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Por José Natanson El copyright es de Raúl Alfonsín y Carlos Chacho Alvarez. En mayo del año pasado, en el summum de la primera ofensiva reeleccionista, la Alianza inauguró el Foro de Defensa de la Constitución, una iniciativa que tuvo una vida efímera porque pocos días después Eduardo Duhalde anunciaba su plebiscito bonaerense y Carlos Menem renunció a la pelea por un tercer mandato consecutivo. Ayer, en medio de las versiones cruzadas sobre el lanzamiento del Presidente y un inminente fallo de la Corte Suprema, la Alianza reestrenó el Foro con la presencia de Fernando de la Rúa, Carlos Chacho Alvarez, Domingo Cavallo y los representantes de los partidos provinciales. Todos los caminos son posibles, incluso una consulta popular, dijo el jefe de gobierno en su discurso. La reunión en el Hotel Intercontinental comenzó al mediodía, cuando los dirigentes se ubicaron en una gran mesa cuadrada que permitía deducir la importancia de cada uno. En el centro se acomodaron De la Rúa y Alvarez. A su izquierda, Domingo Cavallo y Graciela Fernández Meijide. A la derecha se sentó el demócrata Carlos Balter, el dirigente mendocino con más posibilidades de alzarse con la gobernación. Raúl Alfonsín y Rodolfo Terragno, los otros dos integrantes del Grupo de los Cinco, se ubicaron a dos lugares de distancia de la fórmula presidencial, sobre la punta de la mesa. Esta jerarquía impuso que De la Rúa fuera el primero en hablar. Desde la más alta institución del poder no hay respeto a la Constitución señaló el jefe de gobierno porteño, por eso hemos lanzado este Foro, porque sabemos que la opinión pública es la que va a terminar con este tipo de cuestiones. Todos los caminos son posibles, incluso una consulta popular. Después habló Cavallo, quien sostuvo que el Presidente debe abandonar esta actitud para abocarse a resolver los problemas del país. El tercero en tomar el micrófono fue el senador correntino José Antonio Romero Feris, del Pacto Autonomista Liberal. Luego se fueron sumando el resto de los dirigentes, entre los que se encontraban Enrique Rodríguez (Nueva Dirigencia), María Cristina Guzmán (Movimiento Popular Jujeño) y Rafael Martínez Raimonda (Demócrata Progresista). Mientras en el interior del salón continuaban los discursos, en el subsuelo del hotel algunos dirigentes comentaban las últimas novedades de la interna del PJ y discutían la estrategia futura. Uno de los temas que más preocupa a la Alianza es la necesidad de diferenciarse del duhaldismo en su campaña antirreelección. Por eso los sectores del PJ que responden al gobernador no asistieron a la inauguración del Foro. No invitamos al duhaldismo porque queremos evitar aparecer como inmiscuyéndonos en la interna del PJ, sostenía un legislador del Frepaso mientras le pedía a uno de los mozos vestidos de smoking otra taza de café con leche. ¿Y la sesión del miércoles en Diputados? preguntó Página/12. Fue un hecho institucional, el Foro es más político. En el otro extremo del salón dos radicales discutían sobre cuál será el momento que el Presidente elegirá para lanzar su candidatura. Está esperando el resultado de las elecciones de Catamarca (que se realizarán el 21 de marzo). Pero (Ramón) Saadi va a perder, así que va a tener que esperar hasta que se diluya la derrota especulaba uno. Yo creo que va a lanzarse antes porque, si no, después no va a tener espacio. Se viene para la próxima semana sostenía otro radical, pendiente de que le comunicaran vía celular el estado de negociaciones por el armado de las listas de la interna de la UCR bonaerense. Mientras se escuchaban los aplausos provenientes del interior de la sala de reuniones, dos dirigentes del Frepaso comentaban las últimas ideas para oponerse a la ofensiva reeleccionista: la instalación de mesas en las principales esquinas de la Capital, el lanzamiento de foros paralelos en el interior del país y la reunión con juristas, que se realizará la semana que viene. Como broche final, en el Frepaso evalúan la posibilidad de convocar a una gran manifestación popular para el próximo 24 de marzo,cuando se cumpla un nuevo aniversario del golpe de 1976. La idea es equiparar el comienzo de la última dictadura militar con la posibilidad de que Menem concrete un golpe de Estado institucional mediante un fallo favorable de la Corte Suprema de Justicia. La iniciativa está lejos de confirmarse, pero ya comenzó a generar resistencias en algunos sectores del radicalismo e incluso del Frepaso, que la consideran demasiado efectista.
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