LA CASA NO ESTÁ EN ORDEN
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Por Diego Schurman --Massera es un retirado. Alberto Kohan intentó minimizar ayer la inquietud que generó en las Fuerzas Armadas la detención de Jorge Rafael Videla. Y ni siquiera aceptó las declaraciones del ex jefe de la Marina alertando sobre los "movimientos" que la medida produjo en el ámbito castrense. "¿De qué malestar en sectores militares me puede hablar un militar retirado?", dijo el secretario general de la Presidencia, olvidando que Massera ya fue despojado de su condición militar por diseñar y ejecutar un plan genocida. --Usted niega que haya movimientos --preguntó Página/12. --Yo digo que Massera es un militar retirado. Kohan cumplió al pie de la letra la orden impartida por Carlos Menem. Pero contradijo a casi todas las fuentes de la Casa Rosada, que admitieron off the record la preocupación oficial por la envergadura que estaba tomando el tema. Funcionarios que tienen contacto directo con altos mandos militares aseguraron a este diario que el temor en las Fuerzas Armadas a "una vuelta al pasado" va in crescendo. Y que por eso Menem salió a criticar ayer la embestida de la Alianza y los organismos de derechos humanos contra los ex represores. "¿Cuál es la propuesta de la oposición para las instituciones de las Fuerzas Armadas", dijo en defensa de su teoría de la pacificación nacional. La "vuelta al pasado" a la que aluden secretarios de Estado en coincidencia con sectores del Ejército incluye, entre otras cosas, la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las citaciones judiciales de Alfredo Astiz y la profundización de las investigaciones por la desaparición de españoles en el despacho del juez español Baltasar Garzón. En ese contexto, la detención de Videla confirma una dirección que lejos de mejorar la imagen presidencial podría traerle más de un dolor de cabeza a Menem. "No es bueno lo que ha pasado. Creo que si algo perjudica los deseos del Presidente de conseguir una nueva reelección es traer a la memoria este tema, que reaviva los fantasmas del pasado y que sensibiliza institucionalmente", aseguró un alto funcionario. La ley de Obediencia Debida limitó las responsabilidades en la cúpula militar salvando al resto de la cadena de mando. La causa por la que Videla quedó detenido puede transgredir ese cepo y mandar tras las rejas a numerosos militares en actividad. Entre ellos a Carlos Enrique "Gato" Villanueva. Se trata del jefe del centro clandestino de concentración La Perla, a quien el Senado le denegó su ascenso el año pasado. La inquietud es, en ese sentido, más por lo que puede venir que por la detención de Videla. "No se trata de un acto de solidaridad contra el encarcelamiento del ex militar sino por el efecto dominó que éste puede causar", señalaron funcionarios menemistas. La voz de alerta también llegó al Ministerio de Defensa. Nadie quiso confirmar ayer si hubo un nuevo encuentro entre su titular, Jorge Domínguez, y el jefe del Ejército, Martín Balza. Pero, a esta altura, es lo de menos: ambos decidieron abocarse a calmar los ánimos entre los militares. La tarea no será sencilla para Balza, quien genera fuertes resistencias en distintos sectores castrenses, sobre todo tras la recordada "autocrítica". El propio Massera es, desde fuera de la estructura militar pero con adeptos dentro de ella, uno de los que lo criticó con mayor dureza y ayer hizo lo propio al defender la "lucha antisubversiva".
EL CULPABLE NÚMERO UNO |