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7-Lucero

Mariana Pereiro y Guillermo Capocci. La Cantora Discos

Mariana Pereiro y Guillermo Capocci exploran las posibilidades del dúo acústico haciendo lucir guitarra y voz en un clima que se propone tan íntimo como novedoso, en algunos temas que fluyen guiados por el juego y la improvisación. El repertorio tiene tanto de folklore argentino y latinoamericano como de anclajes urbanos, y propone un mestizaje que casi nunca suena forzado. La muestra más acabada de este logro podría estar en el comienzo del disco, con “Blackbird”, de McCartney, reunido con una copla popular del noroeste. K. M.

8-Las penas alegres

Petrona Martínez. Suramusic

Una de las paradojas de la llamada “world music” es que cuanto más despojada es la propuesta, más sofisticada suena en los oídos de la corrección política. Algo así ocurre con Petrona Martínez, la cantante del Caribe colombiano a la que “sacaron” de sus labores junto al río para que le cantase al mundo sus “aires del bullerengue”. Lo cierto es que esta mujer no necesita mucho más para conmover: una voz que se parte de sincera y un puñado de instrumentos percusivos que la acompañan. Lo demás lo pone la vocación por el exotismo de quien la escucha. F. D.

7-The final frontier

Iron Maiden. EMI

Si alguien quiere volver a vivir los tiempos de Powerslave, éste no es el disco indicado. El disco indicado sería, en ese caso, Powerslave. The final frontier pretende complejizar la estructura básica del heavy metal, con ambiciones progresivas que funcionan sólo de a ratos. Con una estética futurista, Maiden propone una vuelta de tuerca al pasado, que es en definitiva su target. Pero cada tanto –en los temas “The alchmist” y “The talisman”, por ejemplo– Dickinson y los suyos se reencuentran con aquel groove metalero insuperable. Y vale la pena. F. D.

8-Las Cosas

Solarística. Prius Discos

Aunque en su segundo disco Las Cosas, reducido a (¿power?) trío, continúe en su veta experimental y esencialmente instrumental –sólo aparecen voces cortajeadas en un tema–, a varios de los tracks aquí contenidos debería describírselos como “canciones”. Son esos en los que la guitarra de Pablo Gallardo toma “la voz cantante” para conducir al oyente a través de las atmósferas oníricas que proponen sus compañeros. En otros pasajes, la voluntad lúdica en el campo de los sonidos cobra preminencia, pero a la larga terminan venciendo las melodías. Para paladares exquisitos. R. C.