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Martes, 22 de abril de 2008

LITERATURA › ALEJANDRO FABBRI Y LAS HISTORIAS NEGRAS DEL FúTBOL ARGENTINO

Una saga que viene de lejos

En su segundo libro, el periodista hace uso de un importante archivo periodístico para demostrar que los hechos de hoy tienen antecedentes lejanos. “Lo difícil es que alguien hable”, dice.

 Por Emanuel Respighi

En 1980, la revista Goles Match publicó una investigación sobre las historias negras en el fútbol del ascenso. El trabajo, dividido en tres entregas, contaba sucesos de soborno, influencias y presiones políticas puestas en juego en definiciones por el descenso de la máxima categoría a la segunda. La investigación no sólo fue una de las primeras en publicar los movimientos non sanctos que muchas veces mueven al mundo de la pelota, sino que además se trató de la primera aproximación de Alejandro Fabbri, coautor junto a Eduardo Köepl, a hechos pocos claros. “Estaba enfocada en el fútbol del ascenso porque San Lorenzo estaba peleando el descenso, del que se salvó en el ’80, pero se terminó yendo en el ’81”, aclara Fabbri, que acaba de publicar Historias negras del fútbol argentino (Capital Intelectual), suerte de continuidad y ampliación de aquella investigación.

Hinchas de Newell’s que intentaron ahorcar a un árbitro, funcionarios de primera línea que secuestraron los pasaportes de jugadores estrellas del club de sus amores para que no emigrasen, referís que se defendieron de la furia de jugadores e hinchas a punta de pistola, partidos suspendidos que continuaron tiempo después aunque sólo restaba jugar un minuto y 10 segundos (¡divididos en dos tiempos de 35 segundos!), jugadores rebelados contra la terna arbitral que se sentaron en el campo mientras sus adversarios los goleaban: estas son algunas de las historias que el libro cuenta con lujo de detalles y comentarios de la época.

Segundo libro de Fabbri (el primero fue El nacimiento de una pasión, sobre la historia de los clubes), Historias... hace foco en la enorme cantidad de hechos nunca aclarados que signan al deporte más pasional de los argentinos, y que demuestra que el nivel de violencia, impunidad y privilegios que parecen signar a estos años estuvo presente desde el nacimiento del profesionalismo. Más cercano a un importante documento que pinta la identidad del fútbol argentino que a un ensayo sobre el porqué se está como se está, el libro ilumina algunos lugares oscuros de la rica historia del deporte. “Es un libro necesario porque todavía hay gente que dice que el soborno no existe, o que la política no tiene que ver con el fútbol, cuando aquí van claramente de la mano”, detalla el periodista que conduce Estudio Fútbol y Frases hechas en TyC Sports.

–El nacimiento... surgió ante la dificultad de la investigación sobre historias negras del fútbol argentino. ¿Por qué antes no pudo escribir este libro y ahora sí?

–En aquel momento no tenía el tiempo para dedicarme a la investigación, por lo que lo postergué. En Historias... no se me había ocurrido frenar la investigación en los ’70, pero cuando me di cuenta que empezaba el control antidoping, los años de incentivación, el Mundial de Argentina, y las extrañas formas en que algunos equipos intentaban ganar la Libertadores, que comenzaba a ser el torneo más importante del continente, no creí conveniente hacer 20 líneas con la historia negra de las últimas tres décadas. Esa es una investigación que continuaré más adelante, siempre y cuando las fuentes –jugadores, directores técnicos, dirigentes, árbitros– se animen a hablar.

–¿O sea que habrá otro libro con las últimas tres décadas? Suponía que la investigación llegaba a 1970 porque comienza la gestión de Grondona al frente de la AFA y se hacía más complicada la investigación...

–No tiene nada que ver con Grondona, del cual soy crítico en muchos aspectos, aunque reconozco que con él en la AFA salieron campeones impensados en otras décadas. El problema es lograr que alguien relacionado al fútbol cuente algo. Es muy difícil. Los árbitros no hablan, los dirigentes tampoco.... ¿Quién puede tirar la primera piedra si todos los clubes en algún momento hicieron cosas raras?

–El libro se basa y transcribe crónicas deportivas de distintos medios. ¿Esa estructura fue buscada de entrada o fue la única manera que tuvo de documentar los hechos ante las escasas fuentes de primera mano?

–Tener que ponerme a buscar ex jugadores, dirigentes o árbitros de la época, que además de estar vivos digan la verdad, iba a ser muy complicado. Y la realidad es que hay acusaciones realmente duras de los diarios de los ’30 y ’40. Las pocas notas que hice con ex jugadores como Carlos Sosa y Francisco Varallo no sirvieron de mucho.

–Lo que deja en claro es que el fútbol está turbio desde su creación.

–Capaz que el fútbol de otros países también nació oscuro, no lo sé. Pero hay una cuestión social que hizo que aquí naciera con un manto negro sobre sus espaldas. Tiene que ver con nuestra idiosincrasia, conformada por raíces italianas y españolas, permeable a sacar ventajas, a mover influencias, a hacer excepciones a la regla. En 1939, el primer árbitro inglés en dirigir en el país, Isaac Caswell, declaró que los jugadores argentinos simulaban mucho las faltas. En 1948, cuando la AFA importó árbitros ingleses, no por casualidad cambió la posición en la tabla de los equipos: en 1949 Platense sale segundo, Boca se salva del descenso en la última fecha, en 1951 Banfield juega la final con Racing... Los árbitros ingleses empiezan a cobrar penales que los argentinos dejaban pasar.

–En el libro agradece al fútbol, “aunque muchas veces haya que tragar saliva”. ¿Cómo explicarle al lector que debe seguir siendo fiel a la pasión que despierta el fútbol con tantos manejos turbios detrás?

–Es que no todo está arreglado, ni todos son corruptos. Uno se puede enojar ante tremenda evidencia, pero ¿quién puede decir cuál es el porcentaje de arreglo? El problema es cultural porque los argentinos le damos una importancia mayor al fútbol de la que tiene o debería tener. El tema de fondo es la locura que envuelve a la gente cuando va a la cancha y que sigue toda la semana, ante tantos diarios deportivos y programas de radio. Hay que hablar de todas estas cosas para cambiar la realidad que envuelve al fútbol y a la sociedad. La política no es lo único corrupto de Argentina.

–¿Por qué los medios de hoy no suelen hablar de casos de sobornos, sospechas y de la violencia imperante como antaño?

–No se suele hablar de los manejos turbios porque no vende, no quieren o no pueden. En Estudio fútbol hablamos de estas cosas, pero en el mismo canal hay programas que no hacen mención alguna. Por eso me interesaba transcribir cómo contaban los hechos los diarios de la época, traer otro leguaje y otras formas periodísticas sobre los hechos. El periodismo deportivo actual está mucho más volcado a la superficialidad, a la no investigación, por censura, autocensura o porque no interesa. Hay gente que piensa que si uno cuenta determinadas cosas que opacan al fútbol, la gente va a dejar de ir a la cancha o de verlo por TV.

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“En Estudio fútbol hablamos de estas cosas, pero en el mismo canal hay programas que no hacen mención.”
Imagen: Bernardino Avila
 
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