“¿Quién quiere jugar un picadito?”, pregunta Higui por el micrófono. Es el cumpleaños soñado. Música y feria, barriletes con los colores del orgullo lgbtiq y fútbol con todo el arco de tortas, chongas, trans y mujeres futbolistas. Suenan las bandas e Higui -abrigada con buzo gris eléctrico con capucha- es la primera que arranca el pogo.
Fue en la tarde del sábado 9. Higui cumplió 44 años el 7 de junio y la Campaña por su absolución organizó un festejo en la plaza junto al Hospital Garrahan. Higui (Eva Analía De Jesús) espera el juicio por haberse defendido de un ataque que casi le cuesta la vida. En medio de la plaza, junto a la canchita de fútbol, se lee en un cartel: “Exigimos la absolución de Higui y la disculpa de todo el CIStema judicial por revictimizar a una sobreviviente de lesbicidio”.
Gabriela Conder, integrante del equipo de abogadxs que lleva la defensa de Higui De Jesús (Gremial de Abogados), confirma a Soy la fecha del juicio: “Nos notificaron que será del 23 al 26 de abril, a las 9 de la mañana, en los tribunales de San Martín. En la gremial discutimos mucho si íbamos a juicio por jurados, fue muy discutido. No va a ser juicio por jurados, porque hay mucha discriminación”.
Al costado del escenario, una instalación con la leyenda: “Nuestra venganza es ser felices”. Se arma la fiesta. Las Grasas Trans tocan Hongo nuclear. “Aborto seguro, gratuito y legal/ Aborto libre en cualquier lugar/ Hongo nuclear/ Familiar/ Abortá la heterosexualidad”.
En la mochila Higui lleva atados dos pañuelos verdes: el de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito y el que lleva el arcoiris y la leyenda Aborto con Misoprostol. Para el festejo eligió un perfume chongx (Blue Blazer). Dice que guarda todas las cartas que le envían las chicas.
“Toda la semana estuve llorando. Salí del penal hace un año. Fue el 12 de junio. Todo esto me ayudó a aprender. Aprendí que tengo derecho. Yo no sabía que tengo derechos”, le cuenta a Soy. Los ojos se le llenan de lágrimas. Otra banda sube al escenario, besos, Higui sale corriendo al escenario y se prende nuevamente al pogo.
Cerca del puesto donde se vende café y bizcochuelo para aportar a la defensa de Higui, Joe Lemonge (25) conversa. Joe fue condenado a 5 años y medio de prisión por defenderse del ataque de un vecino que lo odia por ser varón trans. La sentencia la dictó un tribunal de la ciudad de Paraná. En libertad porque el fallo aún no está firme, Joe está viviendo con unxs amigxs en el barrio porteño de Villa del Parque. Le cuenta a Soy que tiene vocación política y le gusta ser orador. “A mí no me envuelven diciéndome ‘esto está difícil, compañero’. No me digan eso. Hay que garantizar derechos, derechos concretos, no palabras”.
Joe Lemonge (vestido de negro, gorra con la leyenda “Mostra” y bufanda violeta) camina hacia el escenario, toma el micrófono y dice a todxs (se hace silencio, lo escuchan con atención): “Disiento con que no podemos hacer nada. Podemos hacer muchísimo. Con tantos momentos de M y de odio que tenemos que pasar, mirá aquí cómo nos estamos queriendo y compartiendo. Tenemos el poder de transformar tanto odio y machismo en unidad. No quiero hablar tanto de mi caso porque me siento egoísta. Higui está esperando su juicio por defenderse. Y yo tengo una condena a 5 años que esperamos revertir, porque sería un horror que se cumpliera”.
Joe sueña que algún día llegará al Congreso para representar al pueblo. Por eso recuerda en su discurso a “la gente que resistió en los 70 y en los 80 no pensaría que hoy tendríamos que estar acá resistiendo, pero estamos acá. Y estamos haciendo historia”. El campo sobre el que se realizó el festival, justamente, es hoy tierra arrasada de la memoria. Otro 9 de junio, el de 1956, se emplazaba allí el I Cuerpo de Infantería que participó en la sublevación contra la Revolución Libertadora liderada por Juan José Valle, un militar peronista. La sublevación fue aplastada. Fusilaron a los rebeldes y a los peronistas de la resistencia que los apoyaron desde la clandestinidad. Rodolfo Walsh cuenta una parte de estos episodios en su libro Operación masacre. Todo vestigio de aquellos episodios fue borrado de la Ciudad de Buenos Aires a fuerza de topadora.
Continúan los picados en el campito, con Mónica Santino, Juli Román Lozano y las chicas de La Nuestra. Al escenario suben otras activistas, que hablan sobre las violencias en la infancia y sobre la autodefensa como posibilidad frente a los ataques machistas. (Al comienzo del evento se realizó un taller de autodefensa).
Cae la noche y siguen arribando tortas/transbianes/trans al evento. Puestos de comida vegana, artesanías, serigrafía. Toca la banda Resakdas. “El macho no es un simple tipo/ es un opresor”.
El cierre es con fuego, piñata y tres deseos:
-Absolución para Higui, Joe Lemonge, Mariana Gómez y todas las trans/tortas/ maricas/travestis criminalizadas por la justicia patriarcal
-Por un mundo donde las mostras puedan vivir felices sin el lesbotransodio acechando y por infancias libres de abusos y mandatos.
-Por el fin de los travesticidios, femicidios, transfemicidios y por el derecho a la autodefensa.