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Con esta inesperada y aplastante derrota, la primera del número uno mundial en la tierra batida de París, termina su reinado en el torneo de Grand Slam, donde igualó el récord de cuatro títulos consecutivos del sueco Bjorn Borg y ya no podrá convertirse en el único tenista en ganar cinco veces seguidas.

"No es ni mucho menos una tragedia. Este día tenía que llegar. Es un pinchazo en una temporada fantástica", declaró un decepcionado Nadal. "Hoy no he jugado mi tenis y por ese motivo he perdido. No voy a poner ninguna excusa. He jugado corto porque he jugado corto y no ha sido mi día", agregó.

Con su imparable servicio, su gran derecha y una enorme agresividad, el sueco, cabeza de serie N.23, puso en jaque a un desconocido Nadal, ganándole de forma aplastante el primer set y disputando hasta el final los tres restantes, antes de adjudicarse la soñada victoria en su segunda bola de partido.

El número uno mundial pareció la sombra de sí mismo durante todo el partido defendiéndose como podía ante un rival que dictaba el juego.

El mallorquín de 22 años no perdía un set en Roland Garros desde la final de 2007, en la que cedió la segunda manga antes de derrotar a Federer por 6-3, 4-6 y 6-2, 6-4 y había colocado un récord de 31 victorias seguidas en el torneo.

Soderling, por su parte, se enfrentará en sus primeros cuartos de final al ganador del partido que disputaban el español Fernando Verdasco, octavo favorito de la prueba, y el ruso Nikolay Davydenko, cabeza de serie N.10.

"Es la mayor victoria de mi carrera. Derrotar al mejor jugador de todos los tiempos en tierra batida es algo enorme", declaró exultante el sueco.

La victoria es aún más sorprendente si se tiene en cuenta que Nadal había ganado sus tres duelos anteriores a Soderling, el último de ellos hace un mes en Roma por un claro 6-1, 6-0.

Con la derrota más que inesperada de Nadal, después de que un día antes quedara eliminado el serbio Novak Djokovic, cuarto jugador mundial, deja el camino más despejado que nunca al suizo Roger Federer hacia su primera corona en el último "grande" que aún se le resiste.