Página/12 en Bélgica
Por Eduardo Febbro Desde Bruselas Los líderes occidentales no
escatimaron palabras conmovidas para saludar la triple carambola de la paz que
se jugó ayer entre Nueva York sede de las Naciones Unidas, Bruselas la
sede de la OTAN y Kumanovo (Macedonia), donde la Alianza y los serbios firmaron
anteayer el acuerdo sobre el retiro de las fuerzas yugoslavas de la provincia de Kosovo y
el ingreso de una fuerza internacional. Muy de madrugada, el secretario general de la
OTAN, el español Javier Solana, había dicho que éste es un gran día para la
Alianza y, mucho más importante, un gran día para la causa de la justicia y para el
pueblo de Kosovo. Por la tarde, al mismo tiempo que el presidente yugoslavo Slobodan
Milosevic aparecía en la televisión por primera vez desde el pasado 24 de marzo para
decir que la integridad territorial de Yugoslavia estaba garantizada por
el Grupo de los Ocho y la ONU, Javier Solana anunciaba en Bruselas que había dado
la orden de que se suspendiera la lluvia de bombas que la OTAN viene lanzando desde hace
78 días sobre Yugoslavia.
En su declaración, Solana precisó que el despliegue de la fuerza internacional de paz,
la KFOR, podría empezar a realizarse a partir de este mismo viernes por la tarde. Horas
después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara la resolución sobre Kosovo, el
Consejo del Atlántico del Norte ordenaba formalmente el despliegue de la KFOR, cuyas
primeras unidades, compuestas por franceses e ingleses, ingresarán hoy en la provincia.
El cruce de decisiones militares y políticas entre la OTAN y la ONU se encadenó uno tras
otro luego de que la Alianza Atlántica recibiera en Bruselas la confirmación
de que los serbios respetaban el acuerdo de la víspera y empezaban a retirarse de la
región. La famosa condición de la retirada verificable resultó ser una mera
formalidad que duró pocas horas y cuyo trasfondo ya estaba jugado desde días antes.
Prueba de ello, ayer por la mañana, el presidente francés Jacques Chirac viajó al
puerto francés de Toulon, al sur del país, para despedir a los 120 militares del
escuadrón especializado en el manejo de los tanques Lecrerc que partieron con la misión
de unirse a la fuerza internacional de paz para Kosovo. En total, la contribución
francesa a la KFOR se eleva a unos 7000 hombres.
En horas de la noche, en el curso de una intervención televisada, Chirac trató de
tirano a Milosevic, saludó el fin de la guerra considerando que se trataba de
un día histórico y, tras juzgar que la moral y el derecho triunfaron
contra la fuerza bestial y la barbarie, fijó sin ambigüedad el arma política que
los occidentales emplearían en el futuro para sacarse de encima al presidente yugoslavo.
El mandatario francés aclaró que mientras Yugoslavia no tenga un régimen
democrático, mientras Milosevic siga ahí, no habrá ninguna ayuda internacional.
En lo concreto, si Slobodan Milosevic no se va, la ex Yugoslavia pagará los platos rotos
de la OTAN y los de su hoy vencido presidente. Chirac afirmó que el fin del
conflicto significaba una capitulación sin condiciones. El mandatario
reconoció que era muy difícil explicar por qué el tirano cedió. Según
dijo Chirac, Milosevic apostó seguramente por un apoyo directo o indirecto de
Rusia, que no obtuvo, y también por una división de las democracias con reputación de
débiles. El presidente francés expuso sin embargo dos hipótesis: El
aislamiento de Milosevic en el plano internacional y, en la política interna,
el sistema considerablemente debilitado por los ataques de la OTAN.
El jefe de la diplomacia francesa, Hubert Védrine, marcó una pauta similar cuando
declaró que lo mejor que podría ocurrir para el porvenir de Serbia es que los
acontecimientos actuales produzcan un choque saludable, que los serbios comprendan que sus
legítimos intereses no pueden estar defendidos por métodos como los que empleó el
actual régimen. Este discurso tiende a levantar una frontera entre los métodos
europeos y los de Estados Unidos. Con el cinismo que los caracteriza, los dirigentes y
analistas europeos vienen repitiendo desde hace semanas que la conducción
norteamericana de la guerra fue corregida por las iniciativas de paz europeas, como
dijo Jean Daniel, director del semanario Le Nouvel Observateur. Todo funciona como si,
después de una guerra decidida unilateralmente por Estados Unidos, los líderes del Viejo
Continente asumieran el papel de buenos demócratas que, con medios pacíficos, buscan
deshacerse del tirano.
Los diplomáticos de las distintas delegaciones que componen la OTAN habían ido
desapareciendo de los pasillos de la Alianza con el correr de los días. Desde el lunes
pasado, la OTAN se volvió a poblar de gente e indiscreciones cuya única meta
es reforzar el papel que sus respectivos países jugaron en el desenlace del conflicto.
Los británicos se escudan detrás de su posición, más firme e intransigente que
ninguna otra, y que llevó a Gran Bretaña a ganarse el liderazgo militar en Europa.
Los franceses aducen no sin razón que sus ideas permitieron salir del camino
sin salida en el que había caído la negociación, tanto más cuanto que, agregan, fue
París quien insistió para que se integrara a Rusia en el proceso negociador. Los
alemanes e italianos sostenían que gracias a su influencia se evitó que la OTAN
lanzara una intervención terrestre y se metiera en una aventura peligrosa. Cada uno
reivindica así su parte de una paz cuya posibilidad nadie vio antes de que se lanzara la
guerra.
El porqué de Kosovo en 7 claves |
Por Alfredo Grieco y
Bavio 1-¿Qué es Kosovo?
Kosovo es una provincia de la República de Serbia, que junto con la República de
Montenegro forma la República Federativa de Yugoslavia. De los dos millones de habitantes
de la provincia, el 90 por ciento eran étnica y lingüísticamente albaneses, y
musulmanes de religión. Un ocho por ciento eran serbios, de religión cristiana ortodoxa
y lengua serbia.
2-¿Cuál fue el origen del conflicto?
En 1989, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic quitó a Kosovo la autonomía que
gozaba en el interior de Serbia. Suprimió las autoridades locales y la enseñanza en
albanés. Después de la división de la Yugoslavia socialista de Tito, ubicó en Kosovo a
serbios de Eslovenia, Croacia y Bosnia que ayer iniciaron el éxodo de Kosovo.
El establecimiento del supremacismo étnico serbio fue seguido de la depuración étnica
de los albaneses.
3-¿Por qué inició la OTAN la Ofensiva Fuerza Aliada hace 80 días?
Desde febrero de 1998 creció la represión serbia en Kosovo. En las reuniones entre
serbios y albano-kosovares de Rambouillet y París de febrero y marzo de 1999
organizadas por el Grupo de Contacto para la ex Yugoslavia, la delegación
serbia no aceptó ningún acuerdo que significara la presencia de tropas internacionales
en territorio yugoslavo como garantes del fin de lo que el secretario general de la ONU,
Kofi Annan, llamó el genocidio de los albaneses étnicos de la provincia de
Kosovo.
4-¿Era legal la Ofensiva?
La OTAN bombardeó desde el aire durante 78 días un país soberano, Yugoslavia, sin
autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. Los juristas de la OTAN se fundaron en
el corpus existente de resoluciones del Consejo que amenazan al gobierno de Belgrado
(capital de Yugoslavia y de Serbia) con el uso de la fuerza para impedir una
catástrofe humanitaria.
5-¿Qué resultados tuvo la Ofensiva en Kosovo?
Con la Ofensiva de la OTAN, más de un millón de kosovares fueron obligados a huir y
encontraron refugio en los países vecinos: Albania y Macedonia. También en Montenegro y
en la franja musulmana de Serbia. En cantidades simbólicas, fueron recibidos por
potencias occidentales.
6-¿Por qué se suspendió la Ofensiva?
Representantes de la OTAN y del ejército yugoslavo firmaron el miércoles un acuerdo
técnico-militar que prevé la retirada de los efectivos serbios (incluidos los temibles
parapoliciales) de la provincia y el ingreso de una fuerza internacional con predominio de
la OTAN y cadena de mandos unificada. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ese plan.
7-¿Cuál es el futuro inmediato de Kosovo y de Yugoslavia?
La provincia de Kosovo será ocupada, pero nominalmente seguirá bajo soberanía
yugoslava. Se establecerá una autoridad civil protegida por la ONU, y se procurará
forzar el regreso de los refugiados. El primer problema interno que Milosevic debe
enfrentar en los próximos días es la desintegración de un gobierno formado por los
socialistas, la Izquierda Unida y los ultranacionalistas radicales. El líder de los
últimos, Vojislav Seseli, anunció ayer su retiro de la coalición porque considera el
arreglo con la OTAN una capitulación imperdonable. |
BALANCE DEL PRESIDENTE TRAS LA VOTACION EN LA
ONU
Clinton perdió sólo dos vidas
Página/12 en EE.UU.
Por Mónica Flores Correa Desde Nueva York
El
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas adoptó ayer una resolución autorizando el
despliegue de fuerzas militares y civiles internaciona- les en la provincia de Kosovo, con
una participación sustancial de la OTAN bajo un mando único atlantista. La votación fue
14 a 0, con la sola abstención de China.
La decisión del Consejo era la clave que faltaba para bendecir la forma adoptada por
Washington para ponerle un punto final a los bombardeos.
Después de once semanas de bombardeo continuo, la OTAN suspendió su campaña aérea al
tiempo que comenzaba el retiro de las tropas serbias de la provincia yugoslava, según lo
convenido en el acuerdo de paz que intenta poner fin al conflicto en los Balcanes.
Bill Clinton enfatizó la necesidad de terminar el trabajo y construir la paz.
Dijo que la OTAN ha demostrado que está más fuerte y unida que nunca
después de 78 días de bombardeo.
El presidente también felicitó a los fuerzas norteamericanas, que perdieron dos
efectivos en un ejercicio de entrenamiento, por haberse desempeñado
magníficamente, arriesgando sus vidas.
Las tropas británicas, seguidas por las francesas, liderarán mañana la entrada de las
fuerzas atlantistas y de los peacekeepers en Kosovo para asegurar el retorno
de cientos de miles de refugiados albano-kosovares. La fuerza de intervención estará
integrada por 45.000 efectivos y otros 10.000 de refuerzo quedarán asentados en Macedonia
y Albania.
La resolución del Consejo de Seguridad establece que las Naciones Unidas deberán crear
una administración civil que siente las bases de un futuro gobierno autónomo para la
provincia y también puntualiza que la fuerza de paz internacional deberá comenzar la
tarea de reconstrucción de la devastada provincia. También autoriza a la OTAN a que use
todos los medios necesarios para proteger el regreso de los 850.000
refugiados, expulsados de su territorio desde marzo por el gobierno de Slobodan Milosevic.
De acuerdo con las ordenes de la OTAN, las tropas yugoslavas tienen once días para
abandonar completamente Kosovo.
El acuerdo de paz indica que un número limitado de efectivos militares serbios podrá
retornar posteriormente a Kosovo para patrullar las fronteras y vigilar los sitios
históricos.
El Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) dijo en un comunicado que
cooperará con las fuerzas de OTAN y ONU pero advirtió que no depondrá las
armas, argumentando que las necesita para autodefensa y para proteger a la
población civil de Kosovo.
El general Michael Jackson, comandante británico de la OTAN, dijo que no se tolerarán
actos de violencia de ninguna facción. Nos ocuparemos directa y firmemente de
aquellos que hagan actos de violencia o que no cumplan con lo establecido, cualquiera sea
el lado del que vengan, afirmó.
Jackson señaló que la vuelta a algo que se parezca a la normalidad tomará
tiempo.
La tarea de acompañar a los kosovares a su territorio se verá complicada con la
presencia de una serie de riesgos, entre ellos campos minados, puentes con explosivos y
pueblos destruidos por el fuego.
La crisis de Kosovo, que tenía una población de 2.1 millones de personas antes de la
guerra, comenzó en febrero de 1988, cuando Milosevic reprimió a los rebeldes del ELK y
trascendió que una serie de atrocidades habían sido cometidas por las fuerzas serbias.
El bombardeo de la OTAN comenzó el 24 de marzo pasado al negarse Milosevic a firmar un
acuerdo de paz que se había negociado en Francia.
Los norteamericanos dedicaban anoche tanto esfuerzo en comentar los mensajes de Clinton y
Jackson como el discurso televisado de Milosevic, quien dijo que las fuerzas yugoslavas
habían vencido a la OTAN y que su gobierno había logrado mantener la
integridad de la nación. (ver másinformación en la página 4).
Lo que más los impresionaba era la diferencia en la cifra de bajas fatales. Milosevic
habló de 576 muertos. La OTAN estimó el número de muertos en más de cinco mil.
OPINION
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