Por Raúl Kollmann
Carlos Telleldín
insistió ayer en que no fue cómplice del atentado contra la AMIA: Se me puede
adjudicar cualquier tipo de delitos y relaciones con los policías bonaerenses. Armé
autos truchos desde los 17 años, pero no tuve nada que ver con el atentado,
señaló El Enano como se conoce a Telleldín ante los jueces de la Cámara
Federal Horacio Cattani, Martín Irurzún y Horacio Vigliani. Telleldín argumentó que
los policías bonaerenses lo extorsionaron, le quitaron la camioneta Trafic y que entonces
no se le puede imputar haber colaborado voluntariamente con el ataque contra la AMIA. En
su presentación ante la Cámara mostró fortalezas y debilidades.
En la audiencia de ayer, Telleldín debía refutar la imputación del juez de la causa,
Juan José Galeano, quien lo considera partícipe necesario del atentado, es decir
cómplice. Pero, además, la idea de los abogados del Enano, Víctor Stinfale y Luis
Sasso, era que causara una buena impresión a los jueces e hiciera su propia defensa.
Según los letrados, Telleldín -que está estudiando Derecho se mostró como un
gran conocedor del expediente y es seguro que no dio la impresión de ser un chorro
de los habituales.
En cuanto a la argumentación, hubo fortalezas y debilidades:
Telleldín
ratificó que tuvo que darles la Trafic a los policías bonaerenses porque éstos lo
extorsionaban, es decir le pedían dinero para permitirle seguir con su actividad
delictiva. Si le sacaron la camioneta con una extorsión, mal pudo haber sido
cómplice de la utilización posterior del vehículo, argumentó El Enano.
El mayor
elemento contra Telleldín es que el motor encontrado entre los escombros de la AMIA era
de su propiedad. Esto se verificó por lanumeración. Telleldín argumenta que si él
hubiera sido cómplice del atentado habría borrado la numeración.
Pocos días
antes del atentado, El Enano puso un aviso en un matutino anunciando la venta de la
Trafic. Eso no lo hace alguien que piensa utilizar el vehículo para realizar un
acto terrorista, razonó el imputado.
Por último,
Telleldín sostuvo que cuando le informaron que lo estaban buscando en relación con la
voladura de la AMIA, él regresó de Formosa y se entregó. Sobre esa base sostiene que
eso tampoco lo hubiera hecho alguien imputado por la muerte de 86 personas.
Los dos puntos más débiles de su presentación fueron los siguientes:
Un testigo
cuenta que llegó a casa de Telleldín el mismo día del atentado y se encontró con los
hijos del Enano, solos en la casa. Los chicos le contaron que Telleldín se había ido
porque parece que en el atentado de la AMIA usaron una camioneta de él. Es decir, que
Telleldín ya sabía que se usó la Trafic el mismo día 18 de julio, cuando las
investigaciones no habían determinado nada. Otro testigo ratifica lo anterior,
sosteniendo que Telleldín estaba nervioso, casi desesperado, ese día. El Enano dice que
hay un error de fechas y que él estuvo nervioso unos días después, porque veía que la
Policía lo acosaba y él pensaba que era para extorsionarlo otra vez.
También parece
poco sólida su defensa frente a la hilación que presenta el juez: la Trafic estaba en
manos de Telleldín, días después estalló frente a la AMIA y El Enano después mintió
reiteradamente sobre el destino del vehículo: a quién se lo dio, por qué, cuándo. Es
decir que mintió porque tenía relación con el grupo terrorista. Recién dos años más
tarde contó que se la había entregado a los policías. Según dijo ayer, las
motivaciones de sus silencios o supuestas contradicciones no están necesariamente
emparentadas con algún protagonismo en el atentado. La mentira es también un derecho de
la defensa.
En resumen, el alegato de Telleldín tuvo sus altibajos. El Enano estuvo demorando todo lo
posible esta audiencia en realidad consiguió una dilación de casi seis meses
porque en julio se cumplirán cinco años de su detención y él quiere pedir la libertad
por la aplicación del Pacto de San José de Costa Rica. Por el contrario, los
querellantes quieren que la Cámara ratifique la imputación rápidamente para que se
ponga en marcha, lo más pronto posible, el juicio oral a Telleldín y a todos los
policías bonaerenses acusados.
LA CAMARA RECHAZO OTRO PEDIDO
El PAMI no tiene amparo
El PAMI
deberá seguir esperando para afiliar a los jubilados a su cuestionado plan de salud. Ayer
la Justicia volvió a rechazar un pedido de amparo para que se levante la medida cautelar
que mantiene suspendida la licitación de los servicios médicos de la obra social.
El PAMI había presentado un recurso extraordinario ante la Cámara de Apelaciones; en él
solicitó que la Corte Suprema entendiera en la causa, en la que reclama que se le permita
poner en marcha su nuevo sistema de atención médica. En el proceso de licitación, el
Instituto llegó a firmar los contratos con las tres gerenciadoras que administrarán las
prestaciones para cuatro millones de jubilados, un negocio en el que están en juego mil
millones de pesos por año. Pero ese mismo día la Sala IV de la Cámara en lo Contencioso
Administrativo ordenó frenar la licitación. Los jueces Guillermo Galli, María Jeanneret
de Pérez Cortez y Alejandro Uslenghi sostuvieron entonces que el Instituto no había
garantizado la información suficiente para que los jubilados pudieran elegir a conciencia
antes de afiliarse a las redes de salud. Y ayer, al rechazar el nuevo pedido, dejaron en
claro que el PAMI todavía no subsanó todas las carencias de información detectadas.
Entre otros puntos, la Justicia ha señalado que existen claras deficiencias en los
listados de las clínicas y médicos que atenderán en el nuevo sistema, y que no está
claro el régimen de sanciones que se aplicará en casos de incumplimiento por parte de
las redes.
OPINION
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