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Con cada vez menos poder, Menem
busca recuperar protagonismo con el plan de dolarización
Una apuesta solitaria en la hora del ocaso

Menem insistió en el gabinete con la dolarización, propuesta que no tiene muchos adeptos en el Gobierno. Los funcionarios están pensando cuál será su destino para después del 10 de diciembre más que en ese polémico proyecto, al que se oponen la Alianza y el duhaldismo.

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Carlos Menem encabezando la reunión de gabinete nacional. Salvo Pou y Jorge Castro, el resto no se entusiasma con la dolarización.

Por Diego Schurman

t.gif (862 bytes) La última cruzada de Carlos Menem para recuperar el centro de la política tiene nombre: la dolarización. Y solo dos acompañantes: el secretario de Planeamiento Jorge Castro y el presidente del Banco Central, Pedro Pou, con el molesto añadido de que el segundo, además, ya está procesado por la Justicia y acumula más denuncias en su contra.
Aunque ayer el Presidente ordenó a su gabinete que avance a fondo con el proyecto, ninguno de sus ministros respaldó en público la iniciativa. Algunos, incluso, la desacreditaron. El propio Roque Fernández confió a sus asesores que hará todo lo posible para que la dolarización no cuaje.
La idea de dolarizar nació en enero, cuando la crisis brasileña amenazaba lastimar la economía argentina. Pero luego de un fuerte debate sobre su viabilidad, el proyecto parecía abandonado. Menem volvió sobre el tema en las últimas semanas, cuando en la city prendió con fuerza el rumor de una devaluación. Así se reafirmaba en los últimos meses de su mandato, ante la imposibilidad de llevar a la práctica su sueño re-reeleccionista y la gradual pérdida de poder que viene sufriendo tras ese fracaso.
“Nadie quiere la dolarización. Pero Menem no puede aparecer como un lame duck”, dijo a Página/12 uno de los funcionarios con despacho en la Casa Rosada. Lame duck (pato rengo) es el término que utilizan los norteamericanos para graficar los últimos años de poder de un presidente, a raíz de las dificultades que atraviesa para imponer iniciativas.
Las señales de debilitamiento de Menem son numerosas. Pero las más evidentes fueron las renuncias de dos de sus ministros en menos de quince días. Hace tiempo nadie hubiera imaginado al Presidente dejar que Susana Decibe abandonara el ministerio de Educación por una discusión presupuestaria. Mucho menos tener que despedir a Erman González por razones éticas a raíz de su jubilación de privilegio de 8 mil pesos.
Lo que le sucedió al ahora ex ministro de Trabajo y amigo de Menem es paradigmático. En su época de esplendor –la suya y la de Menem–, Domingo Cavallo admitió estar percibiendo casi 10 mil pesos extra del instituto de investigaciones de la Fundación Mediterránea mientras era ministro de Economía. Eran otros tiempos y ese “desliz” no hizo que se hablara de renuncia, ni siquiera en el entorno del Presidente.
La certeza de que la apuesta de Menem es personal se reflejó ayer tras la reunión de gabinete. Como vocero del encuentro, el secretario de Planeamiento, Jorge Castro, dijo que el Presidente había instruido a sus ministros para “avanzar en toda la línea la estrategia” de la dolarización, convertida en un reemplazo suave de la devaluación tan temida.
–El jefe quiere aparecer como el garante de la estabilidad hasta el final –comentó a Página/12 un funcionario de la Presidencia.
Pero esta vez, a diferencia de lo que sucedió con la re-re, ayer nadie se animó a realizar una férrea defensa de la iniciativa.
“Hay que ser cautelosos y no efectuar declaraciones que puedan en forma directa o indirecta afectar el prestigio o la solidez de nuestra moneda”, desayunó a la prensa Carlos Corach. El ministro del Interior envió así un claro mensaje al mentor del proyecto, Pou, quien había afirmado que la Argentina “no tiene moneda”.
–Seguro no tendremos dolarización por decreto –dijo a este diario otro funcionario que pidió reserva de su nombre para no desafiar al Presidente.
Y agregó que a lo sumo avanzará en una doble vía: a través del consenso con los Estados Unidos y, aquí, con los legisladores del PJ y la Alianza. Como Washington no está entusiasmado en una dolarización por acuerdo bilateral y a los legisladores no los vuelve locos la desaparición de la moneda propia, si se elude el decreto será imposible dolarizar.
Voceros de Economía aseguraron a Página/12 que Roque tiene decidido trabajar para frenar la dolarización.
Ni siquiera el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, hizo una defensa abierta de la dolarización.
–Estamos estudiando el tema –arrancó impávido.
–¿Pero por qué antes se hablaba de impulsar un decreto sí o sí y ahora ningún funcionario sale a defender la propuesta? –le preguntó Página/12.
–Nada se logra sí o sí. Hay que buscar consensos. Lo único que decimos es que la dolarización es la continuación de la convertibilidad– apuró una respuesta con una rara mezcla de prudencia y audacia.
Como la re-re, la dolarización une en su contra al precandidato presidenciales del PJ, Eduardo Duhalde, y al candidato de la Alianza, Fernando De la Rúa. Lo mismo sucede con los potenciales ministros de Economía de las dos principales agrupaciones, Jorge Remes Lenicov y José Luis Machinea.
Ni siquiera dos fieles históricos, como Oscar Lamberto y Franco Macri, lo apoyaron. Los dos definieron igual la dolarización: como un error.

 

Soros sigue aclarando

Eduardo Elsztain, el hombre de Soros en Argentina, salió ayer a aclarar los dichos de su jefe, afirmando que el financista más famoso del mundo “no tiene posición en contra del peso”. Como se sabe, Soros convulsionó el mercado al sostener que “el peso está sobrevaluado”. “Yo hablé con Soros y me dijo ‘no creo para nada que haya que devaluar’”, aseguró Elsztain, presidente de IRSA, una de las tres compañías del grupo Soros. A través de esa compañía Soros canaliza inversiones en bienes raíces, mientras que con Cresud compra campos, siendo uno de los principales terratenientes del país. También tiene una posición importante en Alto Palermo SA, empresa que reúne una cartera de ocho shoppings. Elsztain explicó que Soros, ante semejante exposición, no juega contra el peso puesto que “sus inversiones serían muy dañadas en caso de devaluación”. Además, resaltó que “la reacción del Ejecutivo y la oposición fue muy clara” en favor de la ley de Convertibilidad. En tal sentido, indicó que “ésta es la mejor transición de la historia argentina”.


 

EN BRASIL HAY UNA FUERTE OPOSICION A LA DOLARIZACION
“La idea es una estupidez”

Página/12 en Brasil
Por Darío Pignotti Desde San Pablo

t.gif (862 bytes) En Brasil, donde existe una fuerte oposición al proyecto de dolarización de Menem, el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, descalificó esa iniciativa e insistió con una propia: una moneda común para el Mercosur. La integración de los países del bloque “sólo será posible con la creación de una moneda única”. En Brasil, las reacciones contra la dolarización son violentas. El ex presidente del Banco Central y socio de Tendencias, una de las principales consultoras de la city brasileña, Gustavo Loyola, afirmó tajante a Página/12 que la dolarización “es una estupidez”. Para ahuyentar los fantasmas, Carlos Menem telefoneó a Fernando Cardoso para asegurarle que la Argentina no reemplazará su régimen cambiario.
El socio de Loyola, Christian Vecchi, responsable del área Argentina de la consultora que mantiene fluido intercambio de informaciones con la principal consultora de la city porteña, la de Miguel Angel Broda, calificó de “poco felices las declaraciones del presidente Menem sobre dolarización, que en todo caso podrá ser algo de mediano o largo plazo”. A la resistencia brasileña a la dolarización se le suma lo que aquí se denomina “efecto Tango”, que se refiere a la posibilidad de una devaluación del peso.
–¿Por qué los rumores de ajuste cambiario en la Argentina hicieron caer más la Bolsa de San Pablo que la de Buenos Aires? –preguntó Página/12 a Vecchi.
–La recuperación brasileña fue muy rápida y se basó más en elementos psicológicos que concretos, e inmediatamente se presentaron las medidas en el exterior como un éxito. La euforia no es aconsejable.
Por su parte, el economista jefe del Citibank, Carlos Kawall, minimizó la última crisis en la Argentina y le restó trascendencia sobre su impacto en Brasil. El banquero adelantó a este diario que las “previsiones son ahora menos optimistas que hace un mes, pues el superávit comercial no será importante y los desembolsos por servicios de deuda al exterior superarán los 30 mil millones de dólares”.
Tanto Kawall (Citibank) como Loyola y Vecchi (consultora Tendencias) pronostican que no habrá devaluación en la Argentina por lo menos hasta las elecciones presidenciales. Vecchi tiene una posición más firme: “Argentina puede mantener la Convertibilidad sin problemas porque cuenta con agregados monetarios sanos como el nivel de reservas”.
–¿Cuál es, entonces, la mayor fragilidad brasileña?
–En que la recuperación del real luego de la devaluación (de enero) fue en función del capital especulativo de corto plazo. No fue como en Corea, que registró un aumento de reservas gracias a un gran superávit comercial.

 


 

Machinea y López Murphy contra la dolarización

Tanto el referente económico de la Alianza como el economista jefe de FIEL dispararon contra el proyecto del titular del Central.

José Luis Machinea, el candidato más firme a ministro de Economía de un gobierno de De la Rúa.
Imponer la dolarización por decreto “es un disparate”, afirmó, agregando que Pedro Pou no defiende el peso.

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t.gif (862 bytes) Dos de los principales economistas de la Alianza salieron ayer a bombardear el proyecto de dolarización que quiere apresurar el Gobierno. José Luis Machinea, el candidato más firme a ministro de Economía en una eventual presidencia de Fernando de la Rúa, calificó de “disparate” la idea de colar la dolarización en los próximos meses mediante un decreto de necesidad y urgencia, como se especula desde el Gobierno para disipar la posibilidad de una corrida contra el peso. En tanto, Ricardo López Murphy fue más diplomático, pero igualmente categórico: “Lo más sensato es continuar con el actual esquema de convertibilidad”, afirmó. Más allá de la cuestión política, ambos economistas plantean las objeciones técnicas obvias al esquema que impulsa el titular del Banco Central, Pedro Pou.
“El presidente del Banco Central parece no confiar en la Convertibilidad, parece no querer defender el peso, que es justamente una de sus funciones básicas”, disparó ayer Machinea. En declaraciones a Radio Mitre, dijo que “nosotros estamos totalmente en desacuerdo” con la propuesta de dolarización. “Pero, en todo caso, si alguien quiere discutirlo, hagámoslo en el Congreso. Lo que me parece realmente increíble, un disparate, es que alguien esté pensando que una decisión de esta trascendencia se puede imponer por un decreto de necesidad y urgencia”, aseguró.
López Murphy, por su parte, sigue confirmando que, dado su prestigio entre los inversores financieros, es el único economista de la Alianza que puede hablar con libertad de la cuestión cambiaria. “Lo que hizo (George) Soros fue constatar un hecho que no tiene mucha discusión, y es que la moneda argentina ha quedado sobrevaluada como consecuencia de la baja de 40 por ciento en los precios de las commodities, la devaluación del real y la revaluación del dólar frente a otras monedas del mundo”, declaró, sin eufemismos. “Lo que él dijo es que vamos a tener que someternos a una dieta y yo coincido”, completó.
Pero se mostró contrario a la dolarización. “Yo desearía que siguiéramos con la Convertibilidad más que con la dolarización. La dolarización total de la economía es una decisión de largo plazo y de difícil reversibilidad”, sostuvo. Aun así, no se plantó tan combativo frente al Gobierno como Machinea: “Interpreto la actitud del Presidente en el sentido de que si hubiera una crisis de confianza probablemente se busque como alternativa ir hacia una completa dolarización”, afirmó.
Tanto Machinea como López Murphy destacaron una serie de objeciones técnicas clásicas a la dolarización:
ron2.gif (93 bytes) “Argentina dejaría de ganar por los intereses de sus reservas internacionales, lo que los economistas llaman señoreaje”. Esto representa entre 800 y 1000 millones de dólares anuales.
ron2.gif (93 bytes)  “El Banco Central no podría actuar nunca más como prestamista de última instancia de los bancos”, lo que aumentaría la fragilidad del sistema financiero. Sobre este punto, se dice que Pablo Guidotti, el segundo de Roque Fernández, estaría negociando en Estados Unidos un acuerdo con la Reserva Federal para que actuase como prestamista de última instancia de los bancos argentinos. Machinea calificó esta posibilidad de “despropósito”.
ron2.gif (93 bytes)  Machinea también resaltó que “nos olvidaríamos para siempre de tener una moneda única del Mercosur” y “nos ataríamos para siempre a la política monetaria de Estados Unidos”.
Rodolfo Terragno tampoco perdió la oportunidad para disparar contra la dolarización y contra Pou. “El presidente del Banco Central conspira contra el peso, es irresponsable”, sentenció. En tanto que definió la dolarización como “un escapismo, es correr hacia adelante sin dar solución al problema de la competitividad de la economía argentina”, explicó. Luego, aclaró, por las dudas, que “hay un problema de competitividad, pero mejorarlo moviendo el tipo de cambio traería costos extremadamente altos”.

 


 

CAIDA DEL 2,4% DE LAS ACCIONES
El miedo a la tasa

t.gif (862 bytes) Los rumores de devaluación se evaporaron. La dolarización no es un tema que importe a los operadores para el corto plazo. Lo que les preocupa es la posibilidad cada vez más cierta de que Estados Unidos eleve la tasa de interés de corto plazo en las próximas semanas. Ante esa eventualidad, el índice de acciones líderes MerVal cedió el 2,4 por ciento y ya acumula una caída del 10,1 por ciento en lo que va del mes.
Al principio de la sesión, los rumores de una inminente venta de Perez Companc y el acuerdo financiero al que llegaron los directivos de Alpargatas con sus acreedores para salvar a la empresa alcanzaron para que el MerVal mostrara una ligera tendencia positiva. Pero los precios se replegaron no bien en los Estados Unidos se dio a conocer la noticia de que la economía, en el primer trimestre, había crecido menos de lo estimado originalmente. Y que, pese a ello, la inflación no daba signos de ralentizarse.
Justamente, en la city creen que la Reserva Federal (banca central estadounidense) subirá la tasa en un cuarto de punto en las próximas semanas con el objetivo de contener el rebrote inflacionario. Pero, de ser así, la medida no hará más que encarecer los costos de financiamiento de las compañías americanas, enfriará la expansión económica en ese país y, como efecto colateral, ahuyentará a los capitales de los países emergentes. Ante esta perspectiva, en Nueva York la baja fue del 2,2 por ciento, 235 puntos, el derrape más importante de 1999, medido en puntos. Por su parte, la Bolsa de San Pablo declinó 2,7 por ciento y el real terminó a 1,72 por dólar, contra 1,70 del cierre anterior. A su vez, en Chile la merma resultó del 1,6 por ciento.
A pesar del acuerdo con los acreedores, la acción de Alpargatas perdió 20 por ciento debido a que los pequeños inversores en el papel se verán perjudicados por el flamante arreglo de salvataje. En total, 35 acciones bajaron, 8 subieron y 11 cerraron sin cambios. En tanto, los títulos públicos volvieron a perder terreno, anotándose una baja de hasta 2,2 por ciento. La tasa interbancaria (call), por su parte, saltó del 7,4 al 8,2 por ciento en pesos y del 6,6 al 6,8 por ciento anual en dólares.

OPINION

 

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