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    EL PARLAMENTO SERBIO APROBO EL ACUERDO PERO LA OTAN SIGUE ATACANDO
La paz que tiene cara de oso ruso

La guerra por Kosovo podría terminar en los próximos días de acuerdo con la composición de la fuerza de pacificación, a decidirse entre la ONU y la OTAN. El rol de Rusia seguirá siendo clave.

Slobodan Milosevic y el enviado ruso Viktor Chernomyrdin se dieron la mano por enésima vez.
En esta oportunidad, el plan de paz aprobado por Yugoslavia cumple todas las exigencias de la OTAN.

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Por Pablo Rodríguez

t.gif (862 bytes) La paz podría llegar “en días, no en semanas”. Luego de aterrizar en Colonia (Alemania), el presidente finlandés y negociador de la ONU en el conflicto entre la OTAN y Yugoslavia, Martti Ahtisaari, dio fe de la información que llegaba desde Belgrado: el Parlamento serbio aprobó el plan de paz propuesto al gobierno yugoslavo por él y el enviado ruso para los Balcanes, Viktor Chernomyrdin. El texto aprobado por los legisladores serbios prevé la entrada en Kosovo de una fuerza internacional de seguridad “con importante participación de la OTAN” luego de “una retirada verificable de todas las fuerzas militares, policiales y paramilitares de Kosovo, de conformidad con el calendario expedito”. Los líderes de la OTAN mostraron mucha cautela ante el anuncio: según ellos, hasta que la retirada no se haga efectiva, no se detendrán los bombardeos, que ayer continuaron pero sin demasiada intensidad.
Muchos diplomáticos dijeron que este plan de paz, a diferencia del aprobado hace una semana por el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, tiene reales posibilidades de funcionar, a juzgar por lo concreto de sus referencias. El documento de 10 puntos prevé “el retiro verificable de Kosovo de todas las fuerzas militares, de policía y paramilitares, según un calendario rápido”, que podría ser de “siete días” para las fuerzas militares y 48 horas para el repliegue de las unidades de defensa antiaérea desde “una zona de seguridad mutua” de 25 kilómetros. En Kosovo se desplegará “una presencia internacional de civiles y de seguridad eficaces que actuará, como podrá ser decidido, en base al capítulo 7 de la Carta de la ONU”. El plan establece igualmente “la instauración de la administración provisional para Kosovo” bajo la cual “el pueblo de Kosovo podrá gozar de una autonomía substancial dentro de la Yugoslavia”.
“Sólo falta el punto sobre la i: la aprobación lo antes posible de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo Chernomyrdin. Sin embargo, existen varios aspectos que pueden trabar las negociaciones. El primero tienen que ver con China, país con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Desde el principio del conflicto y más aún luego del bombardeo “por error” de su embajada en Belgrado ocurrido hace un mes, las autoridades chinas se niegan a aprobar cualquier resolución en el Consejo de Seguridad que no esté precedida de una interrupción de los bombardeos. Pero esto sólo llegará cuando la retirada de las tropas serbias sea efectiva, según los aliados. Esto podría llevar a una situación en la que la paz está lista para ser firmada pero en el marco de más bombardeos, lo que podría desgastar el proceso.
El segundo aspecto que podría detener la salida hacia la paz es la relación de fuerzas interna y externa que enfrentaría el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic. De los 250 legisladores que componen el recinto, 76 representantes del Partido Radical Serbio (SPS) –la segunda fuerza en la coalición oficialista que preside el Partido Socialista local– votaron en contra del plan. El jefe del SPS, el vicepremier serbio Vojislav Seseli, dijo que “un eventual despliegue de las fuerzas del agresor de la OTAN” dejará a su partido “fuera del seno del gobierno”. En el plano externo, la situación para Milosevic también es complicada luego del procesamiento que se inició contra él en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia. Según Ahtisaari, Milosevic no se refirió al tema en las conversaciones.
Y el tercer punto que podría llegar a ser conflictivo es la participación de Rusia dentro de las hipotéticas fuerzas de paz. Una nota al pie del plan de paz dice que “se entiende que la posición de Rusia es que el contingente ruso no estará al mando de la OTAN y su relación con la presencia internacional será gobernada por acuerdos adicionales relevantes”. Esto implicaría que, con dos mandos distintos, Kosovo podríaquedar virtualmente partida en dos zonas de control, algo que negó tajantemente el gobierno británico.
“Es en los detalles donde se encuentran las dificultades”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer. Y los líderes occidentales estuvieron muy reacios a cantar victoria. “Hemos aprendido en una larga experiencia en el trato con el presidente Milosevic y los funcionarios serbios que las cosas verificables, no las palabras seductoras, son la única moneda que vale en este conflicto”, dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, James Rubin. “Nuestra experiencia pasada nos recomienda mantener la prudencia”, declaró por su parte el presidente norteamericano Bill Clinton. El mismo Ahtisaari fue prudente al respecto, señalando la necesidad de que la retirada de las fuerzas serbias de Kosovo se haga efectiva: “Los ingleses tienen un dicho muy bueno: ‘para saber si el budín está bueno, hay que probarlo’”.

 


 

DIA DE CONSULTAS, DECISIONES E INDEFINICIONES EN LA OTAN
Los celulares no pararon de sonar

Página/12 en Alemania
Por Eduardo Febbro Desde Colonia

t.gif (862 bytes) Los teléfonos portátiles fueron la verdadera vedette de la cumbre europea, que reúne desde ayer a los 15 jefes de Estado y de gobierno de los países de la Unión Europea en torno de un vasto programa y una cruda actualidad: el programa es la definición de una política extranjera y de seguridad común y la organización de una política de defensa para el próximo milenio. La actualidad es la guerra en Kosovo y, a menos de 10 días de las elecciones europeas del próximo 13 de junio, la urgencia de convencer a los electores de la Unión de que los países serán capaces se emanciparse de la tutela norteamericana en el campo de la defensa.
El primer día de la cumbre fue un vaivén de presidentes y cancilleres subiendo y bajando escaleras en permanente comunicación con teléfonos portátiles en la mano. Mientras los 15 buscaban un consenso para su futura arquitectura de defensa, en Belgrado, el emisario europeo y presidente de Finlandia Martti Ahtisaari negociaba con el presidente serbio Slobodan Milosevic la plena aceptación del plan presentado por el Grupo de los 8. La situación era tanto más paradójica cuanto que los dirigentes europeos estaban pendientes de esa negociación cuyo motor es Rusia, al tiempo que la mayoría de las fuerzas de la OTAN que bombardean la ex Yugoslavia desde el pasado 24 de marzo son norteamericanas.
A pesar del cauto lenguaje, los dirigentes de la Unión juzgaron rápidamente que la guerra en Kosovo “llegaba a su verdadero fin”. Se trata, dijo en Colonia el ministro francés de Relaciones Exteriores, “de un resultado considerable que confirma los aciertos de la acción diplomática y de la acción militar”. Joschka Fischer, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, observó que en adelante “la clave de la paz estaba en la aplicación exitosa del plan de paz en el terreno”, mientras que el canciller alemán Gerhard Schroeder afirmó que la paz estaba “al alcance de la mano”. Lo cierto es que después de haber esperado al presidente finlandés casi todo el día, los 15 jefes de Estado y de gobierno de la Unión pudieron escuchar el resumen que les hizo Martti Ahtisaari sobre sus conversaciones en Belgrado. Al cabo de ese encuentro, los 15 publicaron un comunicado en el que reconocen que “ahora existe una posibilidad real de llegar a una solución política en Kosovo”, solución cuya “primera etapa es el comienzo del retiro verificado de todas las fuerzas yugoslavas de la región”. Por último, en el mismo texto, la UE recalca la “urgente necesidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución autorizando la creación de la fuerza internacional de seguridad y la instalación de la administración civil provisoria”. La entrevista con el emisario europeo era la única manera de saber si las condiciones aceptadas por Belgrado eran realmente las mismas que las que el G8 había presentado antes. De hecho, hasta el lunes figuraban dos textos “negociables”: el del G8 y otro “arreglado por Moscú” donde, por ejemplo, en primer lugar no estaba claro quién formaría parte de la fuerza internacional y, en segundo, se autorizaba a los serbios a mantener 11.000 soldados en la región.
Corridos más que nunca por la “actualidad de la guerra”, los europeos buscan diseñar una defensa común que, sin alejarlos de la matriz de la OTAN, les deje las manos libres para intervenir en los conflictos. La dificultad radica en que los europeos siguen hablando de “identidad de defensa” pero siempre en el seno de la Alianza Atlántica. En Colonia, los 15 adoptaron una declaración que contiene las bases de esa utópica “Europa de la defensa” en la que se pronuncian a favor de un papel “más afirmado de la UE en la prevención de conflictos y la gestión de las crisis”. Segúnlos europeos, la “Unión debe contar con una capacidad de intervención autónoma (...) y con los medios de reaccionar ante las crisis internacionales sin perjudicar las acciones emprendidas por la OTAN”. La realización de todos estos anhelos pasa por la integración, en el seno de la OTAN, de la única instancia competente en materia de defensa, la UEO, Unión de Europa Occidental. Pero los europeos temen ofender a los norteamericanos forzando esta integración y, a su vez, los norteamericanos no quieren que la UEO se sume a la OTAN. Pese a que los franceses decían “hemos salido de lo declamatorio, estamos avanzado”, la única decisión práctica en materia de defensa autónoma es la transformación del Eurocorps -.cuerpos de ejércitos europeos compuestos por cinco países-. en un “cuerpo de acción rápida”, es decir, en una verdadera fuerza de intervención europea.
La lectura de las diversas declaraciones, el resultado de las cumbres bilaterales y de las grandes reuniones de jefes de Estado dejan en Europa el mismo sabor: los europeos continúan actuando como el niño que quiere ir a comprar el pan solo siempre y cuando su padre lo mire por la ventana.

 


 

Después de los B-52, es el turno de las aves de rapiña

Fabricantes de armas, contrabandistas y especuladores ya han empezado a hacer su agosto con el costo de la devastación.

Tanques del ejército albanés se desplazan hacia la frontera con Kosovo en previsión de choques.
Pese a la aceptación por Milosevic del plan del G-8 se registraron descargas del lado yugoslavo.

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The Guardian de Gran Bretaña
Por Nicholas Watt y Dan Atkinson

t.gif (862 bytes) Los fabricantes de armas lanzaron una campaña en Estados Unidos para persuadir al Pentágono de que compense un inminente déficit de misiles de crucero, reabriendo las líneas de producción en estado letárgico. Mientras el Congreso se prepara para aprobar un paquete de emergencia multimillonario en dólares para sostener la guerra en Yugoslavia, 18 republicanos le advirtieron al secretario de Defensa que la vida de las tropas norteamericanas corría peligro por cada día que se cortaba la producción. Anteayer, el Congreso aprobó un paquete de emergencia de 15.000 millones de dólares, que en su mayor parte irá para costear la guerra de Yugoslavia, mientras que cientos de millones de libras en dinero para la asistencia está yendo a los Balcanes, brindando empleos muy necesitados en países como Albania y Macedonia. Los especuladores también se están beneficiando, ya que los bienes suntuarios que escasean por la guerra se contrabandean a Yugoslavia. Hay demanda de cigarrillos Marlboro, película color de Kodak y cremas para el rostro.
Cuando la guerra termine, un programa de reconstrucción masivo por valor de 32.500 millones de dólares va a brindar pingües ganancias a las empresas de construcción, los ingenieros y las empresas de telecomunicaciones. Gran parte de la infraestructura de Serbia tendrá que ser reconstruida, aunque Belgrado pueda oponerse a que conglomerados occidentales lucren con el trabajito de la OTAN. Los fabricantes de armas generalmente mantienen un bajo perfil y esperan durante un discreto intervalo antes de hacer lobby ante los comandantes militares en tiempo de guerra. Pero en Washington, los lobbistas ya están trabajando. La carta reciente de congresistas instando al secretario de Defensa a que continúe la producción de misiles de crucero circuló entre los miembros del equipo del Congreso gracias al lobbista en jefe de Boeing, de acuerdo con el Washington Post. Michael Matton alentó a su equipo a que instara a su congresista a apoyar la carta, cuyo inventor fue Jim Hansen, un republicano de Utah, donde están las fábricas de Williams International Corp, que fabrica los motores para los misiles de crucero, y Litton Industries Inc., que diseña el sistema de guía.
“Este es un tema extremadamente importante para la Fuerza Aérea, la Marina y Boeing a la luz de los actuales hechos mundiales y el limitado número de misiles que quedan en el inventario,” escribió Manson en la carta al Washington Post. Su carta provocó una respuesta furiosa de Dale Bumpers, un ex senador demócrata que es director del Centro para la Información de Defensa, que critica los gastos militares. “Hay una cierta indecencia en utilizar la guerra como una oportunidad para comenzar una línea de montaje”, dijo
Las acciones de Raytheon Co., que ganó un contrato por 800 millones de dólares para construir una nueva versión del misil de crucero de la Marina, subieron desmesuradamente. Las acciones de Boeing también lo hicieron. Chris Hellman, un importante analista del Centro para la Información de Defensa, dijo que el conflicto de Kosovo alentará al Pentágono a obtener sistemas más sofisticados. Durante toda la operación Fuerza Aliada, las nubes impidieron que los pilotos de la OTAN lanzaran bombas guiadas por láser. La próxima generación de armas, guiada por satélites, no tendrá esos problemas.
Londres es un centro para que los especuladores contrabandeen bienes suntuarios a Yugoslavia usando tan sólo un teléfono celular y una dirección de e-mail. “La clave está en seguir con los bienes suntuarios,” dijo una fuente cercana a la comunidad antisanciones de Londres. “Nadie está interesado en exportar alimentos o café instantáneo o papel higiénicoa Serbia, a no ser cuando empiecen a escasear.” Al comerciar con bienes suntuarios, ya sean bebidas, automóviles caros, ropa o joyas, los que ganan con la guerra tienen una moneda recién hecha que sólo puede aumentar en valor. “Medicina, no la que se utiliza en los hospitales, sino aspirinas, cremas de manos, cosas así, ésas tienen buenos precios ahora,” dijo la fuente. Dicen que hay gran demanda de película de color Kodak. “Quizás le reasegure a la gente que la vida todavía es normal en algunas cosas,” dijo la fuente. A cambio, los especuladores se llevan todos los valores fuertes que puedan quedar en Yugoslavia. Los brillantes, que son muy fáciles de llevar, son una moneda favorita, y el oro y la plata son muy aceptables.
Algunos especuladores preferirían comerciar la vieja moneda misma, esa que está congelada en las cuentas de los bancos occidentales por orden de la Unión Europea. La inmovilización de millones de dólares en valores serbios a través de la Unión Europea ya desató un creciente comercio en “fondos bloqueados”. Los empresarios británicos ofrecen enormes descuentos en el dinero y a los inversores se les dice que los dueños de las acciones están dispuestos a entregar los contenidos de las cuentas congeladas por una modesta porción de su valor real, en moneda fuerte. En los estados de la línea del frente que bordean a Kosovo, el dinero de asistencia –56,7 millones de dólares reunidos solamente por Gran Bretaña– está brindando un modesto impulso para los comerciantes locales ya que las agencias de ayuda compran productos locales para alimentar y cuidar a los refugiados.

Traducción: C. Doyhambéhère.

OPINION


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