En su intento por canalizar sus inquietudes, Pauls se animó a colocarse del otro lado de la cámara. Es que el actor y conductor decidió encarar su ópera prima como director, junto a Fernando Zuber (ganador el año pasado en el Bafici con el documental La soledad en el fin del mundo), posando su lente sobre la vida y obra del padre Carlos Mugica. “La película va. Lentamente, pero va”, cuenta Pauls, que también produce el film con su productora Rosstoc. “Se trata de una película muy particular, porque no es ficción ni documental. Es una mezcla entre ambos géneros. La vida de Carlos se merece que le dedique a la película el tiempo necesario. Por eso la puedo terminar en un año o cinco. No me pongo tiempos, sino que me impongo respetar la historia de Carlos”, subraya, casi como una máxima innegociable. Además, la productora se encuentran realizando un ciclo de cortometrajes sobre fútbol para Fox Sports.

–¿Qué le resulta más fácil: actuar o dirigir?

–Es menor el tamaño del conflicto. Como actor, uno tiene el conflicto de cómo decir y expresar lo que dice el texto. Pero el actor llega al set de filmación y se encuentra con un lugar preparado que está preproducido dos meses antes, el decorado está impecable gracias al trabajo de dos horas, las luces y cámaras están listas. Cuando uno se pasa al lado de los productores y directores se tiene que encargar de todas esas cosas que uno antes no hacía y en muchos casos ni siquiera sabía cómo se implementaban.