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Miércoles, 8 de febrero de 2006

CINE

Los herederos sensibles

Los herederos más recientes de James Dean son los cowboys gays de Secreto en la montaña, erguidos en la pradera con sus camisas texanas y sus camperas de cuero como si el tiempo no hubiera pasado. Los chicos sensibles Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal) reproducen 50 años después los mismos resortes publicitarios que nacieron allá lejos: quiebran al rudo sin exterminarlo, insertan el valor sensible en el dominio del machismo, se vinculan en una mezcla de sentimiento fraternal y despertar del deseo. Los nuevos héroes queer sacan del armario al Dean de Rebelde sin causa, como si esta vez sí existiera la causa; sorprendiendo por la vigencia con la que mantienen una posición ante el mundo que nació con Dean y todavía no reformuló sus rasgos: negativa a los rótulos, ambigüedad sexual, apropiación de los valores y jerarquías viriles.

Para una serie de parecidos y diferencias entre Ledger, Gyllenhaal y Dean, podría decirse que –como aquél– los cowboys gays reproducen un modo de vincularse entre ellos y con el mundo: la erotización del vehículo motorizado, la fetichización del jean y del cuero (en Secreto..., también de la lana), la transgresión de la amistad masculina entre dos hasta derivar en otra cosa (como en los famosos affaires de Dean con estrellitas de su época) y la insistencia en transgredir un modelo aceptado de vivir, trabajar, formar familias y en la victimización a cargo de un aparato de dominación que los agrede y los supera. En cambio, los cowboys dirigidos por Ang Lee se diferencian de James Dean en la cortedad de su rebelión (sólo en Brokeback Mountain) y en sus permisos para exteriorizar. Si el astro de Dean se basó en “dar a entender...”, los héroes queer dan el paso revolucionario que en los ’50 ningún estudio de Hollywood hubiera ni siquiera imaginado: contar el melodrama épico candidato al Oscar de todos los años, pero en abierta exclusión de la heroína, en un mundito que no consagra un hijo díscolo sino, que remueve la relación entre maridos y esposas hasta demoler el modelo familiar tradicional.

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