La Sala Uno de la Cámara, con las firmas de los jueces Gabriel Cavallo y Eduardo Farah, consideró que los policías habían incurrido en un "exceso en el desempeño" y, en consecuencia, sobreseyó a los dos jóvenes.

Los hechos ocurrieron el 29 de diciembre de 2006, cuando policías de la comisaría 32 interceptaron a los jóvenes en la vía pública porque cuando advirtieron la presencia de los uniformados "retomaron sobre sus pasos".

"Se trata de lograr que las decisiones que comprometan garantías fundamentales especialmente previstas para evitar abusos y

arbitrariedades por parte del poder de policía del Estado se encuentren mínimamente fundadas para permitir un adecuado control de su razonabilidad", sostuvieron los camaristas, al descalificar el procedimiento.

En ese sentido, entendieron que la requisa sin orden judicial sólo es posible en casos excepcionales de fuerte sospecha de comisión de un delito.

"Exige la existencia de una clara justificación que legitime los motivos de tal proceder", sostuvieron.

Dentro de ese rubro excluyeron las conductas de "retomar sobre sus pasos", o "caminar rápidamente", o "mostrarse nervioso".

"La búsqueda de cosas relacionadas con el delito en el cuerpo o ropas de una persona se halla sujeta a fuertes restricciones en virtud de encontrarse en juego el ámbito personal de intimidad constitucionalmente protegido", recordaron.