Por Verónica Abdala
Exposiciones de objetos
personales y muestras fotográficas. Talleres, seminarios y mesas redondas. Un documental
televisivo y un largometraje biográfico. Reediciones de su obra y nuevas publicaciones.
Concursos pictóricos, escultóricos y literarios. El estreno argentino, aunque en video,
de La estrategia de la araña, un film de 1970 de Bernardo Bertolucci basado en un cuento
suyo. Las más clásicas de sus imágenes reproducidas hasta el infinito, en afiches y
portadas de libros. Un ballet protagonizado por Julio Bocca. La ley de los cien años
elevará en 1999 a Jorge Luis Borges a la categoría de personaje mediático absoluto, en
una circunstancia que le hubiese divertido tanto que se hubiese obligado al deber de la
impiedad.
A seis meses del centenario del su nacimiento (el 24 de agosto de 1899 en la casa de sus
abuelos maternos, situada en la calle Tucumán), la Borgesmanía está al acecho, para mal
de los literatos que sienten que el vulgo los invade cuando los medios entran a mansalva
en sus jardines primitivos, y detrás va la gente. Borges escribió, cierta vez:
Espero morirme, olvidarme, y ser olvidado: no deseo la inmortalidad. Sin
embargo, ¿para qué escribía, que es la única forma conocida de convertirse en
inmortal? ¿Esa frase puede ser citada obviando su juguetón carácter, su probervial
sarcasmo? Borges creía que las universidades debían ocuparse de los clásicos. No había
previsto que él mismo se convertiría en clásico en vida. Y que ese carácter ya no se
discutió cuando murió, en 1986.
Argentina, el país en que Borges nació pero en el que no quiso ser enterrado, será
parte de una tendencia internacional. El aluvión de actividades superará con seguridad a
los que honrarán por los mismos motivos a Vladimir Navokov y Ernest Hemingway. Borges
será la estrella cultural de 1999, como Federico García Lorca y El Che Guevara, siempre
con la excusa de aniversarios, fueron las de 1998 y 1997. Numerosas universidades
entre ellas las de San Pablo, Maryland, Bruselas, Edimburgo y San Pablo y el
Kings College de Londres le dan perfil académico al asunto, anunciando una
retahíla de cursos que se proponen bucear, otra vez, y nunca lo suficiente, en los
misterios de la obra borgeana.
La exposición itinerante que organiza la Fundación Internacional J. L. Borges,
regenteada por La Viuda, María Kodama, es clave en la movida. La muestra está a punto de
inaugurarse en Venecia consiste en una exposición de fotos, textos y objetos
pertenecientes al escritor y continuará su recorrido por París, Madrid, México,
Nueva York, Berlín, Ginebra y distintas ciudades de España, para finalizar en el Museo
de Bellas Artes de Buenos Aires, en agosto. En Buenos Aires, previsiblemente, los
homenajes serán más numerosos que en otras ciudades. Tras la finalización de la
exposición de objetos de la infancia y la adolescencia A la luz de Borges
que permanece abierta hasta el 18 de marzo en el ¡Centro Cultural Borges! el
escritor se convertirá en el leit-motiv de las principales actividades culturales de la
25ª Feria del Libro, entre el 16 de abril y el 3 de mayo. En el marco de la Feria se
realizará, entre el 20 y el 24 de abril, el Encuentro Internacional Homenaje a
Jorge Luis Borges, del que participarán Noé Jitrik, Héctor Yánover, Isidoro
Blanstein y Osvaldo Ferrari, entre otros. Y los días 20, 26 y 29 de abril, irá
Borges para todos, una cita con Onofre Lovero, María Esther Vázquez y
Virginia Lago, entre otros.
La Secretaría de Cultura de la Nación, por su parte, auspiciará un certamen
internacional de poesía y cuento, un concurso de pintura y escultura, un ciclo de
conferencias dictadas por críticos nacionales y extranjeros, y una maratón de lectura
que será retransmitida por radio y televisión. Olga Orozco, Leónidas Lamborghini y el
chileno Gonzalo Rojas(poesía), Augusto Monterroso, Abelardo Castillo y Héctor Tizón
(cuento) y Guillermo Roux, María Kodama y Rafael Squirru (pintura y escultura) fueron
convocados como jurados de esta parte canónica de los homenajes.
Las expresiones locales de la Borgesmanía son incluso curiosas. Acaso el mejor ejemplo de
ello sea el espectáculo-homenaje con que amenazan para agosto Julio Bocca y Eleonora
Cassano quienes, junto al cuerpo de bailarines del Ballet Argentino, estrenarán El
muerto, de Mauricio Wainrot, en el Luna Park. En la primera semana de abril, se
verá aquí por tele el documental de Vanessa Ragone Tributo a Borges, estrenado el 10 de
febrero en la Universidad de Nueva York, al inaugurarse una muestra fotográfica. El
trabajo, con guión de Patricio Loizaga, propone un recorrido por aquellas ciudades que
fueron relevantes para el escritor, como Buenos Aires, Nueva York, Madrid y Ginebra, en
donde murió, a los 87 años. No todas son buenas noticias: la película argentina será
una de amor centrada en la relación del escritor con Estela Canto y la
dirigirá Javier Torre, al que no le bastó agarrársela el año pasado con Roberto Arlt,
al rodar El juguete rabioso.
Habra Libros y reediciones para casi todos los gustos
Las editoriales harán su agosto
Las
editoriales, que serán las grandes beneficiadas materiales de todo lo que este año
rondará la figura de Jorge Luis Borges, han venido renovando convenientemente desde hace
varios meses, a través de lanzamientos y reediciones, el stock de libros a disposición
del público. De hecho, las famosas Obras Completas están actualizadas y en ejemplares
flamantes en librerías de todo el mundo de habla hispana. Estas son algunas de las obras
nuevas más interesantes que pueblan los anaqueles de las librerías argentinas, donde en
el rubro Borges hay docenas:
Diálogos
con Jorge Luis Borges, tomos I y II (de Ed. Sudamericana). Dos recopilaciones de una
serie de relajadas entrevistas radiales que el escritor concedió, entre 1983 y 1986, al
periodista Osvaldo Ferrari.
El Buenos
Aires de Borges (Ed. Aguilar), de Carlos Alberto Zito. Este es un libro curioso:
rastrea, por un lado, la imágenes y las reflexiones que los barrios de Buenos Aires
Palermo, Barrio Norte, Almagro, el Centro, Belgrano, La Boca, Chacarita,
etc...suscitaron en su obra. Y, por otro, aquellos rincones de la geografía
porteña en los que vivió, escribió y trabajó.
El otro
Borges (Equis Ediciones) reúne dieciséis entrevistas publicadas, entre 1960 y
1986, por diversos medios gráficos. El compilador es Fernando Mateo.
Jorge
Luis Borges: biografía completa (Ed. Tezontle), de Nicolás Helft. Se vende
acompañado por un CD Rom que permite al lector acceder a los datos biográficos o
analíticos de la obra de Borges seleccionando una palabra clave, el nombre de una
publicación o una imagen.
Borges
Bibliotecario (Ed. Emecé), de Oscar Sbarra Mitre. Reproduce los diálogos que el
actual director de la Biblioteca Nacional mantuvo con José Edmundo Clemente, antiguo
colaborador de Borges durante los años en que éste estuvo a cargo de esa institución,
entre 1955 y 1973. Sbarra Mitre prepara actualmente otro libro en el que recopilará
opiniones y comentarios de Borges sobre la Biblioteca.
Borges en
Sur y Borges en El Hogar. Recogen artículos originalmente aparecidos en
las revistas Sur y El Hogar, es decir muestran al escritor trabajando de periodista.
Borges colaboró en la primera entre 1921 y 1970. En la segunda se desempeñó entre 1936
y 1939. En ambas, desarrolló su veta de crítico literario. Serán publicados en abril
por editorial Emecé.
Tres escritores opinan sobre el fenomeno |
Los mismos
de siempre
Por Alicia Steimberg
Aquellos a los
que les importan categorizaciones como la Borgesmanía serán los menos
interesados en lo que supuestamente intentan difundir. Quienes se fijen en qué número
ocupa Luciano Pavarotti en el ranking de los tenores seguramente serán personas tan
interesadas de verdad en la ópera como quienes ubiquen a Borges al tope de un supuesto
ranking de escritores argentinos. No digo que esto no sea cierto. De hecho, me parece
claro que Borges está por encima de todos los escritores argentinos de este siglo. Lo que
digo es que lo que importa es leerlo, leerlo siempre, más allá de si está de moda o se
cumplen, o no, cien años de su nacimiento. Los rankings pueden ser útiles para
clasificar boxeadores o hits radiales. Jamás, en cambio, sirvieron para la creación
artística. Los aniversarios pueden ser motivo de festejo de cualquier cosa, pero la
literatura tiene el deber de escapar a esa lógica, por más que, por poco relevante, no
llegue a serle dañina. Quienes leerán a Borges este año serán los mismos que lo
leyeron siempre.
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El país se
movilizó
Por María Esther de Miguel
El centenario del
nacimiento de Jorge Luis Borges ha movilizado a Buenos Aires, mejor dicho, al país, en la
preparación de homenajes que buscan renovar la presencia del hombre que supo conmovernos
no a través de gestos o acciones sino de palabras. Y está bien que así sea. Los
argentinos hemos sido acusados de poco memoriosos, de que personajes y sucesos pasaran por
nuestras endebles almas nativas como la estela en el mar. Ahora nos empeñamos en
demostrar lo contrario. Qué bueno. Por lo demás, nuestro imaginario colectivo está
plagado de militares, de hombres de a caballo, de espadas y héroes que recuerdan la
ferocidad de la historia. Por eso está re-que-te-bien que hoy nos empeñemos por
incorporar a un hombre de las letras, a un poeta que hizo de la aventura de su fantasía
la gesta mayor. Sospecho que en esto vamos a coincidir con el propio Borges, buceador de
memorias como pocos. Ojalá que el tiempo no lime sino afiance el recuerdo del escritor
que nos enseñó a pensar, a escribir y a sonreír. Y que universalizó este rincón
sureño y rioplatense.
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Me alegra
el aluvión
Por Abelardo Castillo
Lo mínimo que se
merece Jorge Luis Borges es que celebremos el centenario de su nacimiento, como se
merecía Julio Cortázar que conmemo-ráramos los 15 años de su muerte. En realidad, es
absolutamente lógico que asistamos a este aluvión de actividades y concursos que están
programándose en torno del aniversario del nacimiento de Borges, porque se trata de una
fecha importante. En todo caso, si hubo algunos que estuvieron de más, fueron los
anteriores. Lo que sí me pregunto es si el año que viene se festejará el aniversario
del nacimiento de Roberto Arlt y de Leopoldo Marechal, a los que suele homenajearse con
mucha menos fruición. Ellos tienen tanto derecho como Borges, que sin duda fue uno de los
mejores escritores del siglo, porque no son menos que él. Lo que estoy planteando es que
me alegro de que se realicen todo tipo de homenajes a escritores, en este país en que a
menudo asistimos a celebraciones infinitamente menos relevantes. Y que me gustaría que a
todos los más grandes se los homenajeara por igual.
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OPINION
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