|
Buen nervio y gran carácter por Iván Noble sobre el nuevo disco de Los Redondos Nunca comulgué con el oficio de criticar discos. Lo sospecho una dudosa forma de justicia acerca de ambiciones, cosmogonías y sueños demasiado personales como para ser juzgados desde la ajenidad periodística. Si Palermo mete tres goles es más que fácil ponerle un 9 y si el cinco no para a nadie seguramente merezca un 4 porque es obvia la evidencia del error y la tarea mal cumplida. Pero en la música no hay arcos y la mirada crítica casi nunca puede estar segura de qué clase de goles se buscaban en la semilla de las canciones. Así que sólo tengo para decir dos o tres cosas sobre el disco de los Redondos y que tienen que ver con qué tipo de disfrute me produjo. Se me ocurre pensar que es un disco sumamente sabio, un disco lleno de canciones que respiran la certeza y lo certero que dan los años y que, a partir de esa convicción, sale a pasear por algunos lugares que a muchos sorprenderán. Un disco que muestra pilchas nuevas en zorros viejos (y que les quedan bárbaro). Un disco salpicado de gestos de audacia sonora, pero no la audacia desesperada del que siente que si no se sube, aunque sea mal colgado, al último bondi, al más nuevo, no va a tener adónde ir. Creo que los Redondos se asoman a sus propios bordes porque tienen muy bien junado el centro del plato y ésa es, creo, la mejor forma de sacar los pies: salen de cacería artística porque les sobra arco y flecha, no van de city tour sacafoto japonés. Me gusta pensar últimamente que las buenas bandas de rock, como los vinos, son aquellas que se añejan. Dicen que cuando el suelo es seco, las vides están obligadas a profundizar sus raíces y eso es lo que le provoca al vino buen nervio y gran carácter. Canciones como Gualicho o La pequeña novia del carioca tienen el sabor que solamente da la crianza en roble. Como colega aprendiz del oficio de hacer discos brindo Ultimo bondi a Finisterre. Porque aunque apenas empiezo a conocer el paño, sé bastante bien lo que cuesta armar un puto full de canciones y entiendo que los Redondos asomaron de vuelta el hocico con un póquer en la manga. Kapanga lo hizo El nuevo hit de la Bombonera Hay motivos suficientes como para creer que El mono relojero, el primer hit del disco debut de Kapanga -A 15 cm. de la Realidad-, será declarado uno de los himnos populares de 1998. Primero dio que hablar por el contenido pachanguero-social de la letra (Andate a dormir vos/yo quiero estar de la cabeza ..., arremete el estribillo antiduhaldista) y después los egresados en Bariloche la hicieron suya como declaración de principios generacional. Pero nada de todo esto habría significado demasiado si no hubiera llegado finalmente a la cancha. La primera versión fue la de la hinchada de Lamadrid, que se mantuvo seis semanas consecutivas en el primer puesto del ranking de El Aguante. Y al rato, la consagración en las ligas mayores: Y no me importa dónde juegue, ni toda la Federal, preparate millonario, que te vamos a matar, canta la hinchada más feliz del momento. Cuando escuchás que la cantan, es como que te dan el disco de oro de las hinchadas. Es jugar en Primera, se entusiasma Balde, bajista, autor de la letra y bostero (como el 80 por ciento de Kapanga). El Mono .cantante y también de Boca-, recuerda ese momento con la imprecisión de los mejores sueños. Yo venía subiendo las escaleras de la cancha, con todo el quilombo de gente. De repente, cuando escuché que la hinchada la estaba cantando, se me caían las lágrimas, no lo podía creer, le cuenta al No en la platea baja de La Bombonera. ¿Qué emocionó más a los Kapanga? ¿Que su video ocupara el podio en el Top 20 de MTV, o que la melodía se hiciera cántico de moda en buena parte de las canchas del país? Desde luego, esto último. Cuando llegás acá significa que sos verdaderamente popular, dice el Mono y agita el brazo y se va a trepar a la porción de alambrado que queda en la vidriada platea de la cancha de Boca. Balde y Maffia (baterista) se suman al festejo virtual y los tres juntos gritan la versión zeneize de El Mono Relojero. Aunque ya saben que la canción, claro está, ya no les pertenece más. Kapanga presenta A 15 cm. De la Realidad
en el Teatro Ift, Boulogne Sur Mer 549, este sábado a las 23. P. P. |