El País de Madrid
Por Pilar Lozano Desde Bogotá La guerra escala en Colombia,
pese a los esfuerzos de paz del presidente Andrés Pastrana. Al menos 90 personas, entre
soldados civiles y guerrilleros, murieron en cruentos combates en Puerto Libertador, entre
las provincias de Antioquia y Córdoba, al norte del país. Los enfrentamientos, que
comenzaron el domingo, fueron inicialmente entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) y las autodefensas (paramilitares cercanos a las FF.AA.). Dentro de este
cuadro, el comandante del Ejército, general Jorge Mora, denunció que las FARC pretenden
recuperar el control de la estratégica zona bananera del Urabá, en la frontera noroeste
con Panamá. Este grupo pretende reinstalarse en Urabá, de donde fue expulsado hace
varios años dijo el general Mora. Eso explica por qué los guerrilleros han
incursionado en las últimas semanas en el departamento de Córdoba, donde hay un corredor
que comunica con Urabá.
La situación explicó el gobernador de Antioquia obligó al Ejército a
actuar y tratar de recuperar el control de la zona. El martes, y dentro de este
operativo, el Ejército trasladó a 44 soldados a un punto a orillas del río San Jorge,
muy cerca de Puerto Libertador. Cuando los soldados del segundo grupo acababan de bajar
del helicóptero, fueron emboscados por tres frentes de las FARC unos 200
hombres, que estaban al otro lado del río. Fue una lucha desigual dijo
el general Néstor Ramírez, segundo comandante del Ejército. Y reconoció que pudo
tratarse de un error táctico porque el traslado de tropa requiere un apoyo
aéreo y no se hizo así. Los combates, contó el general a la prensa, duraron 18 horas.
El primer parte de víctimas en las filas del Ejército fue de 35; en la guerrilla de 30,
además de cinco civiles, pero esas cifras subieron ayer. El general habló también de
seis heridos y seis desaparecidos. Mora, por su parte, dijo el Ejército, apoya el
plan de paz del presidente Pastrana, pero debe cumplir con su deber constitucional de
combatir a todos los grupos al margen de la ley, por fuera de la zona de distensión (de
los 42.000 kilómetros cuadrados de las selvas del sur de Colombia, donde se celebra el
diálogo).
La guerra empezó el domingo. En la madrugada, las FARC trataron de conquistar Tierralta.
Los miembros de las autodefensas, al anotar la presencia de los guerrilleros,
iniciaron una contraofensiva para desalojarlos contó un habitante. Unos 700 hombres
de las FARC participaron en la misión. El plan incluía la toma, por el asalto, de varias
poblaciones. Como siempre ocurre, la población quedó en medio del fuego. Me
trasladé a Caucasia (Antioquia), porque todos estábamos muy asustados. Hasta aquí se
escucha el ruido de los cañones dijo el alcalde de Puerto Libertador, que huyó el
martes.
La zona escenario de los combates alrededor del nudo de Paramillo es considerada cuna y
santuario de las autodefensas de Córdoba y Urabá, el más sanguinario de los grupos
paramilitares del país.
OPINION
|