El folleto me amenaza desde el escritorio. Quisiera escribir sobre cualquier otra cosa. Preferiría hablar de amor, si me dieran a elegir. Pero no. El folleto con el nuevo logo del Gobierno de la Ciudad, con la firma de todos los funcionarios que actúan en el área de salud -desde el jefe de Gobierno hasta el último pinche que armó el programa Buenos Aires con Vida-, y la leyenda Voluntarios Universitarios para darle la pata académica al asunto, todo eso me saca de quicio y ya no puedo pensar en otra cosa. El harto económico tríptico que en su interior lleva por título PREVENCION DE ENFERMEDADES SEXUALMENTE TRANSMISIBLES dice una cantidad de disparates capaces de atravesarte el cóctel en la nuez. Sus primeras palabras: Evitá mantener relaciones sexuales con desconocidos y/o infectados sin una debida protección. Más allá de mencionar que piden evitar relaciones antes de protegerlas, hablar de conocidos o desconocidos es falso y equívoco. Miles de chicas y chicos se contagian de gente conocida que tal vez tenía otro conocido y otro y así. Siguiente frase célebre: Los preservativos sólo son seguros para el coito vaginal ya que usados en coitos anales tienden a romperse. FALSO. El olor a homofobia que se desprende de esta premisa está a punto de desmayarme. ¿Acaso los funcionarios y universitarios de esta ciudad desconocen que es en la comunidad gay donde se empezó antes a controlar la infección, justamente usando preservativos? Sigamos: Se proscriben las enemas previas al coito anal ya que éstas incrementan el riesgo de infección por HIV. ¿Se proscribe? ¿Quién se anima a tanto? Desde la ignorancia más supina esta gente parece obviar que el riesgo no es un enema sino el coito sin preservativo. Esa es la barrera, el forro. Tiene tan poco sentido hablar de enemas como sugerir la pose del misionero para relaciones seguras. Pero el engendro no termina ahí su discurso discriminatorio: En las prácticas homosexuales deben protegerse ambos, activo y pasivo. Seguramente el Centro de Estudiantes de Medicina que ayudó a la redacción del folleto está trabajando en un forro que cubra todo el cuerpo .-de los homosexuales, por supuesto-, y en lo posible negro. Que quede claro, el virus no penetra por los poros: para que haya contagio suficiente cantidad de virus debe entrar en el torrente sanguíneo. El semen no es venenoso, no va a caer en tu cama y hacer un agujero. Pero las frases célebres, propias de la prehistoria de la infección por vih, son dos y están al final, en el ítem RECORDA: La promiscuidad es la causa fundamental de la diseminación de las enfermedades de transmisión sexual y La pareja estable colabora con la erradicación de estas patologías. ¿Eh? ¿Me podrían definir promiscuidad? ¿Acaso la pareja estable no sufre también de infidelidad? Cuidado, las fieras están sueltas

Marta Dillon