Martes, 14 de abril de 2009 | Hoy
13:39 › "REPRESENTA UN PELIGRO PARA EL MEDIO AMBIENTE"
Alemania anunció que suspenderá el cultivo de maíz genéticamente modificado del gigante estadounidense Monsanto (el MON810), sumándose así a otros cinco países europeos que aplican la misma medida a pesar de la posición contraria de la Comisión Europea.
La ministra de Asuntos Agropecuarios y de Defensa del Consumidor, Ilse Aigner, anunció en Berlín la decisión de no autorizar el cultivo de semillas del maíz Mon 810, del grupo agropecuario Monsanto.
Aigner afirmó que tenía motivo justificado para considerar que la versión Mon 810 "representa un peligro para el medio ambiente", y explicó que por ello Alemania invocaba el recurso preventivo de salvaguarda de la Unión Europea.
La ministra insistió en que no se trataba de una decisión política, sino de una medida basada en razones científicas y apoyado en estudios efectuados en Luxemburgo, que indican que esta variedad de maíz manipulado genéticamente presenta riesgos para algunas especies de mariposas, escarabajos y organismos acuáticos.
Aún se desconoce si Monsanto recurrirá la medida ante la Justicia.
El maíz transgénico Mon 810, que en los Estados Unidos se comercializa con el nombre YieldGard, fue alterado en su estructura genética para producir una proteína como insecticida y así repeler algunos insectos lepidópteros.
Organizaciones ambientalistas temen que el cultivo del maíz modificado genéticamente pueda tener un grave impacto en el medio ambiente, como generar resistencia en los insectos y afectar de forma negativa al organismo humano.
Los detractores del maíz transgénico argumentan que el alcance de los riesgos sanitarios es desconocido, por no existir estudios de largo plazo al respecto.
El Mon 810 es cultivado en la Unión Europea, Japón, Canadá, Sudáfrica y la Argentina.
En la Unión Europea está prohibido en países como Francia y Grecia. Fue permitido en 1998 por la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (AESA) después de que no se encontraran efectos negativos en ratas que habían sido alimentadas durante 90 días con esa variedad.
Según datos de la organización ecologista Greenpeace, España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala. En 2008 se cultivaron en suelo español unas 80.000 hectáreas de maíz modificado con genes de bacterias, según la organización.
En Alemania fue especialmente fuerte la presión para prohibir el Mon 810 por parte del estado de Baviera, una importante zona agropecuaria del país, con un fuerte "lobby" entre los productores agrícolas. También se oponía al maíz transgénico la federación de productores agropecuarios.
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