Al igual que la de folklore, este repaso es limitado, en su inútil gesto de tratar de abarcar un panorama tan amplio y productivo como el del tango en el último año. Este es, de todos modos, el listado inútil de los mejores:

- Hernán Lucero: Gardeliano. Difícil para un cantor de tangos dedicarle un disco a Carlos Gardel, pero aquí va Hernán Lucero, sobresaliendo con luz propia en el repertorio del más grande.

- Lucho Guedes: Soy una tarada. Podría ir en el recuadro de folklore, o en este de tango, aunque en verdad no se limita a un género: son canciones de un escritor, historias contadas con mano maestra, llevadas a la música de gran manera.

- La Chicana: Antihéroes y tumbas. También es desacertado limitar este disco al género de tango, pero teniendo en cuenta que en los suburbios de este género nació, aquí queda este CD del dúo. El pulso compositivo de Acho Estol y la bella voz de Dolores Solá siguen siendo una marca disfrutable.

- Quinteto Negro La Boca con Osvaldo Bayer + invitados: Tangos Libertarios. La unión de larga data entre este quinteto y Bayer dio fértil continuidad en este tercer álbum, una “ópera anarquista” con letras del historiador y música de QNLB. Así el tango le canta a las gestas de Severino Di Giovanni, Simón Radowitzky o de Las putas de San Julián.

- Damián Torres Quinteto: Abriendo Cancha. El director de la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba muestra con su agrupación por qué no hace falta ser porteño para curtir el tango.