CAMPEONATO MUNDIAL DE BAILE DE TANGO EN BUENOS AIRES
Los locales pisaron fuerte
El sábado se consagraron los campeones de salón y el domingo los de escenario. Cinco mil personas hicieron cola desde temprano y coparon la Rural de Palermo para alentar a sus preferidos.
Por Karina Micheletto
Machos recios que se plantan y llaman a su dama a bailar. Mujeres que cumplen con piruetas imposibles, giran sobre las espaldas de su hombre, terminan literalmente patas arriba. Adagios intensos, parejas que se abrazan cubiertas por un velo, como prometiéndose algo eterno. El tango, sobre el escenario, se transforma en un show que dispara múltiples sentidos. El III Campeonato Mundial de Baile de Tango consagró el domingo pasado a los ganadores de Tango Escenario y, finalmente, el premio quedó en manos locales: Germán Cornejo y María de los Angeles Trabichet, de Zárate, obtuvieron el título de Campeones Mundiales y los 5 mil pesos de premio. En la categoría de Tango Salón (donde los bailarines deben mostrar que son capaces de milonguear a la vieja usanza, sin los efectos ni despliegues coreográficos del escenario), disputada el sábado pasado, hubo una sorpresa: Sebastián Achával y Ximena Gallicchio, de Tandil, con 25 y 27 años, respectivamente, fueron los ganadores en una categoría que hasta ahora quedaba en manos de parejas con años de milonga encima.
Entre ronda y ronda, el grupo Plan B, que mezcla tango con hip hop y raperos de equipos de gimnasia con compadritos de pelo engominado, mostró su performance el domingo pasado. En el predio de la Rural de Palermo, que se llenó con 5 mil personas que habían hecho cola desde temprano, se percibía cierto clima general de tribuna. Había algunas hinchadas para créditos locales, fanáticos colombianos que se hacían notar, con banderas de su país, y muchos extranjeros entre el público. Entre la platea estaban el vicepresidente Daniel Scioli, su esposa Karina Rabollini, el secretario de cultura Gustavo López y muchos bailarines reconocidos, además de los integrantes del jurado, presidido por Juan Carlos Copes y con figuras como Miguel Angel Zotto, entre otros.
A la hora de definir las razones de su voto, Juan Carlos Copes fue terminante: “En general, hay mejor nivel en las mujeres que en los hombres”, aseguró, taxativo, a Página/12. “En cuestión de pasos ya no se puede inventar más nada: está todo hecho. Entonces, lo que hace la diferencia es lo más difícil de conseguir: la personalidad. Si hay una actitud que tiene que aparecer para que yo incline mi voto, es la del bailarín que pisa el escenario e impacta. Eso es lo que espero.” A su lado, la joven bailarina Melina Brufman, ex integrante de espectáculos como Tanguera y Forever Tango, también jurado, asentía: “Siempre es más difícil encontrar bailarines hombres con presencia que mujeres. Y no alcanza con que sean buenos individualmente: tienen que entenderse”. En sus planillas, cada uno de los siete miembros del jurado anotaba cifras celosamente guardadas en distintos casilleros: Composición / Precisión / Interpretación / Vestuario / Maquillaje...
Los flamantes ganadores de Tango Escenario, Germán Cornejo y María de los Angeles Trabichet, tienen 19 y 18 años, respectivamente, y 8 años juntos como pareja de baile. Empezaron, siendo nenes, alentados por sendas madres milongueras, en la Escuela Municipal de Zárate. Si hay algo que van a recordar de esta noche mágica, dicen los campeones, es el aplauso del público, que realmente sonaba como ovación cada vez que eran nombrados entre las parejas que quedaron para el desempate: “Nos conmovió el reconocimiento. Esos aplausos se sentían como los abrazos más cálidos”, dice Germán. “Ahí nos dimos cuenta de que no sólo disfrutamos nosotros lo que hacemos, sino que pudimos transmitir lo que nos pasa en esos tres minutos.” A la hora de explicar y explicarse por qué ganaron, Germán relativiza la decisión del jurado y, en cambio, apunta a la buena elección del tema que bailó (Mala junta, en versión del Sexteto Viejo Almacén): “Podría haber ganado cualquiera. Hay criterios básicos: técnica, musicalidad. Y todos los que estábamos ahí los cumplíamos. Después, en cuestión de gustos estéticos, todo es relativo. Nosotros tenemos otras coreografías donde trabajamos cosas más modernas, más fantasías, trucos.Pero esta vez elegimos un tema que transmite una síntesis de lo que es el tango: la parte sensual, apasionada, y también la divertida, más jugadita. Por eso pudimos mostrar una puesta más completa”, asegura el bailarín. Los chicos ya tienen un contrato para hacer 45 actuaciones a lo largo de dos meses en Japón, que vino junto con el premio, pero todavía no preguntaron bien de qué se trata, sólo lo escucharon cuando Fernando Bravo lo anunciaba por el micrófono. “Esa noche nos volvimos a Zárate con nuestros padres, en el 194, cargando el trofeo y el cartelón del cheque en el colectivo. Al otro día teníamos que trabajar, estudiar. Ya va a haber tiempo para el festejo”, dice Germán.
Ximena Gallicchio y Sebastián Achával, los ganadores de Tango Salón en la competencia del sábado, se conocieron bailando en la academia de la madre de ella, también fueron pareja real un tiempo y –algo que no lograron muchos grandes bailarines– siguen siendo pareja profesional, aun cuando ambos tienen nuevos novios. ¿Por qué creen que ganaron, entre 285 parejas inscriptas en la categoría? “Nosotros somos más expresivos de la cintura para arriba que para abajo. Así que mostramos un muy buen abrazo, con eso demostramos lo que sentimos por el tango”, analiza Ximena. “Y debo reconocer que tengo un compañero con un oído bárbaro, que pisa muy bien sobre la música”, halaga.
Los campeones tienen una larga lista de agradecimientos, empezando por su primer profesor de Salón, Daniel Miranda: “El nos enseñó a milonguear, a escuchar la música, no sólo a repetir el paso que te muestran. ‘Tenés que sentir, escuchar, marcar’, nos decía. Con él empezamos a ir a las milongas”, cuenta Ximena. Sebastián también agradece “la calidez de los chicos que compitieron con nosotros. Hicimos muchos amigos, sobre todo una pareja de Chile, Fabiola y Felipe. También queremos recordar a Fabián Peralta y Natacha Poberaj, son bailarines profesionales y estaban compitiendo con nosotros. Se acercaron de una forma tan de igual a igual, nos llevaron a tomar clases con su profesor, Carlitos Pérez. Así que también le agradecemos a él, que nos abrió las puertas de su casa, sin conocernos, y de paso a su esposa, que nos cocinó ravioles, y todo porque aman al tango, como nosotros”.
El sábado pasado, cuando fueron proclamados campeones, Sebastián le robó el micrófono a Fernando Bravo y empezó a agradecer públicamente a sus compañeros de competencia. La pareja terminó llevada en andas por el resto de los participantes. El público, mientras tanto, se dividía en opiniones. Una pareja de italianos despampanante (rubio, ojos celestes y porte de galán de los que ya no hay él, Gina Lollobrigida en versión tango ella, enfundados en ropas blancas los dos), que parecía hacer jueguitos para la tribuna, y encima había estado en el programa de Susana Giménez, se había ganado la adhesión de unos cuantos, que hicieron oír su protesta cuando sus favoritos salieron séptimos. El domingo, los italianos fueron a ver la Final de Tango Escenario y a disfrutar del cariño de su público, que seguía alentándolos, fascinado: “No aflojen. Vuelvan”.