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ACUSAN AL JEFE DEL BCRA DE FAVORECER A ACREEDORES
DEL BANCO DEL GRUPO SOCIMER
"Pou cometió fraude en el Medefín"

Las maniobras que el abogado Mario Minces atribuye a Pedro Pou habrían permitido que acreedores del Medefín-UNB cobraran "créditos cuestionables". Asegura que el Mayo ya estaba condenado antes de tomar el Patricios.

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Mario Micens acusó a Pedro Pou por "fraude a la administración pública y asociación ilícita".
En la maniobra "tuvieron que intervenir los siete bancos sindicados y el estudio jurídico que actuó como nexo".


Por Maximiliano Montenegro

t.gif (862 bytes) El abogado Mario Minces conoce bien la historia del Medefín-UNB. A fines del '95, denunció a los directivos de la entidad, patrocinando a Pablo Terrabusi, a quien misteriosamente le desaparecieron de su caja de ahorro 2 millones de dólares. En la Justicia criminal ganó el juicio y su cliente fue reconocido como acreedor privilegiado. Hace dos semanas, Minces presentó una denuncia contra Pedro Pou por haberle solicitado que cediera la mitad del crédito de Terrabusi en favor de ciertos tenedores de "Eurobonos", como única manera de cobrar. Por este motivo, Literas allanó la semana pasada, además del Central, el Banco República, de Raúl Moneta, que además de tener un depósito importante en el Medefín, participó de la ingeniería financiera efectuada tras su quiebra.

En el reportaje concedido a Página/12, Minces aporta otro dato clave. En febrero del '98, Juan Carlos Nougués, entonces hombre fuerte de la Superintendencia de Bancos y hoy propuesto por Pou como director por seis años del Banco Central, cuyo pliego está bajo consideración del Senado, le dijo que el Central tenía cinco bancos en venta porque los consideraba "inviables": entre ellos, el Patricios y el Mayo. Pese a que el Banco Mayo era considerado "inviable" ya en febrero del '98, el Central autorizó que comprara el Patricios un mes y medio después.

--¿De qué lo acusa a Pedro Pou?

--En la quiebra del Banco Medefín, el Banco Central utilizó el artículo 35 bis de la ley de entidades financieras. Este instrumento está pensado para redistribuir entre las entidades del sistema activos y pasivos de bancos en problemas, con miras a "resguardar el crédito y los depósitos bancarios". Pero en este caso no tenía sentido aplicarlo, porque el banco no iba a seguir funcionando. Si el banco iba a cerrar, lo que correspondía era dejar que la Justicia comercial manejara la quiebra y quien tuviese créditos privilegiados los cobrara y quien no, no. Aun así, el Banco Central utilizó este instrumento para favorecer, por decenas de millones de dólares, a titulares de créditos cuestionables, u otros que eran "acreedores comunes" y, por lo tanto, debían ir a la masa formada en la quiebra judicial del banco.

--¿Quiénes son esas personas?

--Todavía no está determinado. A todos los llamados acreedores privilegiados del Medefín-UNB se les exigió una determinada cesión de sus créditos, alrededor del 50 por ciento, como condición para cobrar. Una de las materias de investigación es determinar quiénes son los favorecidos por este mecanismo. A su vez, se dieron por buenos algunos créditos altamente cuestionados. Por ejemplo, el crédito de Socimer es un depósito a plazo fijo de 72 millones de dólares. Si ese crédito pasaba a la Justicia comercial, tenía un alto nivel de impugnación, porque es el mismo Grupo Socimer el que está reprochado como causante de la caída del banco. --¿Cuál es la carátula de esta denuncia?

--En otras causas se le reprocha a Pou de falta de observancia, violación de los deberes de funcionarios públicos e incluso de abuso de poder. En esta causa, en cambio, son hechos puntuales configurativos de conductas penales: fraude en perjuicio de la administración pública y asociación ilícita.

--¿Pou no podría argumentar que actuó de esta manera para salvar al sistema financiero?

--El podría argumentar que actuó de tal o cual manera para evitar un efecto dominó sobre el sistema. En este caso no se trata de la discrecionalidad o de la falta de cuidado de los directivos del Central. Se trata de su participación en una maniobra para beneficiar a determinados actores privados.

--¿Hubo coimas?

--En el delito de administración fraudulenta se presume el ánimo de lucro, porque obviamente es intención de quien fabrica una estafa beneficiarse con ella. Si la vocación de sometimiento de Pou a la banca extranjera es de tal entidad que dice "les entrego lo que quieran" y no pide nada a cambio, es algo que tendrá que probar. Demostraría una vocación de sometimiento absoluta a la banca extranjera. Pero igual sería un fraude a la administración pública. Hoy ignoro si cobró algo o no a cambio.

--¿Entre quiénes sería la asociación ilícita?

--Para poder lograr esto tuvieron que intervenir, por un lado, los bancos sindicados: República, Galicia, West Merchant Bank, Bansud, Banco Latinoamericano de Exportaciones, Deutsche Bank y Mercantil. Por otro lado, el directorio del Banco Central. Y, además, quienes se encargaron de armar la ingeniería jurídico-financiera: el estudio Baker y McKenzie, de origen americano, en el que uno de los titulares, Alejandro Olivera, aparece siendo nexo entre los bancos sindicados, los denominados depositantes mayores y el Banco Central.

--¿Qué penas pueden caberle a Pou?

--Son penas graves. No son delitos excarcelables.

--¿Esta causa tiene alguna relación con la caída de los bancos Patricios y Mayo?

--La relación es directa, pero no desde el punto de los hechos investigados, sino de la política implementada por el Banco Central. El 12 de febrero de 1998 mantuvimos una conversación con un funcionario de la Superintendencia del Central, el licenciado Juan Carlos Nougués, para informarnos del rechazo de la fusión entre el Medefín y el Patricios. En ese encuentro, Nougués nos comentó que estaban en venta cinco bancos, porque el Central ya no los consideraba "viables" en el sistema financiero: el Patricios, el Mayo, el Israelita de Córdoba y otros dos que por prudencia prefiero no nombrar. Los tres nombrados sufrieron los procesos conocidos y los dos restantes requirieron fuerte apoyatura, uno de un banco norteamericano y otro de una banca mexicana, para evitar la caída.

--A ver si entiendo: un alto funcionario del Banco Central decía que el Banco Mayo era inviable. ¿Cómo se explica que a los pocos meses Pou haya autorizado a Rubén Beraja a comprar el Patricios?

--Mi impresión es que esta actitud respondió a una estrategia del Central. En la plaza bancaria circula un comentario referido a que un banco interesado en comprar el Patricios a principios del año pasado fue desalentado por Pou, quien le pidió un tiempo para entregárselo, pero con muchas más sucursales. Si se entregó el Patricios al Mayo, un banco que ya se consideraba inviable, para luego bajarle el pulgar, nos daría una muestra de "travestismo" financiero. El rumor, "se non è vero, è ben trovato".

--¿Los dos bancos sobre los que prefiere guardar reserva también eran de capitales de origen judío?

--Sus dueños aparentes son de origen judío, aunque no son bancos "de la comunidad judía". Pero no puedo extraer de allí que se trate de una cuestión antisemita. Sí soy consciente de la posible injerencia del Central en la caída de estos bancos, citando como referencia al Patricios y al Israelita. La denuncia penal formulada ante la Procuración contra los directivos del Patricios fue realizada quince días antes de suspenderlo en su funcionamiento. Esto habría dado que los "enterados de siempre" extrajesen sus depósitos mayores, decretando con seguridad la caída del banco. Otro tanto sucedió con el Israelita de Córdoba. Esto no significa que no existieran serias irregularidades e ilícitos en estos bancos. Más aún, algunos de estos ilícitos fueron tolerados y convalidados por el propio Banco Central.

--¿Por ejemplo?

--El funcionamiento de las bancas "off-shore" clandestinas. En el caso de la banca off-shore de los bancos Medefín y UNB, está comprobado que el Central tenía conocimiento y no hizo nada al respecto. Está acreditado que desde la casa central del Banco UNB primero y, luego en la sede del Medefín, se manejaba una banca "off-shore", con una casilla de correo en Bahamas, no registrada en balances. El Banco Central tomó vistas de esta causa, en la que además declararon algunos de sus funcionarios. Sin embargo, nunca hicieron nada.

 


 

UN PEQUEÑO BANCO BENEFICIADO A LO GRANDE
Historia de favores y descuidos

Por M.M.

t.gif (862 bytes) La del Banco Medefín-UNB es, tal vez, una de las historias más increíbles del sistema financiero de los años noventa. Página/12 adelantó el 12 de diciembre pasado, que dos fiscales habían pedido se tomara declaración indagatoria al ministro Roque Fernández, presidente del Banco Central hasta julio del '96, y al actual titular de la autoridad monetaria, Pedro Pou. Los fiscales los consideran responsables del delito de "defraudación en perjuicio de la administración pública", por haber entregado 60 millones de pesos en redescuentos al Banco Medefín-UNB, sin las garantías adecuadas. Ahora, el juez Gustavo Literas empezó con los primeros pasos para que, en poco tiempo más, al menos Pou tenga que caminar por Tribunales. En tanto, la denuncia del abogado Mario Minces abre otro capítulo, hasta ahora desconocido, de esta historia.

El Medefín-UNB fue la pieza del dominó que, al caerse, sentenció a

los dos bancos principales de la colectividad judía: el Patricios y el Mayo. A fines de febrero del año pasado, el banco cerró sus puertas porque el grupo suizo español Socimer, que había tomado el control de la entidad a mediados del '96, se negó a capitalizarlo en medio de acusaciones cruzadas con Pou. Los directivos del Grupo denunciaron pasivos ocultos por 70 millones de dólares de depositantes off-shore, fuera de balance, que los veedores del Banco Central no habrían detectado. En el ínterin, Socimer fue denunciada por la Comisión de Valores de España por timbear en pequeños bancos de remotos países con el dinero de ahorristas y pensionados europeos, sin su conocimiento. En tanto, el gobierno de Bahamas detectó irregularidades en la off-shore del Grupo y suspendió sus operaciones.

Socimer tenía, además, un depósito millonario en el Patricios que decidió retirar, detonando una avalancha sobre el banco de los Spolsky. Luego Pou autorizó la compra del Patricios por parte del Mayo, que empezó a desinflarse más rápido, cayó y fue desguazado.

Pero lo más llamativo de la historia ocurrió entre 1995 y 1996, cuando la cúpula de directivos locales, que en las últimas semanas desfilaron ante el juez Literas, estaban al mando. Entonces, pudo comprobarse una serie de curiosas coincidencias, que abren interrogantes de difícil respuesta:

* Entre redescuentos, adelantos de financiación, autorización de emisión de obligaciones negociables de débil cobertura y créditos del Banco Nación y del Banco Ciudad, se calcula que se direccionaron más de 200 millones de dólares. Para un banco monocasa, con un reducido grupo de clientes y escasos empleados, parece exagerado.

* Encima, los fiscales estiman que los 60 millones de pesos que entregó tenía tantas facilidades que podrían esconder una defraudación (ver aparte). Mientras que para los créditos otorgados por el Nación y el Ciudad, se hipotecó dos veces un mismo activo.

* Al momento del cierre, quedó en evidencia lo diminuto del banco: con un millón de dólares se pagaron la indemnización de todos los empleados. Los depósitos de más de 130 mil pesos eran sólo catorce, que sumaban en total

100 millones de dólares, de los cuales uno solo, Socimer, tenía depósitos por 72 millones. Para pagarles a los depositantes de menos de 130 mil pesos, bastaba con 4 millones de dólares.

* El apoyo oficial fue gestionado por Fernando Mayorga, directivo de la entidad y amigo personal de Pou, por entonces vicepresidente del BCRA, cuando su titular era Roque Fernández.

* El Medefín es el segundo banco privado que más prestó al Grupo Yoma y, además, sirvió para canalizar fondos del Banco Nación hacia la curtiembre de la familia política del Presidente.

* Sorprendentemente, rompiendo una regla de oro en el caso del cierre de todos los bancos durante los últimos cuatro años, el Banco Central no realizó ninguna denuncia penal contra los directivos del Banco Medefín.

OPINION

 

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