Tras las cuatro horas de declaración indagatoria de Martínez, el abogado defensor, Julio Beley, aseguró que su defendido explicó que el moretón que se le encontró en el antebrazo se debe "a un examen preocupacional en la empresa pretoquímica en la que trabaja", mientras que los rasguños "se los hizo una perra que el tiene en su casa". Además, indicó que el sábado por la noche "llamó a su pareja, ella no le respondió y se fue a dormir".

Más temprano, el juez de garantías había señalado que el móvil del cuádruple crimen sería "una cuestión de celos en un caso y en los otros tres, podría haber obedecido a eliminar posibles testigos". Además, señaló que sólo una de las víctimas se habría defendido al ataque, con lo cual habría provocado algunas heridas en el rostro de Martínez, quien justamente "tiene contusiones en los brazos y algún rastro de sangre en la uñas", explicó el magistrado.

Sobre algunas de las pruebas, el magistrado dijo creer que “hay un testigo que ha visto, cuando menos, un automóvil que puede llegar a pertenecer al imputado en el lugar”. Atencio especificó que se trata de un remisero que aseguró que la medianoche del sábado llevó a la amiga de las mujeres asesinadas en La Plata hasta su casa y que un hombre similar al detenido le abrió la puerta a la joven para hacerla pasar.

Y agregó que, tal vez, Martínez "salió de la casa para negar la salida de Bárbara junto a la amiga", Marisol Pereyra, luego hallada asesinada dentro de la vivienda con Bárbara, su madre y su hija de 11 años.

“Se descubrieron huellas de una sola pisada, talle 42, que coincide con el número de calzado de Martínez”, detalló el jefe de la DDI, Juan Ibarra. Esos rastros se registran en el pasillo desde la entrada del edificio hasta el último de los departamentos, en que vivía Santos. Y, también, a la inversa: desde la casa de la mujer hacia la salida. “No hay ningún otro rastro de otro calzado”, apuntó el investigador.

El juez describió el lugar del hecho como “un departamento del fondo, con dimensiones pequeñas: dos dormitorios, una cocina y un comedor” donde los cuerpos estaban diseminados “en distintos lugares”.