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Un nuevo round de la pelea entre la Unión Industrial y Roque Fernández. Ayer el golpe fue del ministro de Economía. Para empezar, recurrió a una ironía: Es cierto, creo que no hay posibilidad de resucitar lo que está muerto, dijo cuando le preguntaron su opinión sobre el comunicado que el jueves dio a conocer la UIA en el que afirmaba que ninguna medicina es buena cuando el paciente ha muerto. Pronunciada la frase inicial, Roque fue más directo: Los empresarios ineficientes están sobrerrepresentados en las corporaciones empresarias; tratan de lograr a través de un mecanismo corporativo las prebendas, algún tipo de protección o el subsidio que les permita sobrevivir, completó. La UIA pidió una reunión urgente con Carlos Menem. El 95 por ciento de los empresarios goza de buena salud, son competitivos. Hay un 5 por ciento que murió, que son del pasado, ineficientes, y que lamentablemente están sobrerrepresentados en las corporaciones empresarias. Esos son los que hacen las declaraciones altisonantes, los que piden protección. Pero la Argentina ya vivió esto y no vamos a volver a promover la ineficiencia en el sector industrial a expensas del pueblo argentino, disparó ayer el ministro. La batalla verbal entre Roque y los dirigentes de la UIA fue ganando en voltaje a medida que avanzó la semana. La primera piedra la lanzó el ministro, cuando el martes dijo ante Página/12 que las empresas ineficientes van a desaparecer. Los empresarios eligieron no responder. Pero los ánimos se caldearon definitivamente cuando un día después Roque los llamó exagerados en el Senado. Las afirmaciones del ministro reflejan una alarmante ceguera, retrucó la UIA anteayer a través de un comunicado. Desencantada con los resultados de la cumbre Menem-Cardoso y por la nula receptividad que sus reclamos encuentran en Economía, la cúpula de la UIA solicitó anoche una urgente reunión con el jefe de Estado. El encuentro podría llevarse a cabo pasado mañana, luego de que los industriales escuchen un informe sobre el encuentro de boca de Jorge Campbell, secretario de Relaciones Económicas Internacionales. Por lo que sabemos, se consiguieron algunas cosas pero otras quedaron pendientes, comentó el titular de la UIA, Alberto Alvarez Gaiani, al referirse a la exclusión de los bienes de capital entre aquellas exportaciones que Brasil dejará de subsidiar. Entre los industriales anoche reinaban la desilusión y el disconformismo. Es difícil de prever si habrá o no una avalancha de productos brasileños. Lo que sí efectivamente ocurrirá es que al contraerse la demanda interna, Brasil nos comprará menos. Y creo que eso es realmente lo preocupante, apuntó el secretario de Programación Económica, Rogelio Frigerio, tratando de quitar entidad a los reclamos de los industriales. En tanto, el radical Rodolfo Terragno resumió gráficamente la situación que se da entre los dos mayores socios en el Mercosur: Brasil tiene una infección y nosotros, una inmunodeficiencia, señaló al referirse a las nulas medidas que tomó la Casa Rosada para hacer frente a la crisis. Por su parte, el diputado justicialista Emilio Martínez Garbino fue durísimo con los funcionarios: Mientras Brasil tiene negociadores que parecen halcones defendiendo a sus industrias, la Argentina posee palomas preocupadas en mantener las formas, indicó.
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