"En algún cuarto/ hay alguien que escribe/ furiosamente", declara Juan Rodríguez (Rosario, 1990) en un poema de su primer libro, Hoy no parece de este mundo. El de Rodríguez es el 8º libro de la Colección Poesía del sello Tropofonía. Se presenta este sábado a las 19 en Plaza de Angeles (Buenos Aires 1092, Rosario) junto con el sexto número de la revista Apología, que dirige Santiago Beretta con un equipo cambiante de redactores/escritores y diseño por Uriel Cerezo.

"Periodismo hecho en Rosario, la ciudad del matadero", Apología sale semestralmente desde mayo de 2010. Ilustrado por Pablo Feli, Mauro Cara y Lucas Collosa, este número trae crónicas de la vida cotidiana marginal: una pensión, una esquina llamada Café con leche (entre "la Cotar" y "La Virginia") o el quiosquito de cocaína de Refinería, justo la tarde antes de que lo derribaran. Incansable escucha de la otredad, Apología entrevista a dos psicoanalistas (Juan Ritvo y Héctor Fenoglio); a una transexual que chupa pijas para pagar el hotel, y a un vendedor de drogas: "Vos les tenías que dar entre 300 y 500 pesos a la Municipalidad y lo mismo a Drogas Peligrosas, para que dejen vender... Si vendías diez bolsas, el 20 por ciento de lo ganado se lo dejabas o al dueño del boliche o al patovica, es decir a la Policía, que a la noche es tu patrón. Otro negocio es el de los abogados. A cambio de sacarte gratuitamente, vos tenés que vender para ellos... Hace poco, se hizo famoso el caso de un abogado que mató a un pibe supuestamente por defensa propia... El pibe en realidad vendía para él".

En la última página, Petula avisa que "La nueva tarjeta de transporte público, en caso de estar personalizada, dejará en la base de datos del sistema el itinerario de su recorrido por la ciudad".

"Escuchar es una forma de romper la pared que es el mundo", se pronuncia en un contundente editorial (casi un manifiesto) Santiago Beretta en colaboración con Enrique Symns, Héctor Schmucler, Antonio Cobelli, Uriel y Petula. Rosario/12 lo entrevista y Beretta dispara.

- En una nota con Eugenia Arpesella (para Redacción Rosario), hablás de salir al "encuentro con los otros" con una actitud de "escucha" y recuperando tradiciones del periodismo como la crónica narrativa...

- Básicamente, eso responde más a una necesidad mía de escuchar, conocer y aprender de los demás, de gente diferente a mí que vive de una manera distinta... si no lo hago me apago. De más grande conocí la literatura, Roberto Arlt, Hunter Thompson, Symns, Kapuscinski, y dije: "Esto es lo mío". Me gusta escuchar, entonces quiero ser periodista. Hoy en día ese periodismo es minoritario. No sé si me interesa recuperarlo, si me interesa recuperar una comunicación más sincera, puede entonces que reaparezca ese periodismo o no, pero existe una "pared mediática" que encierra la vida de la gente y no la deja ver el mundo, y el mundo entonces se convierte en una pared. Hoy en día el periodismo es como la inquisición. Lejos de proponer la escucha y el mundo como descubrimiento del otro, se ha transformado en comisario del discurso. Hoy en día vivimos en épocas de miedo al Otro. Respecto a mi actitud, hay cosas que me despiertan miedo, lugares, personas, pero quizás sea el indicador de que ahí tengo que estar entonces. Si no hay compromiso, si no expongo mi alma, lo que escribo está muerto.