Domingo, 4 de mayo de 2008 | Hoy
El secuestro de María Inés Luchetti de Bettanín, fue lo único que se le pudo probar a este ex policía. Otro represor, "El Ciego" José Lo Fiego lo había involucrado con su testimonio.
Por José Maggi
El represor Carlos "Dippy" Moore fue procesado en los últimos días por un delito más que concreto: el secuestro de María Inés Luchetti de Bettanín. Fue el único que se le pudo probar ya que la confusión acerca de su nombre jugo a su favor: muchos sobrevivientes hablaban del "Cura Moore", cuando en realidad el sobrenombre correspondía a Mario Marcote. El ex policía fue procesado como coautor de los delitos de privación ilegítima de la libertad, agravado por su caracter de funcionario público, y por mediar violencia y amenazas en perjuicio de María Inés Luchetti de Bettanín en concurso real con el delito de asociación ilícita. De igual modo el juez federal Marcelo Bailaque ordenó trabar embargo por 80 mil pesos sobre los bienes del procesado.
Sin embargo la confusión sobre la identidad de Moore, a quien en los primeros testimonios se lo confundió con Mario "el Cura" Marcote, le jugó a favor al represor del Servicio de Informaciones: por eso se le dictó el falta de mérito por la privación ilegítima de la libertad mediando violencia y amenazas en los casos de Angel Ruani, Ester Bernal, Marta Bertolino, a Elba Ferraro de Bettanín, Mario Luraschi, Eduardo Nasini, Graciela Villarreal y Néstor Vivono.
Sin embargo en el caso de Lucchetti, esta jamás hizo mención a Moore, sino que fue el propio José Rubén "el Ciego" Lo Fiego quien entregó una fotocopia del libro de guardia de la alcaidía mayor de la Policía de Rosario fecha el 201 de enero de 1977. Del documento "surgiría la entrega al oficial ayudante Moore de la detenida María Inés Luchetti de Bettanín"
Para el juez Bailaque ese documento y el testimonio del LoFiego "son importantes pues coloca a Moore como un eslabón más de la cadena que en el caso concreto privó de la libertad a Luchetti y lo señala como un estrecho colaborador del subcomisario Raúl Guzmán Alfaro (jefe del siniestro Servicio de Informaciones) y es quien lo vincula de manera directa al caso".
Pero no sólo en esta evidencia concreta se basó el magistrado federal para procesar a Moore: en 1984 la división Personal de la Unidad Regional II informo que Moore se desempeñaba entre los años 1976 y 1978 en el Centro de Operaciones y Oficina de Personal, y en el Servicio de Informaciones. También consta este dato en su legajo personal.
"Observo entonces -dice Bailaque- una relación directa con los dichos de la víctima en cuanto dice que fue llevada al edificio de la Jefatura de Rosario y dentro de ese lugar al Servicio de Informaciones " que funcionaba en la esquina de San Lorenzo y Dorrego.
De igual manera el juez federal entendió que Moore formó parte de una asociación ilícita "en su carácter de personal policial del Servicio de Informaciones de un grupo de personas como Leopoldo Galtieri, Ramón Genaro Díaz Bessone, Carlos Ramírez, Agustín Feced, Raúl Guzmán Alfaro, José Lo Fiego, Mario Marcote, que operaron en la dictadura, en el marco del plan clandestino y sistemático de persecución, secuestros, torturas y desaparición física de personas". La decisión del juez incluyó además la inmediata liberación de Moore, bajo caución juratoria. De igual manera Bailaque dispuso convocar a prestar declaración testimonial a Gustavo Francisco Bueno, el primero de los agentes de inteligencia que se quebró y declaró ante el CELS y la justicia.
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