Miércoles, 20 de agosto de 2008 | Hoy
00:44 › POR LA FALTA DE RESPUESTA AL PEDIDO DE PLACET
Alberto Iribarne dio hoy un paso al costado y rechazó la designación como embajador de la Argentina ante el Vaticano, con el objetivo de descomprimir uno de los conflictos que el gobierno de Cristina Fernández mantiene con la Santa Sede.
"El largo tiempo transcurrido desde entonces, sin respuesta al pedido de placet formulado, ha motivado que fuera asumiendo responsabilidades políticas y profesionales que me imposibilitan representar al país en el exterior", versa la carta que Iribarne envió hoy a la presidenta.
Fuentes seguras indicaron a esta agencia que la determinación de Iribarne se enmarca en una serie de gestos entre el Poder Ejecutivo y la Santa Sede.
Incluso, el próximo paso podría darlo la Iglesia a través de unas disculpas públicas del ex vicario castrense Antonio Baseotto que, aunque dejó de ser obispo por cumplir con la edad de jubilación, sus palabras tendrían un peso importante en pos de reconstruir el vínculo.
Apenas asumió en la Casa Rosada, Fernández de Kirchner designó a Iribarne, ex ministro de Justicia, como el nuevo representante diplomático ante la Santa Sede.
Sin embargo, con el correr de los meses, el gobierno nacional entendió que la no otorgación del placet de estilo por parte del Vaticano, significaba un rechazo, en particular por la condición de Iribarne de divorciado, vuelto a unirse.
Hasta el momento, la embajada estaba encabezada por el Encargado de Negocios, Hugo Gobbi. Así, el conflicto por la designación de Iribarne se sumó a la serie de conflictos que la administración de Néstor Kirchner mantuvo con la Iglesia.
La mas dura de ellas tuvo que ver con Baseotto quien se dirigió al entonces ministro de Salud, Ginés González García, con una alegoría bíblica: "los que escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar".
Luego, durante la gestión de Cristina Fernández, se sumaron dos problemas más: el pedido para crear una diócesis en Chubut y una en Tierra del Fuego. Pero los gestos para revertir la ríspida relación comenzaron a principios de mes -el 5 de Agosto- cuando el gobierno nacional ofreció una recepción al "canciller" del Vaticano, monseñor Dominique Mamberti.
De allí surgió que la resolución de uno de los problemas: que el Vaticano desestime el proyecto de crear la diócesis de Tierra de Fuego, que excluía las Islas Malvinas de esa jurisdicción eclesiástica, después de presentar una queja formal en la curia romana.
El cambio de posición demandó una "silenciosa, pero efectiva" negociación de Hugo Gobbi, el encargado de negocios temporalmente al frente de la embajada argentina ante la Santa Sede, pero finalmente fue concretada.
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