"Los ferroviarios, los telefónicos, los del corralito ya consiguieron sus sentencias. La nuestra es la causa pendiente más vieja, y también la más grande porque concierne a unas 80.000 personas", informó Brígido Olivera, vocero de la Asociación de Afectados.

Los damnificados por la construcción de la gigantesca central aumentaron en las últimas semanas sus acciones de protesta y difusión ante la inminencia del pronunciamiento de la Corte sobre la demanda presentada por 1.200 de ellos, que sentará precedente.

Se trata de pescadores comerciales y de subsistencia, fabricantes artesanales de ladrillos y tejas, recolectores de juncos para techar quinchos, lavanderas, dueños de pequeños astilleros, agricultores, tanto de la margen paraguaya como de la argentina, en las provincias de Misiones y Corrientes.

El lago formado por la represa inundó incluso 70.000 hectáreas de la mejor tierra paraguaya para la producción de arroz y obligó al desplazamiento de comunidades indígenas mbya-guaraní y hasta de colonos laosianos radicados en la periferia de Posadas en los '80.

"Es una causa urgente, de carácter alimentario, porque perdimos nuestras fuentes de trabajo y nuestro capital que era el río", añadió Olivera, un olero (artesano ladrillero) de 62 años, 20 hijos y 17 nietos.

El portavoz calculó que en las acciones desarrolladas en la ciudad de Buenos Aires en las últimas semanas participaron más de dos mil de los afectados, en contingentes que se van renovando.

"En estos momentos habrá aquí unos 150, incluidos unos diez niños, que estaremos en plaza Lavalle, para manifestarnos en forma pacífica, aunque ya tenemos miedo que alguno pierda la paciencia", admitió.

La concentración se realizó a las 9.30 en la plaza Lavalle.