El consumo masivo cerró el primer trimestre con una caída del 1 por ciento frente al mismo período del año pasado, según un informe elaborado por la consultora Kantar Worldpanel. La reducción de las ventas en supermercados y almacenes es la contracara del fuerte avance de los precios en ese período, que no tuvo un correlato en los ingresos. Se espera que para el resto del año continúe esta tendencia bajista en el consumo masivo, en la medida en que las paritarias fueron pisadas por el Ministerio de Trabajo para que no excedan por mucho la meta oficial del 15 por ciento, al tiempo que la inflación se ubicaría unos 10 puntos por encima de ese número.
“Las proyecciones para 2018 pasaron de un leve crecimiento del 0,7 por ciento a una caída del 0,5 por ciento. Esta baja se explica por varias causas. La inflación se aceleró en los últimos meses producto de la fuerte suba de tarifas y del tipo de cambio; las turbulencias en los mercados financieros que impactan en la suba de tasas de interés y desincentivan el gasto de los hogares y la sequía, que generó fuertes pérdidas en la cosecha de soja y maíz”, señaló Federico Filipponi, director de Kantar Worldpanel.
En el desagregado según estrato social, el informe destaca una merma del 4 por ciento en el nivel “bajo superior” a partir de la rebaja del poder adquisitivo disponible al consumo en manos de los aumentos de tarifas de la luz, gas, agua y transporte y la suba de otros bienes y servicios.
El análisis sectorial muestra que el segmento más afectado es “congelados”, con una merma interanual del 9 por ciento en el primer trimestre (el año pasado la baja en relación al mismo período de 2016 fue del 7 por ciento). Los lácteos presentan una baja del 5 por ciento sobre la base del año pasado, que a su vez fue del 9 por ciento inferior a 2016. Los productos de cuidado del hogar registran una caída del 4 por ciento este año (frente a una baja del 1 por ciento entre 2016 y 2017), mientras que los artículos de cuidado personal bajan un 3 por ciento pero sobre una base estable. Entre los rubros que operan en positivo está “bebidas”, con un alza del 2 por ciento y alimentos, a partir de una mejora del 1 por ciento.
Otro indicador negativo de la marcha del consumo en lo que va del año fue elaborado por la CAME, a pesar de que es una entidad en sintonía política con el Gobierno. El relevamiento de ventas minoristas pymes de CAME marca para el primer trimestre una caída interanual del 1,5 por ciento. Las mayores caídas se verifican en los textiles, marroquinería, muebles, materiales eléctricos, ferretería, bazar y regalos y farmacia.
“A pesar que se sintió más presencia de consumidores en la calle, el despacho fue insuficiente por la falta de efectivo y el mayor cuidado del ingreso en la economía familiar. Los movimientos constantes en el tipo de cambio tampoco ayudaron porque sumaron incertidumbre”, describió la CAME en su informe correspondiente a las ventas pymes durante marzo. La disparada del dólar en las últimas dos semanas junto a la fuerte suba de las tasas complican todavía más el panorama del consumo, lo cual golpea también a la producción.