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Los ataques llegaron un día después de la muerte de 16 civiles en atentados con coche bomba en localidades del norte del país, que vive una ola de violencia desde que las tropas estadounidenses se retiraron de las áreas urbanas de Irak, a fines del mes pasado.

Irak busca sacar provecho de la mejora en la seguridad registrada en los últimos dos años, pero las comunidades del país aún no logran reconciliarse y se teme que los ataques rebeldes hagan que recaigan en la violencia sectaria de 2004 y 2005, según analistas.

El ataque más letal de hoy ocurrió en la ciudad de Tal Afar, y tuvo como blanco a un funcionario policial de la división investigaciones antiterroristas local, dijo el jefe de la policía de la provincia de Nínive, Jalid al-Hamadani.

Un primer atacante, munido de un radio transmisor, una pistola y un cinturón de explosivos, tocó el timbre en la casa del oficial a las 6.30 y detonó una bomba cuando este abrió, provocando la muerte de ambos, de la mujer y el hijo del policía, dijo Hamadani.

Un segundo atacante suicida se inmoló luego entre un grupo de personas que se había reunido para ver lo que había pasado, agregó el jefe policial, citado por la agencia de noticias DPA.

Un hora más tarde, en Bagdad, dos bombas explotaron cerca de un mercado al aire libre en el barrio chiita de Sadr City, y seis personas murieron y 31 resultaron heridas, dijo el ofricial Qassim al-Musavi, vocero de la policía capitalina.

Además, un civil murió en el centro de Bagdad, en el barrio de Karrada, y otros cinco resultaron heridos en un ataque con bomba contra el convoy en el que viajaba el presidente del Banco Central de Irak, Sinan al-Shibibi, informó la cadena CNN.

La bomba alcanzó un vehículo de guardaespladas en la retaguardia de la caravana, pero el funcionario resultó ileso, dijo la cadena de noticias, que citó a fuentes policiales que pidieron no ser identificadas.