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Selección de jueces a gusto del acusado Sakic

A los candidatos a jueces se los removía si estuvieron en campo de concentración, pero ni se les preguntó si fueron nazis.

Dinko Sakic, el croata que comandó un campo de concentración nazi.
Su esposa fue liberada y su juicio en Croacia se va haciendo escandaloso.

Simpatía: Siempre hubo dudas sobre la imparcialidad de la Justicia croata. El actual presidente del país, Franjo Tudjman, mostró notorias simpatías con el régimen nazi.

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Por Raúl Kollmann

t.gif (862 bytes) El juicio al criminal de guerra Dinko Sakic, apresado en la Argentina y extraditado a Croacia, fue sorpresivamente postergado por tres semanas. El proceso entró en un terreno escandaloso cuando en la selección de los jueces se tomó como criterio apartar a los magistrados que hayan estado en campos de concentración, pero no a los que formaron parte del régimen ustacha, es decir el régimen croata que apoyó a Hitler. Cuando ayer se resolvió la postergación del juicio, supuestamente por razones de salud de Sakic, éste estaba tranquilo sentado en la sala de audiencias y no aparentaba tener problema alguno.
Sakic fue comandante del campo de concentración de Janosevac, donde murieron nada menos que 700.000 personas. Además, hay elementos que indican que personalmente mató a prisioneros y mantuvo el campo bajo un régimen de terror y crueldad.
El veedor del Centro Simon Wiesenthal en Zagreb, Efraín Zuroff, señaló ayer que “la postergación del juicio, teniendo en cuenta que el acusado parecía gozar de buena salud, es otro síntoma poco auspicioso para un proceso que es una prueba crucial sobre la voluntad de Croacia de afrontar su pasado durante la Segunda Guerra Mundial”.
En realidad, desde un principio hubo dudas sobre la imparcialidad de cualquier tribunal constituido en Croacia. El actual presidente del país, Franjo Tudjman, mostró notorias simpatías con el régimen nazi, ordenó la clausura del Museo Memorial de Janosevac, donde se documentaban las masacres, y ordenó también demoler monumentos a héroes de la lucha antifascista. De visita en Buenos Aires, Tudjman charló amigablemente con Sakic y también existe el antecedente de que en 1993 el Estado croata intentó designar como embajador a otro hombre con pasado ustacha, Ivo Rojnica, un amigo del presidente Carlos Menem.
Para incrementar las preocupaciones, hace casi un mes fue dejada en libertad la esposa del criminal, Nada Sakic, quien fuera jefa del sector de mujeres del mismo campo de concentración. Sin mayores explicaciones, el fiscal del caso sostuvo que no encontró mérito ni siquiera para iniciar un proceso, por lo que en su viaje a Zagreb, el representante de Wiesenthal llevó nuevos elementos contra Nada, incluyendo testimonios que la señalan como la responsable de disparos contra sus víctimas.
En los dos casos, el de Dinko y el de Nada, las acusaciones están centradas no sólo con el manejo del campo de concentración sino también con la participación directa de ambos en asesinatos. La Comisión sobre Crímenes cometidos por los Ocupantes y Colaboracionistas estableció el 2 de abril de 1947 que “Sakic es uno de los peores criminales de guerra prófugos por haber participado en la matanza de decenas de miles de personas, torturas brutales y asesinatos atroces”. El 4 de julio de 1944 el matrimonio Sakic tuvo relación con el asesinato a balazos de un joven de apellido Volner, que intentó fugarse, y otros dos muchachos de 16 y 17 años que fueron fusilados personalmente por Sakic.
Tras la guerra, el matrimonio escapó hacia la Argentina y vivió durante 50 años, sin molestia alguna, en la apacible localidad costera de Santa Teresita. Allí los descubrió un periodista especializado en el tema y la nota fue después puesta al aire por “Telenoche”. Tras un breve proceso judicial, Sakic fue extraditado a Croacia con su consentimiento ya que, según sostuvieron sus allegados, “allá tiene amigos”.
Según parece, las amistades empezaron a funcionar y hay mucho escepticismo en cuanto a la imparcialidad del proceso. Por pedido del abogado defensor de Sakic, el presidente del tribunal aceptó que se les preguntara a cada uno de los jueces y a los expertos que van a participar en el juicio si estuvieron en campos de concentración, porque supuestamente eso los inhabilitaba para juzgar a Sakic. “¿Por qué no se les preguntó a esos jueces y expertos si fueron simpatizantes de losustacha o si alguno de sus familiares estuvo con los nazis? –se preguntó Zuroff–. El presidente del tribunal no quiere hacer esas preguntas y yo sostengo que su única preocupación debería ser el terrible destino que tuvieron las víctimas de Sakic.”

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