El Buenos Aires Lawn Tennis se vuelve a vestir de gala, como cada principio de año en el tradicional Argentina Open. En esta ocasión, sin embargo, será para un acontecimiento especial: los primeros Juegos Olímpicos de la historia de nuestro país, los de la Juventud, los que exhibirán el futuro del deporte de Buenos Aires al mundo entero.
El mítico club de Palermo, como no podía ser de otra manera, acogerá todas las disciplinas del tenis juvenil. Sebastián Báez, Facundo Díaz Acosta y Lourdes Carlé son las tres esperanzas locales que sueñan con colgarse una medalla olímpica en territorio propio.
“Estoy viviendo una experiencia muy linda y trato de disfrutarlo al máximo; ya salió el cuadro y conocemos a nuestras rivales. Ya estamos empezando a mentalizarnos para llegar al debut más enfocados”, explicó Carlé, la única mujer argentina presente en los tres cuadros, en diálogo con PáginaI12. En singles se medirá con la colombiana María Osorio Serrano, sexta favorita y compañera suya en dobles femenino.
La jugadora de 18 años, actual número 25 en el ranking ITF de menores –llegó al 9° puesto en noviembre de 2017–, no tuvo dudas en contar cuál es la meta en estos Juegos: “Todos soñamos con la medalla de oro, eso está claro, pero mi objetivo principal está en disfrutar todos los días adentro de la cancha y que el resultado sea una consecuencia de eso. Ganar una medalla para mi país generaría una enorme expectativa”.
Gabriela Sabatini, atleta modelo del tenis en Buenos Aires 2018, destacó el momento de Carlé y contó que la acompañará durante el torneo. “Lourdes tiene muy buenas condiciones, voy a estar todos estos días con ella y me gustaría charlar. Tiene muchas posibilidades, el tenis no es fácil. Si va a ser la mejor del mundo o no depende de muchas cosas”, analizó la mejor tenista argentina de todos los tiempos, ganadora de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.
Sebastián Báez es quizá la mayor esperanza para conseguir una presea en el deporte blanco. El juvenil de 18 años tuvo una etapa de entrenamiento con José Luis Clerc y viene de trabajar con Sebastián Gutiérrez, hombre del seno de Daniel Orsanic. Este año llegó a tocar el número uno del mundo junior, algo que sólo habían conseguido antes Sabatini, Mariano Zabaleta, Guillermo Coria, María Emilia Salerni y Axel Geller. También jugó la final de Roland Garros, donde perdió ante Chung Hsin Tseng, actual líder del ranking y máximo preclasificado en Buenos Aires 2018.
“Uno siempre tiene el objetivo de ganar una medalla, incluso la de oro, pero la expectativa es entregar todo y no guardarme nada desde el primer día hasta el último. Tengo que dejar todo y disfrutar cada momento porque tener los Juegos Olímpicos en Argentina es una cosa de locos”, le contó Báez a este medio. El número dos del planeta, que llegó a tres semifinales de Futures y afronta su último año como juvenil, también contó cómo lo fortaleció haber llegado a la cima del ranking ITF. “El número uno me dio muchísima confianza y la certeza de que estoy preparado para ese nivel. Tengo la tranquilidad de que estoy para jugar con los grandes. Mi idea seguir subiendo en el ranking, seguir jugando Futures y tratar de ingresar en los Challengers. Es un plan a corto plazo para no frustrarme en caso de no alcanzar el objetivo”, detalló quien hará su debut en singles frente a Ray Ho, de China Taipei.
David Nalbandian, el otro atleta referente del tenis olímpico, sostuvo que Báez se encuentra ante una enorme chance de jugar un gran torneo en su casa. “Es un chico que tiene una muy linda oportunidad de jugar de local, con su gente, en unos Juegos que también generan presión porque representás a tu país, que no se compara con nada. Ojalá que pueda disfrutar y jugar su mejor tenis”, manifestó el ex número tres del ranking ATP y ganador de once títulos del circuito mayor.
El campeón del Masters de Shanghai 2005, además, explicó cuál es su idea como referente deportivo para los jóvenes: “Lo que nosotros queremos es charlar y transmitirles cosas a los chicos a lo largo de la semana. Espero que se animen a preguntarnos todas sus dudas para que podamos ayudarlos a futuro. Nuestra experiencia les puede servir”.
Facundo Díaz Acosta, octavo favorito en el cuadro de singles masculino, será el tercer protagonista de la Argentina para luchar en el tenis olímpico. Número 13 del mundo en el ranking ITF, el juvenil de 17 años trabaja en la academia de Mariano Hood –ex subcapitán campeón de Copa Davis– en junio de este año llegó a ubicarse 9° del mundo. “Es algo único, esto no se vive todos los días y es una oportunidad enorme para disfrutar al máximo y dejar todo por los colores”, señaló quien jugará su primer partido frente al sudafricano Philip Henning, de 17 años y 66° del escalafón juvenil.
El cambio radical que sufrirán los circuitos menores desde 2019 es un tema recurrente entre los protagonistas. Los Futures, el primer escalón de torneos profesionales, desaparecerán para dejarle lugar al novedoso Transition Tour, que buscará facilitar la llegada de los juveniles al tenis de mayores. Tanto Báez como Díaz Acosta se posicionaron a favor de las modificaciones. “Creo que el cambio nos beneficia mucho a los juniors que tenemos buen ranking, porque lo que más cuesta es justamente la transición a Futures y Challengers. Esos torneos soy muy distintos; en juniors todos juegan bien y rápido, pero los profesionales no te regalan una sola pelota y tenés que luchar tres horas quizá para ganar un partido de primera ronda, y al otro día volver a jugar con otro rival más difícil. Nos beneficia también porque podemos entrar a los cuadros de los Challengers”, precisó el máximo favorito local en Buenos Aires 2018.
Su compañero de dobles, por su parte, ponderó las posibilidades que el nuevo circuito les dará desde el próximo año: “Me parece que es un buen punto porque a los jugadores de Transition Tour nos van a dar una especie de wild card que nos permite jugar las qualys de los Challengers. Ahí tenemos más oportunidades para meternos; el año pasado un jugador que terminaba bien en juniors quizá no tenía la chance de jugar y tenía que empezar de abajo como si fuera uno más”.