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La fábrica de heladeras Bambi terminó ayer los contratos de 60 trabajadores que había tomado como reemplazos de personal en vacaciones y con licencias médicas. La noticia sorprendió ayer a los operarios que quedaron en el portón de la planta situada en Ovidio Lagos al 7100. En principio, iban a ser 80 los despedidos, pero luego de la intervención gremial, y con una protesta callejera en la puerta, la empresa efectivizó a 20 operarios y acordó la indemnización de los otros 60.

Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) indicaron que el trasfondo de esta nueva pérdida de empleos que ocurre en la región es la retracción del mercado interno y la apertura de la importación que perjudica grave a la industria metalúrgica. "Hasta ahora, todas las medidas han sido para los poderes concentrados de la economía, ni una sola para el trabajador", dijo Antonio Donello, titular del sindicato en Rosario.

En el extremo sur de la ciudad, Bambi fabrica freezers y heladeras desde 1955, y en la actualidad lo hace con una planta estable de 580 empleados. Donello le bajó decibeles a lo ocurrido ayer, aunque afirmó que "siempre es lamentable que un trabajador se quede sin trabajo". Explicó que Bambi todos los veranos contrata como tercerizados un centenar de operarios para cubrir las vacantes por vacaciones y personal con licencia médica. Al término de la temporada la empresa suele incorporar a planta a una parte de esos operarios temporarios. "Pero como el panorama esta vez está complicado, eso cambió un poco -señaló Donello- y en una primera tanda efectivizaron a 15 o 20 contratados, y hoy hicieron lo mismo con una cantidad similar, pero 60 quedaron afuera y logramos que les paguen una indemnización y el compromiso de que serán reincorporados apenas repunte la producción. Es algo que ocurre cada año, si no la fábrica tendría que cerrar 30 días por vacaciones y perdería mercado".

Donello despegó a la UOM del piquete que se levantó ayer en Circunvalación y Ovidio Lagos por los despidos. "Apareció gente de afuera y armó eso, mientras nosotros logramos que incorporen 20 más y que indemnicen a los eventuales que no entraron", dijo. "No encontramos otra solución. La única manera era reducir la jornada de trabajo, pero en esos casos puede ser peor el remedio que la enfermedad", señaló.

El gremio metalúrgico viene desde la semana pasada en alerta por lo que avizoran será un año complicado para la industria. "Lo que está pasando es la punta del iceberg. El mercado interno está parado, a Bambi, a Electrolux, a muchas les pararon los pedidos (de productos). Lo que viene de Brasil, en autopartes, es imposible de igualar, 30 o 40 por ciento más barato. Las medidas que tomó el gobierno hasta ahora fueron todas para los poderes concentrados, ninguna para el trabajador. Vamos en camino a repetir la década del '90", se alarmó el dirigente.