me tocaba.
–Después vino la responsabilidad de presidir el Sistema Nacional de Medios Públicos. Los arquitectos dicen que es más fácil construir una casa desde el primer ladrillo que hacer reformas. ¿También es así en la pantalla chica?
–Coincido. Fue muchísimo más fácil la creación de Encuentro que llegar a un canal con casi 60 años de vida, con lo bueno y lo malo, para desarrollar a partir de allí un proceso de transformación.
–Cuando asumió en el SNMP, ¿la idea era lograr la sinergia entre el canal y la radio, o ya estaba la idea de de-sarrollar señales de TV?
–No. Cuando asumí la prioridad, la brasa candente era Canal 7, que tenía enormes problemas. Desde el punto tecnológico el deterioro era inmenso, la desmotivación era general, con una autoestima muy vulnerada. Los primeros años fueron de renovación tecnológica y de trabajar mucho la autoestima. Acá hubo un plan de destrucción de Canal 7 y Radio Nacional, puesto en marcha con mucha precisión y éxito. Siento una gran valoración y respeto por el gobierno de Raúl Alfonsín, pero en los primeros años de construcción democrática hubo un plan de destrucción de los medios públicos, hasta la asunción de Néstor Kirchner. ¿Cómo podemos verificar ese plan? Primero, en la desinversión tecnológica. Cuando no se renuevan las cámaras ni los equipos transmisores, dejando la misma tecnología que las de 1978, es muy difícil. Si, además, se desinvierte la transmisión de TV por aire para profundizar la de cable, y se deja que el Grupo Clarín coloque a la emisora pública en el canal 6, sabiendo que es atravesado por la frecuencia de las FM y se ve mal, las pruebas parecen irrefutables. Ese sistema de demolición llevó a los niveles de audiencia, calidad y amor por lo público a niveles catastróficos.
–Cuando asumió en el SNMP se planteó armar una programación de Canal 7 que forme, informe y entretenga. ¿Cuál es la evaluación hoy?
–Cinco años después, el plan general sigue siendo el mismo. Ocurrieron dos hechos muy importantes en la historia de la Argentina. Una es la sanción de la ley de medios, hoy bloqueda por el Grupo Clarín, pero que más temprano que tarde se va a implementar en su totalidad. Y la otra es la aparición de la Televisión Digital, que profundiza el concepto de TV pública con canales de temáticas específicas como Encuentro, Pakapaka, DeporTV, IncaaTV, TecnópolisTV, más el aporte de privados. En este marco, las emisoras públicas trabajan hermanadas en lo que va a significar la TV digital.
–A medida que se masifique la TDT, ¿la idea es que Canal 7 recupere el perfil generalista y los contenidos de temática específica se emitan por el resto de los canales creados?
–Sí. DeporTV va a crecer y muchas de las transmisiones deportivas que vemos por el 7 se van a ver por DeporTV. Para llegar a ese punto tenemos que profundizar el desarrollo de la TV digital y desde DeporTV acercarnos a otras plataformas para darle mayor visibilidad. Estamos trabajando con planes anuales. Este año estamos trabajando en el fortalecimiento de las señales. 2014 va a ser un año de consolidación y crecimiento.
–El Fútbol para Todos es un contenido valioso en términos televisivos, de transmisión de valores y de integración comunitaria y familiar. Sin embargo, ¿fue un condicionamiento a la hora de pensar la programación?
–Un problema, no. De no tener fútbol a pasar a tener todos los partidos y hacer alianzas con otros canales, fue algo estupendo. Es un problema, pero al mismo tiempo una enorme virtud y posibilidad. No utilizaría la palabra condicionamiento. Fútbol para Todos es consecuencia de una decisión política firme, extraordinaria. Nos obligó a trabajar en esa línea. Fue muy bueno para la sociedad argentina y para el 7. Y gracias a FPT nació DeporTV. Muchos de los contenidos de FPT van a poblar esa pantalla.
–Hace 15 años, era tal el deterioro de los medios públicos que ni siquiera se discutían. Hoy forma parte de un debate permanente, no sólo en Argentina sino en el resto de América latina. ¿Es para celebrar?
–Es extraordinario que se debata el rol de los medios públicos. De un escenario donde los medios públicos eran despreciados, a que hoy tengan –sea por sus elogios o por sus críticas– el protagonismo que tienen, es un orgullo. Tiene que ver con el trabajo que hicimos en todos estos años. Desde la mirada crítica o la mirada que nos pondera, es muy importante que los medios públicos se discutan y formen parte del mapa mediático.
–¿Cree que el fortalecimiento de los medios públicos se vuelve indispensable para transformar la realidad, tanto como la política?
–Los medios públicos de nuestra América tienen que reflejar este extraordinario momento de transformación. Después de años de dictaduras y de democracias débiles al servicio de la cultura del dinero, irrumpieron presidentes como Chávez, Correa, Lula, Evo, Bachelet, Néstor y Cristina, que emprendieron otra manera de encarar el gobierno. Nunca antes los presidentes representan y se parecen tanto a sus pueblos como en la última década. Los sistemas de medios públicos del continente estaban destrozados y ahora comenzaron a tener un protagonismo inédito. ¿Cómo podía ser que gobiernos votados por más del 50 por ciento de la población no tuvieran expresión, que la voz del Estado no se representara en los mapas mediáticos? Estamos trabajando en la creación de un nuevo mapa mediático, donde debe haber participación privada, pero también de otras voces, como las ONG y los medios públicos.
–Los medios públicos tienen en el país y en América latina un uso asociado a lo gubernamental, producto de la financiación presupuestaria y del funcionamiento de la gestión. Una de las críticas...
–(Interrumpe) Para muchos, que haya medios públicos es algo molesto. Y como no quieren que haya medios públicos, nos van a criticar siempre. Son molestos porque le dan la voz al pueblo, a una democracia que se expresa. Los argentinos tuvimos la suerte de haber podido sancionar una nueva ley de medios audiovisuales, que se está cumpliendo en la mayor parte de sus artículos. La creación de RTA propone la conformación de un directorio plural y multisectorial. Apenas asumí, envié a las minorías en el Congreso cartas documento invitándolos a integrar en su totalidad el directorio de RTA. ¿Cómo está compuesto el directorio de RTA? Por siete miembros: dos nombrados por el Poder Ejecutivo; un representante de los trabajadores; otro del sistema educativo; y uno por la primera, segunda y tercera minoría del Congreso. Invitamos a todos, y durante años sólo ocupó su lugar la primera minoría. Por suerte, desde hace meses el directorio está integrado en su totalidad. Este sistema democrático no existía. Fue a propuesta de nuestra presidenta que RTA tiene un directorio en el que participan las distintas fuerzas, trabajadores, universidades y representantes del Poder Ejecutivo. Ese es un paso importante.
–No hay duda de ello. El tema es la pluralidad.
–Muchos piensan que los medios públicos deben ser neutrales. No son ni deben ser neutrales. Los medios públicos tienen, en este momento histórico, una mirada hacia la construcción mediática que en nada se parece a la etapa de destrucción. A la destrucción le contrapopusimos la construcción, con renovación tecnológica y edilicia, y con los mejores periodistas y artistas. No existe la neutralidad de los medios. Tampoco existe el concepto que algunos llaman de “parcelar”, es decir: tanto porcentaje de los medios para esta mirada, tanto para aquella otra, tanto para otra. No creemos en ese concepto.
–El sistema francés lo tiene, otorgándole pantalla a cada minoría política. ¿Usted considera que la de Canal 7 es una pantalla plural?
–No lo creo, lo afirmo: Canal 7 es una pantalla plural. Ahora, si por plural se entiende ser neutral, digo que no es neutral, como no lo es ningún medio. Es plural porque arrancamos la programación con el noticiero del tiempo en todo el país. Luego viene la primera edición del noticiero, que es diverso e informa una mirada federal y latinoamericana. Después viene un programa de salud diario; luego uno de cocina; más noticieros; un ciclo que recorre el país; programación infantil, educativa, ficciones, cine... Nadie puede discutir la pluralidad de contenido de Canal 7.
–6,7,8 levanta muchas críticas.
–La oposición nos critica por 6,7,8. Y nos critican por 6,7,8 porque en esa cadena nacional mediática, donde era todo igual, sonó una campanita distinta. Y esa voz molestó, sobre todo cuando se transformó en una gran vibración. Esa voz distinta surgió desde los medios públicos. Estoy muy feliz de que así sea. Y no me cabe la menor duda de que, de aquí a 20 años, cuando se analice los medios en Argentina, 6,7,8 va a estar ahí. Algunos lo insultarán, otros lo ponderarán, algunos lo analizarán social o televisamente. Creo que 6,7,8 fue una voz fundacional y seguirá siendo así. Lo defiendo, de la misma manera que defiendo Fútbol para Todos. Ahora el fútbol es libre y gratuito para todos. Ese es otro paso extraordinario, hecho a través de los medios públicos, dado por nuestro gobierno.
–¿6,7,8 funciona como una suerte de árbol que no permite ver todo lo hecho?
–Recién recorríamos el canal y nos topamos con una muestra de Angel Vicente Peñaloza. Hace días hubo historiadores debatiendo su figura, además del ciclo que se mostró en pantalla. ¿Quién realizó el ciclo? Una productora santafesina. ¿Dónde fue rodado? En La Rioja. ¿Y los actores de donde fueron oriundos? Todos riojanos. ¿Y la provincia de La Rioja participó? Sí, muy activamente. Es decir: Canal 7 trabajó con productoras y actores de las provincias, y ese producto de TV se complementó con una muestra y un debate. Las bestias o los miserables analizan los medios públicos desde 6,7,8. No es así. Defiendo a muerte 6,7,8, pero es un eslabón más de toda una cadena de construcción.
–¿Considera que la mirada hacia Canal 7 es más politizada que artística?
–Más que una crítica, para mí la politización es un elogio. La única herramienta de transformación de la realidad es la política. Agradezco vivir en una sociedad cada vez más politizada, donde se expresen los distintos actores y donde vivamos la situación de tensión que vivimos. Hay muchos que utilizan la palabra “democracia” con una superficialidad y banalidad asombrosas. Nosotros pensamos que la democracia tiene que ser transformadora. Siempre hay tensión en el pasaje de fuerzas de un lugar a otro. La gran maravilla de América latina es vivir esta tensión y lograr hacerlo bajo el signo de la paz. ¿Cómo no va a haber conflicto si lo que se quiere es cambiar la realidad? Esa tensión, que se vivió de manera muy bestial en los años ’60 y ’70, cuando existían los ejércitos de ocupación en Chile, Argentina y Brasil, hoy se expresa de manera muy fuerte en los medios. Es una tensión que vibra en las distintas situaciones mediáticas que se dan en nuestra América. Una polémica de medios públicos no se limita al prime time. Son planes integrales. El gran debate mediático surgido a partir de la ley de medios representa lo que eran los ejércitos de ocupación en los ’60 y ’70.
–¿Qué tiene para decirles a quienes dicen que ese sistema digitado por Clarín se quiere reemplazar por un sistema digitado por el Estado?
–Tengo varias cosas para decir. Primero, que el Estado es muy bueno. Los países avanzan cuando hay Estados fuertes, democráticos, con ideas claras. Lo segundo es que en el mapa mediático los medios del Estado están volviendo a ocupar un lugar que habían perdido. Ahora no se estupidiza a la gente cortando manzanas entre culos y tetas, sumándose al discurso de las cadenas privadas. Vamos a trabajar todos juntos en la construcción de un nuevo mapa mediático. Un escenario en el que no haya un grupo monopólico y una sola mirada circulando, sino donde estemos todos representados. Los medios públicos debemos tener un rol fundamental para avanzar como sociedad.
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