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EL BOLETO AUMENTARA HASTA UN 80%. LA PRIMERA CUOTA SERA DEL 15% EN LOS PROXIMOS 60 DIAS
Levanten la barrera que se viene el tarifazo

En una controvertida renegociación de contratos, el Gobierno autorizó a TBA, concesionaria del Mitre y el Sarmiento, a ajustar el valor del boleto a cambio de inversiones. En la práctica, los usuarios pagarán las nuevas obras.

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El nuevo contrato extiende 20 años la concesión a TBA, con un ajuste tarifario del 79,4% hasta el 2003.
La renegociación cambió las reglas sin convocar a otra licitación. La oposición amenaza ir a la Justicia.

Por Cledis Candelaresi

t.gif (862 bytes) Con fecha 16 de marzo, día en cuya madrugada terminó la audiencia pública convocada para debatir las renegociaciones ferroviarias, el Gobierno firmó un decreto que aprueba la revisión contractual acordada entre el Ministerio de Economía y Trenes de Buenos Aires, operadora de las líneas urbanas Mitre y Sarmiento. El nuevo contrato prorroga veinte años la adjudicación de esos tramos a TBA y habilita un ajuste tarifario del 79,4 por ciento de aquí al 2003, comenzando por un incremento de casi el 15 por ciento a aplicar en uno o dos meses. Pero entre otras seductoras prerrogativas otorgadas al grupo concesionario, los nuevos acuerdos abren las puertas para futuros aumentos del boleto, imposibles de prever en este momento. La addenda (el contrato) que el secretario de Transporte, Armando Canosa, defiende a capa y espada, resulta tan controvertida que hasta amaga con fracturar a la Alianza, ya que mientras legisladores del Frepaso amenazan con denunciar en la Justicia el drástico cambio en las reglas de juego sin que medie una licitación, el radicalismo sólo objeta anónimamente, a través de los comunicados conjuntos.
La revisión en el Mitre y Sarmiento es sólo la primera de la serie de nuevos contratos ferroviarios que el Gobierno se apresta a autorizar por decreto, y que están inspirados en un nuevo concepto: las obras propuestas por las empresas –y no previstas en el contrato original– serán costeadas por los propios usuarios y no mediante subsidios del Estado. Esto, sin embargo, no libera al Tesoro de la Nación de pagar íntegramente la subvención comprometida en el momento de la licitación, que para esas líneas representa 532 millones de pesos en la primera década de concesión.
Hasta ahora, existían dos vías para que los adjudicatarios de trenes urbanos obtengan autorización para un aumento, que desde el inicio de la concesión, en junio de 1995, para TBA promedió el 50 por ciento. Una, era cumplir con cierto nivel de calidad en el servicio. Otra consistía en probar que sus costos subieron por encima del 6 por ciento. Ambas resultaron de aplicación complicada y, con este argumento, fueron sustituidas.
De ahora en más, TBA dispondrá de otros recursos para aumentar sus tarifas por encima de aquellos retoques programados. La addenda dispone una especie de cláusula gatillo por la cual, si se encarece cualquiera de los rubros que componen sus costos, no importa en qué proporción, la empresa estará habilitada a encarecer el boleto.
Mucho empeño para extender en tiempo y envergadura su negocio puso Claudio Cirigliano, líder de Cometrans (consorcio de colectiveros) e integrante de la troupe de empresarios cercanos a Carlos Menem. Su apuesta fue exitosa. No sólo seguirá explotando los ferrocarriles hasta el 2025, dos décadas más. Sino que lo hará en condiciones bastante atractivas y prácticamente sin riesgo alguno. Su principal obligación consistirá en cumplir un programa de inversiones de algo más de 2000 millones de aquí a aquella fecha.
Ese compromiso, sin embargo, sólo será honrado en la medida que la caja de las empresa se lo permita: si la recaudación cayera por debajo de lo proyectado, TBA puede suspender la ejecución de su programa. Pero aunque triplicara la venta de pasajes, nada lo obligaría a traducir esa bonanza en una rebaja tarifaria.
En rigor esto ya ocurrió hasta ahora con los pasajes que todos los adjudicatarios vendieron por encima de lo proyectado en la oferta. Esta renta extra no sirvió ni para abaratar boletos ni para achicar subsidio.
Aquellas ventajas no agotan la generosidad oficial, estimulada con la promesa de ofrecer trenes más puntuales y mejor acondicionados.
Para garantizar los créditos que tome, TBA podrá utilizar, inclusive, bienes que recibió del Estado y que, por lo tanto, debe restituir al final de la concesión. Del mismo modo, podrá comprometer la recaudación futuracon idéntico fin y prendar hasta el ciento por ciento de las acciones de la sociedad concesionaria.
La nueva versión contractual también oficializa la cesión a ese grupo de la línea Buenos Aires-Rosario, no incluida en la licitación original. De la misma manera, avala cambios contractuales en el grupo concesionario, aunque éstos estaban expresamente prohibidos por pliego en los cinco primeros años de la concesión: Cometrans, por ejemplo, fue avanzando en detrimento de la norteamericana Burlington.
Pero también pone en manos de Trenes de Buenos Aires un abanico de nuevas posibilidades comerciales, como la de prestar servicios ajenos al transporte de pasajeros (por ejemplo, el de transportar encomiendas) o la de explotar el hall central de Retiro a cambio del pago de un canon.
Este cúmulo de cambios, algunos jurídicamente endebles, hizo que un sector de la oposición política demostrara sus reparos exigiendo una audiencia pública por vía judicial. Ese debate tuvo lugar el lunes pasado en Moreno, donde el Frepaso argumentó contra la renegociación y Economía la defendió hasta con un video. Todo en vano. El amparo judicial que ordenó la audiencia estaba levantado y el Gobierno ya tenía listo el decreto de autoaprobación que firmó a poco de terminado ese encuentro.

 

Oposición al ajuste

“Las empresas no necesitan hablar porque el secretario de Transporte (Armando Canosa) ya habla en defensa de ellas”, acusó ayer el Defensor del Pueblo, reiterando lo que ya había sentenciado durante la audiencia pública del lunes. Jorge Maiorano adelantó que está dispuesto a frenar la aplicación del nuevo esquema contractual con una acción judicial, con el argumento de que el Gobierno no tomó en cuenta la discusión en la audiencia pública. Similar camino prevén adoptar los diputados frepasistas Ricardo Vago, Marcelo Vensentini, Alicia Castro y Marcela Bordenave. Según un comunicado difundido ayer con membrete de la Alianza, los legisladores amenazan con denunciar penalmente a Roque Fernández y a Armando Canosa por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Los funcionarios habrían incurrido en esta falta al no contemplar el derecho de los usuarios a intervenir en la definición del tema, tal como los habilita el artículo 42 de la Constitución. Al mismo tiempo, presentarán un proyecto de ley que disponga la derogación del decreto 210 publicado ayer en el Boletín Oficial. Horacio Bersten, titular de la Unión de Usuarios, es una de las voces que objeta la fragilidad de la norma. A su juicio, el Gobierno violó aquel artículo constitucional, que pretende dar a los usuarios la potestad de opinar.

 

Líneas Todo Bien Acordado

Son muchos los puntos objetables que ofrece la revisión contractual, bien por las ventajas que otorgan a los concesionarios, o por la debilidad legal de la renegociación:
ron2.gif (93 bytes)   No se introducen simples modificaciones al contrato vigente sino que se redactó otro nuevo, sin que haya mediado un llamado a licitación pública.
ron2.gif (93 bytes)   Las renegociaciones contractuales –la de TBA es sólo la primera– se llevaron a cabo sin tener en cuenta un estudio sobre las condiciones del transporte en toda el área metropolitana que el gobierno recién encara, gracias a un crédito del Banco Mundial.
ron2.gif (93 bytes)   La addenda le confiere al consorcio el status de operador del servicio, cuando éste sólo puede acreditar como antecedente los tres años en los que gerenció el Mitre y el Sarmiento. El pliego de condiciones utilizado en la licitación exigía una experiencia mínima de cinco años para asumir la operación de las líneas urbanas.
ron2.gif (93 bytes)   El nuevo contrato habilita futuras modificaciones societarias casi sin ninguna restricción: el servicio podría quedar en manos de empresas que no tengan ninguna vinculación, siquiera, al área de transporte.

 


 

LA EMPRESA PROMETE OBRAS POR 2500 MILLONES DE DOLARES
Inversiones que paga el usuario

t.gif (862 bytes) En los próximos 60 días, la tarifa promedio en las líneas Mitre y Sarmiento subirá de 56 a 64 centavos. El incremento, cercano al 15 por ciento, se aplicará no bien el ente que fiscaliza el funcionamiento de los trenes supervise el cumplimiento de la pauta de inversión prevista como condición para que se gatille la suba de los tickets. En este caso TBA, el concesionario de ambas líneas, se comprometió a poner sobre los rieles 33 vagones remodelados a nuevo con aire acondicionado y la reconstrucción de ocho estaciones.
“Estamos muy cerca de cumplir con este requisito; no va a tardar más de dos meses antes de que suban las tarifas”, afirmó ayer Claudio Cirigliano, el presidente de TBA, un consorcio que agrupa a capitales locales y estadounidenses.
El cronograma de aumentos tarifarios –que totalizará un 79 por ciento hacia el año 2003– tendrá su segundo escalón hacia fines de este año o comienzos del próximo, y también será del 15 por ciento. Para lograrlo, TBA deberá poner en funcionamiento otros 48 coches puestos a nuevo y refaccionar otras 11 estaciones. En total, los trenes de TBA se detienen en 97 estaciones a lo largo de 378 kilómetros de vías que unen Once con Lobos y Mercedes y Retiro con Zárate y Capilla del Señor.
El tercer aumento, del 19 por ciento, llegaría, según los cálculos de la empresa, durante el 2002. Para eso, antes tendrán que presentar 50 coches nuevos y otros 150 remodelados, también con aire acondicionado incluido. Por último, el último incremento, del 14 por ciento, se aplicaría en el 2003 tras la puesta en marcha de 148 vagones cero kilómetro. Con el último tarifazo, el boleto para unir Once con Moreno, que hoy cuesta 93 centavos, pasará a valer 1,75 peso. “Aún así, estaremos por debajo a los dos pesos y medio que cobran los ómnibus para el mismo traslado”, ejemplificó Cirigliano. Y añadió: “La gente va a ver primero las obras y recién después los aumentos”.
En total, TBA planea invertir 2500 millones de dólares hasta el año 2018. Además de las obras previstas para los próximos cuatro años, planea rehabilitar 500 kilómetros de vías para unir Buenos Aires con Rosario, la electrificación de nuevos ramales y la remodelación y compra de 555 coches. “Estas inversiones se realizarán sin ningún otro aumento en el boleto”, prometió el empresario.

OPINION

 

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