Irritados por la designación a dedo del vicepresidente como candidato a gobernador bonaerense, Pierri y Mércuri buscan sumar fuerzas y resistir su desembarco en la provincia.
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Las críticas de Carlos Ruckauf a Alberto Pierri no sólo significaron su desembarco oficial como precandidato a gobernador sino también la divisoria de las convulsionadas aguas del peronismo bonaerense entre aquellos que acatarán la decisión de Eduardo Duhalde de confirmar al vicepresidente como "su hombre" en el distrito y los dirigentes de mayor estructura en la provincia que se niegan a aceptar lo que consideran un "dedazo". Pierri y Osvaldo Mércuri se cuentan entre los "desobedientes", que buscan la forma de enfrentar la cruda verdad de los números: el vice los supera con holgura a todos. "Pierri es un hombre con una imagen negativa muy alta... No puede ser candidato a gobernador y su presencia como titular del PJ bonaerense afecta las posibilidades del peronismo", fue la frase más dura de las que utilizó Carlos Ruckauf para descalificar al titular de la Cámara de Diputados, en un reportaje publicado ayer por Página/12. En los cuarteles del pierrismo significó una declaración de guerra, mientras que dirigentes de otros sectores del PJ bonaerense comenzaron a tenderle puentes al vicepresidente que baja al distrito "con las manos abiertas" --como señalaron siempre sus colaboradores-- para tejer acuerdos con el duhaldismo. Desde hace un mes, varios precandidatos a gobernador mantienen reuniones en La Plata para acordar una estrategia basada en tres ejes: continuar alineados con Duhalde en la interna nacional, negociar con Ruckauf en igualdad de condiciones y, a partir de allí, socavar las candidaturas de Pierri y Mércuri. Entre estos dirigentes se cuentan Hugo Toledo, los ministros de Gobierno, José María Díaz Bancalari; de Producción, Carlos Brown; de Salud, Juan José Mussi; la directora de Escuelas, Graciela Giannettasio y más de cincuenta intendentes. En una reunión celebrada la semana pasada, el duhaldismo fiel, como se lo conoce a este sector, se manifestó dispuesto a aceptar el desdoblamiento de los comicios internos provinciales de la elección para nominar al candidato presidencial del peronismo. A la salida de ese encuentro la frase lanzada por uno de los asistentes permitió conocer cuál va a ser el clima de la interna bonaerense. "Al Muñeco Pierri no lo vota nadie, él sigue insistiendo en ser gobernador y lo único que consigue es que los votantes se escapen", sostuvo uno de los miembros del gabinete duhaldista. Eduardo Duhalde, que deberá medirse en la interna partidaria con Ramón "Palito" Ortega el 11 de abril del '99, juega con la posibilidad de postergar el comicio en el que se elegirá al candidato peronista a sucederlo en La Plata para mantener alineada a toda su tropa y evitar que el tucumano le robe alguno de los precandidatos. En su visita a Chile, la semana pasada, Duhalde deslizó la posibilidad de que la elección para gobernador no se realice el mismo día que la de presidente porque entiende que queda tiempo suficiente para definir luego la jefatura provincial. Esta declaración que circuló rápidamente por el territorio bonaerense cayó muy mal en los despachos de Pierri y Mércuri. Ambos, Pierri como dirigente de la Liga Federal y Mércuri como máximo referente de la Liga Peronista Bonaerense (Lipebo), constituyen dos de las tres patas en las que se apoyó el proyecto presidencial de Duhalde. La tercera, Hugo Toledo, siempre mantuvo un bajo perfil y ya inició un acercamiento a Ruckauf. En declaraciones a Página/12, Toledo disintió con el tono de las críticas del vicepresidente a Pierri, pero se mostró dispuesto a dialogar con Ruckauf para llegar a un acuerdo. "Las internas se realizan para que nos sometamos a la voluntad de la gente, pero eso no debe significar que tenemos piedra libre para agredirnos entre compañeros", señaló el ex ministro de Obras y Servicios Públicos bonaerense. "Ruckauf debe saber que si baja al distrito es para participar de internas que, por otra parte, el gobernador Duhalde jamás descartó", señaló Toledo, quien además se dijo partidario de desdoblar el comicio interno del PJ. En la presidencia de la Cámara de Diputados el discurso es muy diferente. "La interna se hace sí o sí. No nos bajamos, Ruckauf va a tener que darnos pelea", desafiaron los colaboradores del hombre fuerte de La Matanza. |