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En Gobierno presagian un domingo complicado

En la Casa Rosada comienzan a admitir su autoría en la operación para “embarrar la cancha” a Duhalde en la interna bonaerense.

Carlos Menem viajó ayer a Salta para apoyar la reelección del gobernador Juan Carlos Romero (izquierda).
En el comando cafierista, apoyado por el Presidente, comenzaron a hablar de fraude en la interna.

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Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) Empieza como un hecho aislado. Lo motoriza un “gurka”, un inimputable. Y el resto mira desde afuera, haciéndose al desentendido. Pero ese globo de ensayo progresivamente va transformándose en una política concreta. Ya sucedió con los pedidos para que la Justicia habilite una nueva reelección de Carlos Menem, una empresa que el Presidente debió admitir como propia. Ahora, el hecho del que la Casa Rosada comienza a aceptar su padrinazgo es “embarrar” una interna bonaerense que este domingo podría marcar la consolidación de Eduardo Duhalde como candidato presidencial y en consecuencia el fin del liderazgo de Menem. Uno de los más encumbrados ministros de la Casa Rosada, que pidió estricto off the record, vaticinó el resultado de la jugada en pocas y académicas palabras: “El domingo va a haber quilombo”.
La primera señal para frenar el comicio la dio Alberto Pierri, una “viuda” de Eduardo Duhalde. A principios de año el presidente de la Cámara de Diputados realizó una presentación judicial a título personal por supuestas “irregularidades” en los padrones. Logró su objetivo. Las internas programadas para el 11 de abril, en las que el duhaldista Carlos Ruckauf y el menemista Antonio Cafiero disputan la candidatura a gobernador, debieron posponerse para este domingo.
El mismo Pierri avanzó con otra denuncia para impugnar la boleta del duhaldismo. A su entender no correspondía que el nombre del mandatario provincial –en su carácter de precandidato a primer diputado– apareciera por encima del precandidato a gobernador, Carlos Ruckauf. Pero en esos momentos se comenzó a hablar de un acercamiento entre Menem y Duhalde, y entonces el pierrismo decidió congelar todo.
Pasaron los días y la relación entre el Presidente y el gobernador lejos de mejorar comenzó a deteriorarse aún más. Fue el turno de Roberto “Roby” Fernández. El ex interventor de La Rioja y actual subsecretario de Desarrollo Social presentó una demanda judicial por “defraudación y falsificación de documentos públicos” contra Eduardo Duhalde. Lo acusaba de “inflar” los padrones de afiliados del peronismo bonaerense. Buscaba, según él mismo admitió a Página/12, la suspensión de la interna.
Fernández, uno de los pioneros en buscar por vía judicial la reelección de Menem, no se quedó quieto. Unos días después, con el reiterado argumento de la existencia de afiliados truchos, presentó ante el Consejo Nacional Justicialista un pedido de intervención del PJ bonaerense.
“Roby”, cabeza de la “Mesa Menem 99 La Necesidad”, es un funcionario que nada hace sin el consentimiento del Presidente. De hecho, lo consultó al término de una reunión de gabinete antes de iniciar ambas presentaciones. Por eso de poco sirvieron los argumentos de un minúsculo grupo de funcionarios oficiales sobre la “autonomía” de Fernández.
Las dudas quedaron totalmente despejadas anteayer, cuando Horacio Alonso, apoderado de la corriente “Menem Conducción”, realizó otra presentación. Tal como publicó en exclusiva Página/12, allí se cuestiona a dos de los representantes duhaldistas en la junta electoral por “incompatibilidad” de tareas. Se trata de Hugo Curto y Eduardo Bustos, precandidatos a intendente y diputado provincial, respectivamente. Esa presentación fue respaldada públicamente por el apoderado del Consejo Nacional Justicialista, el diputado César Arias, uno de los operadores más funcionales de Menem.
Lo sorprendente no fue el pedido en sí –aparentemente Curto y Bustos estarían incurriendo en una ilegalidad– sino el momento en que se hizo, ya que los dos duhaldistas cuestionados integran la junta desde hace meses. Para completar el cuadro, el precandidato menemista a gobernador, Antonio Cafiero, sumó ayer otra demanda: que el Correo sea el encargado de llevar el cómputo del comicio y no la junta electoral, a la que recién ahora descubre “dominada” por el duhaldismo (ver página 5). Es llamativo que en momentos en que la mayoría de los sondeos registra un resultado de 7 a 3 a favor de Ruckauf, del comando de campaña cafierista se hable de “fraude”. No es curioso, en cambio, que en una elección donde Menem se juega parte de su liderazgo en el PJ, se produzca un escándalo que termine afectando la consolidación de la candidatura de Duhalde.

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