Evitan la educación formal, son autodidactas. No realizan aportes de jubilación, no se afilian a las AFJP, no se casan, desconocen la cobertura de salud de las prepagas y las tarjetas de crédito. Los más viejos todavía recuerdan los momentos épicos en que todo el sistema político les tenía pavor, los más jóvenes vienen del punk, del ecologismo o eran
hackers en Internet. Todos ellos desconfían del caso Soledad Rosas y tratan de tomar distancia de los medios que se les acercan en estos días. Radar ofrece un mapa del submundo anarquista local.