Viernes, 15 de mayo de 2009 | Hoy
13:03 › VISITA DEL PAPA A TIERRA SANTA
El papa Benedicto XVI, en su último discurso en Tierra Santa, prometió que el "exterminio brutal" de judíos por el "ateo" régimen nazi nunca será olvidado ni negado, en palabras más cercanas a lo que reclamaban algunos israelíes decepcionados por su anterior referencia al Holocausto.
Al término de su gira de una semana por Medio Oriente y Tierra Santa, el Papa volvió a hacer un fuerte llamado a la paz entre israelíes y palestinos para que cada pueblo pueda vivir en su propio estado, como vecinos que confían el uno en el otro y se respetan mutuamente.
"Hagamos que la solución de los dos estados se vuelva una realidad, llevando esperanza a las muchas otras regiones que son afectadas por el conflicto", dijo Benedicto en el aeropuerto de Tel Aviv, donde reiteró su apoyo a la creación de un Estado palestino, algo que se niega a hacer el nuevo gobierno israelí.
"Una de las cosas más tristes que vi durante mi visita a estas tierras fue el muro", dijo el Papa sobre la valla de concreto construida por Israel en Cisjordania para aislar y separarse de los palestinos, que el Pontífice tuvo que cruzar para ingresar en Belén, la ciudad donde nació Jesús.
"Cuando pasaba a través de él, recé por un futuro en el que los pueblos de Tierra Santa puedan vivir juntos en paz y armonía, sin necesidad de tales instrumentos de seguridad y separación", dijo Benedicto, de 82 años, desde un atrio ubicado en la pista de aterrizaje, con el avión papal de fondo.
La visita del Pontífice a Israel llegó precedida por un resentimiento en las tradicionalmente difíciles relaciones entre el Vaticano y el Estado judío, luego de que Benedicto decidió levantar la excomunión del obispo negacionista del Holocausto Richard Williamson, a principios de año.
Los israelíes que aguardaban una disculpa esta semana dijeron que el Papa desaprovechó una oportunidad, y algunos también quedaron decepcionados por lo que describieron como una tibia e impersonal condena del Holocausto durante un discurso de Benedicto en el memorial de Jerusalén donde se recuerda a las víctimas.
En esa ocasión, el Pontífice alemán habló de "millones de judíos muertos" en la tragedia horrorosa del Holocausto, pero sus críticos se quejaron de que no dijo seis millones, de que dijo muertos y no asesinados y de que no habló de quiénes cometieron el exterminio: la Alemania nazi.
Pero en su discurso de despedida en el aeropuerto, ante el presidente israelí, Shimon Peres, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, Benedicto dijo que su encuentro con sobrevivientes del Holocausto en el memorial Yad Vashem, fue "uno de los momentos más solemnes" de su peregrinaje, informó la agencia de noticias DPA.
"Estos encuentros profundamente emotivos me devolvieron memorias oscuras de mi visita de hace tres años al campo de la muerte de Auschwitz, donde tantos judíos -madres, padres, maridos, esposas, hermanos, hermanas, amigos- fueron exterminados brutalmente bajo un régimen ateo", dijo el Papa.
Esta ideología nazi de "antisemitismo y odio" escribió "un capítulo estremecedor de la historia que nunca debe ser olvidado o negado", añadió el Pontífice, en palabras más parecidas a las reclamadas por sus críticos israelíes.
Más temprano, Benedicto XVI dijo a sus seguidores que la paz es posible en el mundo, durante una visita a la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, el lugar donde la tradición sitúa la crucifixión, sepultura y resurrección de Jesús.
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