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José, de 13 años, falleció al comenzar la tarde del miércoles en el hospital Virgen del Carmen, de Zárate, donde agonizaba desde el día anterior después de haberse dado un disparo en la cabeza. La familia dice que se suicidó porque lo agredían en la escuela. Las autoridades escolares lo ponen en duda, una situación polémica que no borra las estadísticas altísimas de bullying en las escuelas primarias y secundarias de Argentina.

Damián, hermano mayor del chico, declaró a medios televisivos que los padres lo habían cambiado de la Escuela Técnica Número 3 de Zárate a la 1 porque los compañeros le hacían bullying. El inspector de Educación Secundaria del distrito, Marcelo Sánchez, dijo a Télam que “la madre solicitó el pase el 8 de agosto argumentando que le resultaba muy costoso pagar el transporte, ya que la escuela le quedaba lejos del barrio y tiene tres sedes”.

El lunes pasado José faltó al colegio sin el consentimiento de sus padres, su mamá se enteró y lo reprendió. El martes fue a hablar con las autoridades de la escuela y cuando volvió a su casa encontró a su hijo de 13 años con un disparo en la cabeza. Ante la insinuación de las autoridades escolares de que el problema era en la casa, el hermano del chico dijo: “Mi mamá no le pegó. Nunca nos pegó. Sólo discutieron, lo retó por haberse rateado como cualquier mamá, pero no hubo violencia".

El inspector Sánchez dijo que “aún no se determinó si fue un intento de suicidio o si manipulando el arma, se le disparó accidentalmente”. La causa por averiguación de ilícito está a cargo de la fiscal Andrea Palacios, de la fiscalía descentralizada de Zárate.

Según el Observatorio de la ONG Bullying Sin Fronteras, de marzo a septiembre de 2016 se registraron 1561 casos graves de lo que supone un aumento del 33 por ciento respecto al mismo periodo de 2015. El caso anterior que había trascendido a los medios fue el Marcelino Perkins, de 15 años, que se suicidó en septiembre pasado en el Instituto Agrotécnico de Venado Tuerto, en la provincia de Santa Fe.

La escuela, en ese caso, también tuvo una reacción polémica porque siguió dando clases normalmente como si nada. El adolescente, que era víctima de burlas y violencia por ser homosexual, se dio un tiro con un arma que había llevado de su casa, según informaron desde la fiscalía. Lo hizo en la institución. En el mismo lugar en el que sufría el acoso de sus compañeros y el silencio de las autoridades.

"Hay que lanzar una campaña de emergencia contra el bullying, que se hable 10 minutos antes de ingresar a las clases, que se diga que el acoso escolar está mal, que acarrea muertes", dijo el titular de la ONG Bullying Sin Fronteras Javier Miglino y denunció que el Gobierno no pone en vigencia la ley contra el acoso escolar que está aprobada, pero no se hace efectiva: "Macri no ha reglamentado la ley nacional y cuando en Argentina una ley no está reglamentada, no existe".