Ómnibus de traslado celeste del Servicio Penitenciario, estacionado. Las escalinatas de Tribunales completamente valladas como cada lunes de audiencia por el travesticidio de Diana Sacayán. Ingresan un escritorio a la sala de audiencias del Tribunal Oral 4, jarras de vidrio con agua. El acusado, Gabriel David Marino, entra esposado. Se cortó el pelo. Ya no tiene rulos. Viste buzo de polar bordó reluciente. La familia Sacayán va ocupando los bancos de madera y las sillas. Ocupa dos filas de la sala. Dos testigos en esta audiencia. Pasa a declarar el inspector Leandro Simón. Le piden reconocer las fotos de las prendas que encontró en el allanamiento al domicilio de Marino.
El siguiente testigo es Mario. Un hombre muy mayor, de baja estatura y anteojos. Vecino de Flores. En síntesis, declara: “A Marino lo conocí accidentalmente en un cyber en la calle Artigas. Me contó su problema familiar y con las drogas. Muy simpático y entrador. Yo le llevaba cigarrillos al Cenareso todos los días y él me llamaba El Padrino Mágico. Me llamaba todos los días a pedirme carga para el celular, que le diera plata a la madre. Siempre llamaba para pedir. Le gustaba la dolce far niente, la vida fácil”. Marino se echa hacia atrás en la silla con los brazos cruzados.
La jueza Ivana Bloch le hace varias preguntas a Mario, algunas sobre la personalidad de Marino. “Él no aprecia el valor de las cosas. Me pidió un reloj para poder despertarse para este juicio. A la semana se le rompió y me pidió otro”. Al juez Julio César Báez le dice que a Marino lo llamaba “Davo” y que “lo del reloj fue hace tres o cuatro meses”. No se habla en esta ocasión de un término que apareció muchas veces en la segunda audiencia: “chongo”. Pero a veces no es preciso mencionar lo que se “entiende”. Mario sabía que David Marino tenía “una amiga en Flores”. Dice que no sabía que era Diana Sacayán y que recién se enteró luego de publicado el crimen en Internet. Sasha Sacayán explicó el término “chongo” en su testimonio, durante la segunda audiencia: “Se utiliza para una persona que puede estar en la vida de las personas travestis, pero que no es su marido, ni la ayuda, ni la acompaña”. Preguntado sobre los últimos días de su hermana, Sasha declaró que “sabía que había un chongo, estaba con alguien, pero no era el novio”.
En Plaza Lavalle siguen las actividades que acompañan al juicio. Toca la Actibanda, actúa Bife. Las travestis del Bachillerato Mocha Celis ingresan a la plaza cantando: “Lohana Berkins, Diana Sacayán, aquí sigue su lucha en el campo popular”.