Jueves, 22 de marzo de 2012 | Hoy
21:54 › SOCIEDAD
Mientras las academias argentinas de Ciencias Exactas, Económicas e Ingeniería advirtieron que "los dos problemas básicos comunes a la región son la escasez y la contaminación", Raúl Lopardo, miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales señaló que "el acceso al agua potable es uno de los problemas más importantes de la humanidad".
En el marco del Congreso Internacional del Agua que se realiza en la provincia de San Luis, bajo el auspicio de las Naciones Unidas, Ana Carolina Herrera, titular de la cátedra de Ecología de la Universidad de General Sarmiento, a su turno, aseguró que "hay un abismo entre los alimentos que consumimos y los litros de agua que usamos para ese consumo". El agua no sólo se utiliza para beber, también se encuentra inmersa en la cadena de producción de alimentos en cantidades astronómicas, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria de un mundo que cuenta con más de 7000 millones de personas.
Para la ONU el indicador de la Huella Hídrica debe convertirse en un elemento fundamental a la hora de saber la cantidad real de agua que se consume en el planeta: "La Huella muestra la cantidad de agua que hay detrás de cada uno de los productos que consumimos", enfatizó a la agencia oficial Télam Herrera. "La Huella Hídrica permite hacer la medición de un producto, de una empresa -el agua que se necesita desde la elaboración de la materia prima hasta que está el producto a la venta- y de un país", precisó. Para graficar el concepto, vale calcular que cada persona necesita una dieta básica de 2700 calorías diarias, lo que equivale a utilizar 4300 litros de ese recurso por persona por día. "Por supuesto, con esa cuenta, hay al menos 40 países que quedan fuera y que no van a poder brindarle a su población la cantidad de alimentos necesarios para que se pueda vivir bien", lamentó la expecialista.
De todos los países del mundo, la Argentina es el cuarto exportador de agua, "a través de cultivos y de materia prima. Hoy exportamos el 98 por ciento de la soja y ese agua que se nos va con los productos lo hace hacia otros países", alertó. Lo paradójico es que el 75 por ciento de lo que consume un ciudadano europeo medio, proviene de productos con agua externa, es decir, que se produjo en otros países, a excepción de Francia. Una forma velada de hacerse con el estratégico recurso. "Todo Europa tiene una fuerte utilización, consumo, bienes, actividades de productos, bienes, servicios, pero que proviene de agua de afuera. Esa agua virtual -porque no la vemos-, se moviliza a través de diferentes flujos", agregó Herrera.
La especialista explicó que "algunos países han decidido que otros produzcan las materias primas, que otros las exporten y ellos orientarse hacia otros usos, lo que da una nueva imagen de la magnitud de lo que algunos llaman, la expoliación del recurso", agregó, y adelantó que una de las propuestas para revertir la situación en Ámérica latina es ponerle un precio al agua que se utiliza para la producción, con el objetivo de que se le reconozca en el mercado internacional.
Las Naciones Unidas, a través de su secretario general, Ban Ki-Moon, alertaron que "las estadísticas indican que todas las personas beben de 2 a 4 litros de agua a diario, sin embargo, la mayor parte del agua que 'bebemos' está incorporada en los alimentos que consumimos: producir 1 kilo de carne de vacuno, por ejemplo, consume 15.000 litros de agua, y 1 kilo de trigo se 'bebe' 1500 litros".
Este y otros temas han sobrevolado el Congreso Internacional que finaliza hoy en la localidad de Potrero de los Funes, San Luis, donde se han dado cita autoridades provinciales, expertos nacionales e internacionales, y representantes de empresas, Organizaciones no gubernamentales y académicas.
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