UNIVERSIDAD › OPINION

Presencia de la Universidad del ’73

 Por Adriana Puiggrós *

La universidad argentina ha pasado por varias etapas significativas por su vinculación con la política nacional. Pero una de ellas es repetidamente olvidada: “el ’73”. Al respecto, la revista Envido de mayo de ese año, recientemente reeditada por la Biblioteca Nacional, contiene artículos que es recomendable releer: “Bases para la acción de un gobierno justicialista”, del Consejo Tecnológico del MNJ, que dirigía Rolando García; “La Nueva Universidad: pautas para su implementación”, de la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN, filial de La Plata de la Juventud Universitaria Peronista, JUP) y “Documento-base sobre Universidad”, de la JUP. Las “Bases...” convocan a la juventud a trabajar en la reconstrucción del país “como garantía de la irreversibilidad del proceso que se ponga en marcha”. La FURN propone “planificar y supervisar la docencia y la investigación en todo el ámbito de la universidad”; hacer convenios con empresas nacionales o que sean nacionalizadas; “impartir enseñanza política, social, filosófica e histórica común a todos los estudiantes”. La misma agrupación propicia la departamentalización de la universidad, en un sentido semejante al “Plano orientador da universidade de Brasilia”, del antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, con quien colaboró el matemático argentino Oscar Varsavsky en el diseño de la nueva universidad peruana, preocupados ambos por transformar a la universidad “cientificista” en una universidad comprometida con la transformación nacional y latinoamericana, en clara discusión con el desarrollismo de la universidad posperonista. La FURN propone que los estudiantes investiguen como parte de su formación y “que sumen su esfuerzo físico e intelectual a los planes de fomento, incremento productivo, promoción sanitaria o social. La agrupación concibe una universidad sin restricciones al ingreso, con un gobierno en el que participen docentes, estudiantes, no docentes, representantes populares y de los gobiernos nacional y/o provinciales. En cuanto al documento de la JUP, fundamenta la necesidad de un estudiantado comprometido con el programa del gobierno popular y respecto al quehacer universitario propone orientar la ciencia y la técnica a la reconstrucción nacional; incorporar al estudiante al trabajo productivo superando la oposición entre trabajo manual e intelectual; enseñar la historia y la realidad nacional y promover la organización política de los estudiantes, desarrollar un área de planificación de la cual participen todos los estamentos; extender la universidad a gremios, fábricas, etc. La JUP se pronuncia por el ingreso irrestricto, contra el carácter parasitario del aprendizaje y por la descolonización de la universidad. Los programas anteriores contenían principios de una reforma pedagógica en ciernes en experiencias que llevaban ya algunos años en 1973, tales como las Cátedras Nacionales, el Taller Total (extraordinaria experiencia político-educativa que desde la Universidad de Córdoba se difundió a varias otras), las áreas, las unidades pedagógicas y los talleres de la Universidad Nacional de Cuyo, que ha reivindicado Arturo Roig, entre muchas otras. En cuanto a la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires puso en marcha un programa de 90 medidas entre las cuales estaban: incompatibilidad entre cargos docentes y cargos en multinacionales o desempeñados en organismos anticonstitucionales y vinculados con la represión popular; derogación de la restricción al ingreso; paquete de medidas de bienestar estudiantil; total libertad de expresión y acción a las distintas corrientes que agrupan al movimiento estudiantil; fuerte política de investigación y creación de centros vinculados con la problemática del trabajo, la energía, la realidad nacional y latinoamericana, la computación, la cultura popular y el planeamiento de la planta de personal y de la planta física.

Es obvio que hay que revisar las propuestas de aquella universidad, pero muchas de ellas son deudas que recién ahora, en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner –aquellos jóvenes militantes en el espacio político de la juventud peronista platense en los años ’70–, se hacen realidad. Como ejemplo, valgan la creación de universidades en el conurbano bonaerense y en el interior de las provincias, que convocan a quienes serán la primera generación de universitarios en comunidades de trabajadores; el convenio entre la Universidad Arturo Jauretche e YPF, la inversión en construcciones en todas las universidades nacionales.

* Diputada nacional (FpV).

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