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Los diputados se suman a la ola
de reclamos por leyes más duras

La Cámara baja tratará en sesión especial varias reformas al Código Penal. También  prevé regular las empresas de seguridad.

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Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) En una sesión especial, la Cámara de Diputados tratará hoy un paquete de leyes para reformar el Código Penal, una de las cuales está directamente vinculada con la crisis de la seguridad pública: la que agrava las penas para los mayores que se valen de menores para cometer delitos. También se sancionará un régimen regulatorio para empresas de seguridad privada. Los legisladores del oficialismo y de la oposición intentarán además tratar sobre tablas otros proyectos que endurecen las penas para algunos delitos o intentan otorgarle más atribuciones a la Policía Federal. En un hecho inédito en el Congreso, se insistirá con una iniciativa rechazada en diciembre: la creación de un régimen de sanciones para menores de 14 a 16 años que cometen delitos graves.
El tema seguridad será, también hoy, uno de los ejes del debate del Senado. Allí, los legisladores que hace una semana aprobaron en general un proyecto que endurece el régimen excarcelatorio para reincidentes, le harán modificaciones a la norma por lo que –como adelantó Página/12– el texto volverá a Diputados. Así lo aseguró el senador Jorge Yoma (PJ), quien, en nombre de la bancada mayoritaria, adelantó que se excluirán de los alcances de la ley los delitos culposos y los de acción privada, como la calumnia y la injuria. El proyecto prevé que los imputados que ya tengan una condena previa –hayan cumplido prisión efectiva o no– deberán ir a la cárcel si reciben una segunda condena. Tampoco podrán ser excarcelados durante el proceso. Hasta ahora, la ley establece que la privación de la libertad sólo corresponde a quienes tienen condenas previas de prisión efectiva.
La sesión especial de Diputados fue convocada por el justicialismo y aceptada por la Alianza. Hay cinco temas en la agenda, pero el diputado Miguel Pichetto intentará que se trate sobre tablas una iniciativa que pretende otorgarle a la Policía Federal facultades para hacer requisas personales o vehiculares sin orden judicial, interrogar a testigos y disponer secuestros sin autorización del juez.
La iniciativa fue cuestionada por los diputados de la Alianza. La principal objeción es que esas atribuciones “en realidad ya están contempladas en el Código de Procedimiento Penal”. “La policía puede hacer requisas e interrogar a los testigos”, apuntó la diputada Diana Conti (Alianza). El penalista Adolfo Tamini, en cambio, apoyó el proyecto en la “necesidad de dejar más claras en la ley las atribuciones que ya tiene la policía, para evitar que los jueces anulen procedimientos al hacer una interpretación del Código”. Más pragmático, Pichetto fundamentó la iniciativa en los reclamos de la Policía Federal.
La Alianza también llevará lo suyo a la sesión de hoy: un proyecto que aumenta el mínimo de pena para la tentativa de robo con arma de fuego, de manera que no sea excarcelable; otro que agrava en un tercio las penas de delitos cometidos con armas, y un tercero que incrementa en la misma proporción las sanciones para los delitos cometidos por miembros de las fuerzas de seguridad.
Además, el diputado José Cafferata Nores (UCR) exhumó un proyecto que establece la creación de un “régimen de responsabilidad para menores” de entre 14 y 16 años. “No se trata de disminuir la edad de imputabilidad como propone (el diputado Alberto) Pierri, sino de dar una respuesta en la ley para los chicos que cometen delitos graves”, explicó a Página/12. El proyecto establece que el juez puede someter a un tratamiento socieducativo, en un instituto o bajo libertad vigilada, a un chico autor de homicidio, lesiones graves o robo con armas, por un plazo máximo de tres años. De aprobarse, la iniciativa reemplazaría a un proyecto similar, impulsado por Hilda Duhalde y María del Carmen Banzas, que tiene media sanción pero que es resistido en el Senado.
Sólo un acuerdo de los bloques posibilitará tratar estos temas fuera de agenda, para lo que se necesitaría la aprobación de dos tercios del cuerpo. Se tratarán, en cambio, cinco proyectos, entre ellos el que agravaen un tercio las penas para mayores que utilizan a menores para cometer delitos; un régimen regulatorio para agencias de seguridad privada, y el castigo para quien participe de un accidente y abandone a una víctima.

 


 

SE ESCAPO CUANDO ERA TRASLADADO Y LO MATARON
Un preso perseguido a los tiros

t.gif (862 bytes) Mientras lo trasladaban hacia el recinto donde era sometido a juicio oral por robo calificado y otros delitos, un detenido logró quitarse las esposas, golpeó al guardia que lo custodiaba y trató de escapar corriendo por una calle del centro de Buenos Aires, pero fue herido por personal del Servicio Penitenciario Federal y poco después murió en un hospital. Miguel Angel Arribas, en su frustrada huida, tuvo que abrirse paso en medio de decenas de personas que transitaban por Paraguay al 1500 y que pudieron haber sido alcanzados por una bala; los guardias “efectuaron los correspondientes disparos al aire de advertencia”, según justificó el Servicio Penitenciario por medio de un comunicado.
La madre y la hermana de Arribas se enteraron del desenlace minutos antes de comenzar la audiencia, que se viene realizando desde el lunes en el Tribunal Oral número 25, ubicado en Paraguay 1536. “No tenían por qué matarlo”, gritaban las dos mujeres, que sufrieron una crisis nerviosa y que increparon a los efectivos penitenciarios. Los jueces Alfredo Imbrogno, Carlos Argeo Binda y Rodolfo Bustos Lambert, luego de consignar la novedad al abrirse la sesión, continuaron con el juzgamiento de los otros tres integrantes del grupo delictivo, Claudio Luis Campos, Gonzalo Espollie y Franklin Justiniano López.
Los nombrados, junto con Arribas, están acusados de robo calificado, asociación ilícita, robo en poblado y en banda, lesiones, abuso de armas, y tenencia ilegal de armas de guerra. El intento de fuga se produjo minutos antes de las 9 de ayer, cuando los procesados eran bajados del celular que los había llevado hasta el tribunal. Cuando puso un pie sobre la vereda, Arribas se quitó las esposas –las había abierto durante el viaje forzando el cerrojo con un alambre–, empujó a uno de los carceleros y comenzó a correr.
Varios efectivos lo siguieron y realizaron varios disparos al aire, en una calle angosta, con muchos edificios altos. En la esquina de Paraguay y Montevideo el preso fue herido en un glúteo y cayó al piso. Al principio se pensó que la lesión era superficial, pero una hora después murió en el Hospital Fernández. En la audiencia, la médica Gabriela Paz dijo al tribunal que el deceso se produjo a raíz de “un paro cardiorrespiratorio producto de una descompensación sufrida por la abundante pérdida de sangre, ya que el disparo le afectó una arteria”.
En la zona donde se produjo la persecución hay un jardín de infantes, comercios y varias oficinas. El Servicio Penitenciario confirmó que Arribas “había logrado despojarse de las esposas reglamentarias” y con ellas “impacta en el rostro del agente a cargo de la apertura del móvil”. En un “forcejeo posterior”, según la información oficial, el preso golpeó al guardia “en la cabeza, brazo derecho y muñeca”.

OPINION

 

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