“LA IMAGINACION RADICAL”
Los carnavales de la resistencia
El investigador español Marcelo Expósito habla del documental sobre movimientos antiglobalización que presentó en el Rojas.
Tarde de sol en Londres. Un helicóptero policial registra desde la altura cómo varios agentes “antidisturbios” son rodeados con habilidad por un ejército de bailarinas, superhéroes, punks y tipos más o menos corrientes vestidos de manera excéntrica. El grupo se acerca a los azules con actitud festiva y desafiante, y los cercados piden por radio que el aparato descienda un poco para desarmar la ronda. La máquina permanece quieta, porque desde la central policial ordenan que es más importante tener una filmación exhaustiva de los rebeldes que rescatar a sus compañeros de armas. Abajo, el círculo se cierra cada vez más.
Esta y otras historias reales son parte de Entresueños, un triple documental sobre los movimientos antiglobalización que el artista e investigador español Marcelo Expósito está articulando mientras recorre distintos lugares del mundo con su cámara. Bajo el nombre La imaginación radical (carnavales de resistencia), la segunda entrega del tríptico fue proyectada en el Centro Cultural Rojas, condimentando el encuentro con la noticia de que la tercera parte tendrá eje en la Argentina. El debate posterior dio pie a un oportuno ejercicio de reflexión sobre distintos métodos de intervención urbana y también permitió asomarse a la realidad europea desde una óptica poco común. “El resurgimiento de lo carnavalesco se produce cuando se empiezan a articular vínculos conscientes y translocales de lucha contra el neoliberalismo. En ese punto, el eje deja de pasar por un cuerpo que sufre para centrarse en un cuerpo que goza con la rebelión”, opina Expósito.
En sintonía, La imaginación radical (carnavales de la resistencia) recupera la experiencia del colectivo Reclaim the Streets, que el 18 de junio de 1999 tomó la city de Londres mediante un carnaval callejero, prefigurando las más recientes formas de intervención anticapitalista en el hemisferio norte. El director cree que la irrupción de ese modelo tuvo que ver con una politización radicalizada de ciertas formas de subcultura y socialización, “por fuera de las ideologías empaquetadas”. Esa situación inicial duraría poco. Expósito sostuvo que la serie de atentados en Europa ha alterado todas las rutinas, incluidas las de los movimientos insurgentes. Así, un alto grado de paranoia se ha expandido capilarmente “no sólo porque puede morir gente en el tren o el subterráneo, sino también porque en términos psicosociales el grado de inestabilidad y angustia en todos los campos es muy fuerte”. Explicó que hoy se habla en Europa de una “argentinización” de la policía, en tanto ésta ya no tiene pruritos a la hora de golpear a los activistas frente a las cámaras.
Expósito –autor de Plusvalías de la imagen, entre otros libros– afirmó que los gobiernos han empezado a girar su eje, porque el conflicto ya no se construye sobre la visibilidad o invisibilidad de la represión sino sobre la forma de “legitimar” una represión que de todas formas va a ser visible.
El artista-militante sufrió en carne propia la violencia oficial cuando en 1998 el estado de su país lo condenó por “insumisión”, inhabilitándolo por ocho años para recibir cualquier tipo de honores, empleos y cargos públicos. Hoy aquel momento no parece pesar en su vida: a sus 39 se encuentra involucrado en una marea creativa que esquiva todo culto al individualismo (no deja que le tomen fotos personales). Y se va, prometiendo volver a la Argentina con su trilogía completa bajo el brazo. Su sonrisa lleva la extraña timidez que mostraría un grano de arena si se le pidiera que hablara de su playa.
Informe: Facundo García.