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vuelve el glam rock

Ziggy plays guitar, o la leyenda del mito intergalactico

Omega, el otro yo del dr. Manson, solitario y drogadicto en la era MTV.

Lou Reed

Lou Reed transformista, en los tiempos de "Walk on the wild side" y "A perfect day".

Bryan Ferry

Brian Ferry, vestido de ocasión, en los tiempos seminales de Roxy Music.

Marc Bolan, el domador del Tiranosaurio Rex capaz de pelar canciones perfectas de tres minutos.

Los New York Dolls, forajidos de turno a base de sexo, drogas y rock and roll.

En la primera mitad de los 90, los músicos no querían ser estrellas de rock. Eran los años del grunge: pulóveres escote V raídos, jeans gastados, actitud de perdedores y declaraciones en las que se insistía con “somosgente-común-odiamos-el-negocio”. La ropa cara, el maquillaje, el “estilo” eran atributos del enemigo. Pero el grunge ya no existe y los últimos años del siglo son años de revival. Si todo está hecho, todo lo que queda es reinventar. Y algunos se acordaron de esos 4 años de glam rock, cuando empezaba la década del 70, cuando todos querían ser hermosos y los chicos parecían chicas. Cuando las canciones hablaban del espacio y eran dramáticas, bombásticas, canciones pop heroicas, y todo era teatro y color.

Hoy los ecos de todo aquello están: en las festivas canciones de Celebrity Skin de Hole, en la reinvención de Scott Weiland, un grunge arrepentido que recuperó el maquillaje, mientras se pasea por allí con boas de plumas en el cuello y dice “me gustan las estrellas de rock”. En su último video “Barbarella” le rinde un sentido homenaje a David Bowie, imitando la estética del film que protagonizó el duque blanco, “El hombre que cayó a la tierra”. Y todo su primer disco solista, 12 Bar Blues, recuerda peligrosamente a aquel Bowie de albores de los 70. En Inglaterra, Placebo tiene un cantante (Brian Molko) que podría pasar por una jovencita sin inconvenientes. Brian se la pasa jugueteando con un cambio de género y proclama su amor por David Bowie a quien quiera oírlo.

De cualquier modo, el que probablemente se llevará el cetro como rey del revival glam de los 90 es Marilyn Manson. Un revival que no tiene ya el aire festivo de hace 20 años, sino cierta nostalgia cínica por aquellos años ¿felices? Ya antes de su última mutación, Bowie había dicho que Manson “me recuerda a lo que estábamos intentando hacer en la época de Ziggy Stardust... montar un personaje, crear una estrella... para mí, el rock debía ser una puesta en escena”. Manson debe haber escuchado a David. Archivó su vestuario de ultratumba, sus iconos pseudofascistas y sus accesorios sadomasoquistas. Se tiñó el pelo de colorado, compró trajes de lamé plateados y de látex dorado y un disfraz andrógino que ya escandalizó a todos los norteamericanos (cosa que no cuesta mucho). Y dice que su cambio de imagen es parte de una recuperación de Ziggy Stardust, aquella mítica estrella de rock que David Bowie inventó en 1972. A propósito de esto, Marilyn Manson se ha rebautizado como Omega, y su banda ahora es The Mechanichal Animals. A Ziggy Stardust lo acompañaban The Spiders From Mars. Mechanichal Animals, el disco, suena evidentemente glamoroso y es, quizá, el mejor disco del ex reverendo. A quién le gusta que se lo defina como glam.

Un poco de historia se hace necesaria. En 1971, el rock serio era Emerson Lake & Palmer, Yes... todo lo sinfónico, las canciones extensas y el virtuosismo. De pronto empezaban a aparecer tipos a los que no les interesaba nada de eso. Querían salir de noche, tomar mucha cocaína, vestirse muy bien, pintarse la cara y hacer canciones pegadizas, rockeras, sencillas pero grandilocuentes. Querían ser estrellas: inventaban personajes, los conciertos eran casi obras de teatro, en contraste con la rigidez sinfónica. Les gustaba escandalizar. Veían al rock como un mundo ficcional, irreal, donde lo único que importaba era la imagen, la construcción ficticia de una estrella, de un mito. El rock “serio” se reía de ellos, sobre todo por exagerados como el ultrakitsch Gary Glitter o los estribillos tontos de Sweet y Slade. Pero había ahí individuos geniales. David Bowie editaba The rise and fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars en 1972. Ese mismo año Bowie le producía el impresionante Transformer a un Lou Reed maquillado y teñido: Reed vivió una breve pero significativa etapa glam, de la que quedaron clásicos como “Walk on the Wild Side” (probablemente el himno gay más importante que haya salido del rock) o bellísimas baladas como “Satellite of Love” o “A Perfect day”. Cuando Bowie viajó a Estados Unidos, conoció al salvaje Iggy Pop, que entonces estaba separándose de los Stooges. Lo eligió como protegido (ycomo amante, dicen) y le produjo The Idiot y Lust For Life, dos discos que, aunque están más cerca del punk que de cualquier otra cosa, tienen la marca de Bowie sobre todo en algunos de los temas que escribieron juntos: “Tonight”, “China Girl” y “Success”. Dos años después, los New York Dolls, una versión ultramaquillada de los Rolling Stones pero cercanos al punk, editaban su primer disco. Sin embargo, la estrella del movimiento, el más popular, era Marc Bolan, líder de T. Rex, que se convirtió en mito gracias a su muerte trágica en 1977 (un fatal accidente automovilístico junto a su novia). Hoy es el menos escuchado. Porque quien realmente pasó a la historia como el padre del glam es David Bowie. O, mejor dicho, Ziggy Stardust.

The Rise and Fall and Fall of Ziggy Stardust es la historia de una estrella de rock extraterrestre que alcanza la fama con su banda, The Spiders from Mars, justo cuando la Tierra entra en sus últimos 5 años de vida. Ziggy se convierte en una víctima de su éxito, y se suicida. El álbum y el alter ego de Bowie crearon una mitología y virtualmente “inventaron” la mitología del estilo de vida de la estrella pop. La bisexualidad de Ziggy consiguió que los gays se acercaran a Bowie: en 1972 Ziggy/David declaraba que “siempre fui gay y lo seré”, algo que impactó a los adolescentes del momento. Las letras no dejaban lugar a dudas. En “Lady Stardust” cantaba “la gente se quedaba mirando su cara maquillada/su largo pelo negro/ su gracia animal... era terriblemente hermoso/ y cómo suspiré cuando me preguntaron su nombre”. En “John, I’m only dancing” se contaba la historia de un amante gay celoso porque su chico bailaba con una bella dama. En su disco posterior, Hunky Dory, Bowie incluía “Jean Genie”, la historia de un chico que “vive de espaldas”... en esa época, todo un showman, Bowie simulaba una fellatio a Mick Ronson (su guitarrista) durante esa canción. La lista sigue con temas tan ambiguos como “Velvet Goldmine”, “Oh! You Pretty Things” o “Changes”. Bowie decía que “Ziggy realmente definió mi trabajo. Era mi Mesías marciano. Yo también me enamoré de él. Era fácil obsesionarse con el personaje. Yo era Ziggy, David Bowie había dejado de existir. Quedé atrapado sin esperanzas en la fantasía”.

Y evidentemente quedó atrapado. Hoy, más de 25 años después del nacimiento y muerte de Ziggy, David Bowie decidió revitalizarlo. Por eso no le prestó las canciones de su disco a Todd Haynes para “Velvet Goldmine” (ver aparte). Y acaba de terminar canciones para Ziggy, que dejó incompletas en aquella época y así filmará la vida de su alter ego... usando las mismas ropas, el mismo maquillaje y el mismo glamour, sólo que con 50 años. Y si Ziggy era todo juventud, deseo y color, este nuevo Ziggy probablemente sólo será decadencia. No había necesidad.

MARIANA ENRIQUEZ

Manson-Bowie-Omega-Ziggy   yo quiero ser

El “homenaje” de Marilyn Manson a Ziggy Stardust no se queda en la mera creación de un alter ego. Vean.
Ziggy era un extraterrestre que se llegaba a la Tierra cinco años antes del apocalipsis. El tema que lo contaba en The Rise and Fall... era “Five Years”. Decía: “Llegaron las noticias/nos quedan cinco años/ el tipo de las noticias lo dijo/la Tierra estaba muriendo”. En Mechanichal Animals se cuenta la historia de un hombre que está lejos de la tierra (¿en el espacio?), que llega aquí y se siente perdido (como Ziggy), con el planeta también está por llegar a su fin. La canción se llama “The last day on earth” y dice “sé que es el último día de la tierra/ estaremos juntos mientras el planeta muere/ sé que es el último día de la tierra/ nunca diremos adiós”. Ziggy era bisexual. Nada puede ser más ambiguo que el traje con senos que últimamente luce Manson/Omega.
Ziggy era el alter ego de David Bowie. Marilyn Manson es el alter ego de Brian Warner, y a su vez Omega es el alter ego de Marilyn Manson o del Anticristo Superestrella, si lo prefieren. La misma historia, más vueltas de tuerca.
Ziggy venía del espacio. Omega viene del espacio. En la página de Internet de Marilyn Manson ha aparecido este mensaje: “Estoy enviando esta transmisión desde el espacio en que estoy y desde donde los he estado observando como si fuera un satélite”. Hay diferencias de contenido, claro. El disco de Manson está dividido en dos: las canciones de Omega and The Mechanichal Animals, himnos glam bombásticos de estrella de rock, y las canciones tristes donde Manson describe su actual estado de ánimo: hoy es un hombre sensible deprimido por la frialdad de los humanos. Antes era frío y calculador, cosa que necesitó para ser una estrella. Ahora que lo es, sufre. ¿O sufre el personaje?


Discografía esencial
p e q u e ñ o  g l a m   i l u s t r a d o

Marc Bolan/T. Rex. T. Rex (1970).
Un LP que bien podría ser una recopilación de singles. Pop-rock simple, agresivo y ganchero.
David Bowie.The Rise And Fall Of Ziggy Stardust and The Spiders From Mars (1972).
El mejor momento del Duque Blanco, y la principal referencia de la movida. No vendió ni la mitad que T/Rex, ni transgredió musicalmente --no más que Space Oddity, al menos--, pero la concepción del disco marcó la época.
Lou Reed. Transformer (1972).
El lado más oscuro del glam. New York en estado salvaje, y muy poco colorido. Walk on the wild side se transformó en un clásico, al mismo tiempo gay y callejero.
Roxy Music. Roxy Music (1973). Dandys y notables instrumentistas, crean el mejor pop-rock sinfonizado. Además de contar con dos muchachos apellidados Ferry y Eno, claro.
New York Dolls. New York Dolls (1974).
Especie de Rolling Stones, pero mucho más rotosos, salvajes y ambiguos. La música? Punk antes del punk. No volvieron a repetirlo.


la balada de Iggy y David

A mediados de octubre se va a estrenar en EE.UU. una película que retrata los dorados años del glam rock. Se llama Velvet Goldmine (como una de las canciones más sugerentes/ambiguas de Bowie circa Ziggy Stardust) y la dirige Todd Haynes, uno de los más prometedores directores independientes norteamericanos. El año pasado ganó el premio “Contribución Artística” en el Festival de Cannes, y el hecho de que David Bowie se haya negado a ceder las canciones para el film no hizo más que aumentar la expectativa. Velvet Goldmine es la historia del ascenso y caída de Brian Slade, una estrella de rock glamorosa, y de su protegido/amante/colega Curt Wild (¿David Bowie e Iggy Pop?). Brian finge su asesinato sobre el escenario, y cae en desgracia con sus fans: años después, un periodista/groupie decide ir en busca del desaparecido Brian, y así se reconstruye su historia. La película, dicen los críticos, “es lo más cerca que uno puede estar de la experiencia de la fama y el poder de la ilusión”. Bowie creyó que la historia se parecía demasiado a la suya, y decidió guardarse las canciones para su propio proyecto. No hay dudas de que, a pesar de que no intenta ser una biografía, Slade (interpretado por el veinteañero actor irlandés Jonathan Rhys Meyers) y Curt Wild (Ewan Mc Gregor, de Trainspotting), se parecen mucho a Bowie e Iggy. Pero Michael Stipe, que es el productor de la película, dice que “cuando no conseguimos las canciones de Bowie, fue una bendición. Le permitió a Todd experimentar con todo lo ficcional que tenía esa época, con todo lo ilusorio, lo colorido, lo efímero y definitivamente hoy tiene el espíritu de esos años”. Y además, claro, Stipe logró convocar a una impresionante lista de músicos para la banda de sonido, que también produce. Se armaron dos superbandas: Venus in Furs y The Wylde Rattz. La primera está integrada por Thom Yorke y Johnny Greenwood de Radiohead junto a Andy MacKaye de Roxy Music y Bernard Butler de Suede. Hacen covers de canciones de Roxy Music como “Ladytron” o “2HB”, y acompañan a Jonathan Rhys Meyers, el protagonista, que les pone la voz a varias canciones de Brian Eno y Roxy Music. La segunda está integrada por Thurston Moore y Steve Shelly de Sonic Youth junto a Mike Watt y Ron Ashton de los Stooges. Ellos versionan los temas de los Stooges que canta Ewan McGregor. La cosa no termina ahí. Pulp compuso un tema para la película “We are the Boys”, Teenage Fanclub con Donna Mathews de Elástica hacen el cover de “Personality Crisis” de los New York Dolls, a Placebo le tocó “20th Century Boy” de T. Rex y Brian Eno, el actor Lindsay Kemp y hasta Lou Reed prestan canciones. La de Lou es “Satelite of Love”, que se escucha en la escena donde Wild y Slade se enamoran, se besan, se tocan, etc., etc., sin dudas el plato fuerte de la historia.