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¡Guau! Boca Loca es la marca que acaba de lanzar al mercado su línea de bombones eróticos. Se consiguen con forma de traseros, penes, torsos desnudos y el especial bombón helado, una representación fálica tamaño natural bañada en chocolate. Aquellos que se topen con alguna de sus sonrientes y bellas promotoras, no duden en recibir la publicidad y considerar cuál va a ser su próxima adquisición kiosquera. Aunque a los pibes les dé un poco de impresión ¿no? Claro que si fuera en Estados Unidos, Monica Lewinsky estaría agradecida. HIJOS en Tucumán Lo imposible El sol raja la tierra. El viento es poco y cuando lo hay es espeso y caliente. Algunos venimos de lugares distantes, donde el clima no acostumbra a ser tan despiadado, otros viven cruzando la frontera y esa sequedad permanente en la boca no les es extraña. Pero todos los que estamos aquí transpiramos. Sudamos de calor y de expectativa. Es 12 de octubre somos de HIJOS y estamos en Tucumán. Algunos de nuestros padres nacieron en esta provincia o encontraron la muerte en ella. Venimos de dos días de estar juntos, de contarnos experiencias, de discutir y bailar con la misma pasión y desenfreno. Acaba de terminar nuestro III Encuentro Nacional y estamos contentos. Queremos pegar como un solo puño en el centro de la impunidad, y para eso hay que organizarse. En eso estamos y parece que el camino es bueno. Pero ahora estamos en el final. Son muchas las emociones que marchan por las calles tucumanas bajo este sol. La gente en la calle nos mira con curiosidad. Algunos nos tocan bocina y nos saludan con la mano, otros nos dicen que sigamos adelante casi en un susurro, otros nos vienen a abrazar con decidido entusiasmo. Los tucumanos bussistas parecen haberse recluido adentro de sus casas. Nosotros no paramos ni un minuto de cantar y de gritar. Estamos tal vez nerviosos. Pero somos muchos y estamos contentos. Ya en la Plaza Operativo Independencia, nombre nefasto que recuerda el laboratorio de Terrorismo de Estado que en 1975 se llevó la vida de muchos de nuestros padres, el corazón se hace grande adentro del pecho. Las herramientas con las que sacamos los carteles que nombran la plaza parecen ayudadas por nuestra bronca acumulada. Después vienen los nombres nuevos, y el grito con el que traemos a los ausentes. Compañeros desaparecidos, presentes, ahora y siempre se escucha bien fuerte en este mediodía. Nos dicen que están todos los accesos al centro cerrados por montones de policías armados hasta los dientes, que no vamos a poder ni acercarnos a la Casa de Gobierno donde teníamos que hacer el escrache al genocida. No importa. Nuestra voz va a pasar cualquier vallado, aunque hayan llamado refuerzos de los lugares más remotos de la provincia. El escenario es otro, la certeza es la misma. No hay muchas palabras que puedan calificar este momento. Nada parece imposible bajo este sol que parte la tierra y seca las lenguas, como este estar juntos raja los velos de la mentira y daña la impunidad. Porque es así. Si no hay justicia hay escrache. Si estamos juntos lo imposible sólo tarda un poco más. RAQUEL ROBLES Un ciclo de cine Intoxicados Después del incidente policial que ocasionó la proyección de Lost Highway en el Salón Pueyrredón antes de su estreno comercial, los responsables del ciclo Intoxicated Cinema vuelven con sus ciclos de cine de culto in-conse-gui-ble. Luego de chequear los derechos argentinos de las películas, todos los jueves a las 22,15 realizarán proyecciones en Radio Bar, Bartolomé Mitre 1552. Hoy se exhibirá Derrame de sangre (1996) de Reb Braddock, que ascendió al cielo del cine cult gracias a la producción y a la manito en el guión que aportó Quentin Tarantino. Angela Jones es una enfermera de morgue de gran vocación, que se obsesiona con un asesino serial que a diario le proporciona cuerpos para catalogar. La siguiente función será con la versión original de Vanishing point (1971), de Richard Sarafian, musa inspiradora de Bobby Gillespie para el último disco de Primal Scream. El conductor que no se detiene ante nada es... ¡Petrocelli! (Barry Newman). El jueves 29 -y sin subtítulos- se podrá ver Gummo (1996), dirigida por Harmony Korine, el guionista de Kids (en esa película aparecía como un entusiasta dealer de pastillas). Gummo es una colección de sketches actuados por jóvenes no profesionales del círculo de Harmony, entre los que está la protagonista de Kids Chloe Sevigny, que aparece jugando con un grupo de amigas en topless. El primer jueves de noviembre se proyectará un clásico del cine queer: Yo te amo, yo tampoco (Je taime, je ma non plus, 1975) de Serge Gainsburg, en la que Joe Dallesandro (el actor fetiche de Andy Warhol) se enamora de Jane Birkin porque se parece a un chico. Incluye melodías de Nick Cave, Luna y Mick Harvey. Véalas antes de que se popularicen. MAXIMO ESEVERRI |