El año pasado no podría haber terminado peor: los 194 muertos de Cromañón provocaron un cimbronazo. De allí que los rubros Cromañón y Post-Cromañón en conjunto hayan obtenido 29 votos. Acaso el más incisivo fue Damián “El árabe” Ramil, de Naranjos, que votó lo peor a “la actitud de la corporación del rock con respecto a la tragedia de Cromañón”. No deja de ser curioso que lo peor del año para una gran mayoría de músicos de rock no haya sido Cromañón en sí (8 votos), sino sus efectos (21 votos). Es cierto que el rock pyme estuvo desempleado los primeros meses del año, e incluso algunos dirán ¡pero si Cromañón ocurrió en 2004! Sin embargo, suena lógico y hasta justo que se mencione en esta encuesta. Pasado el shock inicial, los excesivos controles sobre los lugares dificultaron el panorama en un contexto monopólico. Segundo, (podría hablarse de un empate técnico) estuvo la preocupación de los músicos por la visita de George W. Bush a Mar del Plata, personaje que –sumando las guerras que provoca– fue votado 22 veces. Y no deja de ser cierto que las acciones de W. provocan varios cromañones en paralelo, si se nos disculpa usar esa imagen. No es la primera vez, ni será la última, que Bush es elegido aquí como lo peor del año (sucedió en 2004, cuando se llevó el primer puesto), aunque no dejar de ser un ¿logro? para él mantenerse en el chart teniendo en cuenta ese otro difícil contrincante que tanto daño hizo. Aunque hubo menciones a muertes de familiares, al huracán Wilma (Miranda!), a “el mundo de los malos” (Vicentico), la muerte de Pat Morita y el comienzo del fin del mundo, el tercer lugar se lo llevó la muerte de Norberto “Pappo” Napolitano (cinco votos), que falleció en marzo en un accidente de moto, dejando un vacío musical. Pero bueno, a Pappo le gustaba tocar los silencios. Tal vez sea éste apenas uno de sus interminables solos.