Por Raúl Kollmann La Secretaría de
Informaciones del Estado (SIDE) puso el grito en el cielo: mediante la disposición Nº
6098 de la Dirección Nacional de Migraciones, que depende del Ministerio del Interior, se
le quitó a esa dependencia de espionaje civil la facultad de aprobar la entrada al país
de ciudadanos oriundos de países de Medio Oriente. Hasta ahora, la SIDE investigaba y
daba su visto bueno a cualquier solicitud de visa presentada en los países árabes: esa
tarea queda, después de la disposición de la semana pasada, en manos de cada cónsul, es
decir de la Cancillería. Va a entrar a la Argentina Bin Laden -.el famoso
terrorista internacional y nadie se va a dar cuenta, trinan en el edificio de
la secretaría.
El durísimo enfrentamiento entre el ministro del Interior, Carlos Corach, y el jefe de
los espías, Hugo Anzorreguy, viene desde hace rato .compiten ferozmente por las
cuestiones de seguridad, pero esta vez se tradujo en una política concreta respecto
de la delicada cuestión del terrorismo.
Cuando algún ciudadano de un país del Medio Oriente pedía una visa, nosotros lo
chequeábamos en la base de datos, incluyendo los muchos alias que tienen hoy en día los
terroristas y que circulan entre los servicios de informaciones de los distintos países.
Los de Migraciones ya han demostrado que no pueden parar a nadie, que no pueden decir si
alguien entró o salió del país y, además, no tienen información para evaluar a esa
gente que pide visa, sostienen en la SIDE.
A partir de la semana pasada, cuando un oriundo de Medio Oriente pide una visa, el cónsul
del país correspondiente gira la solicitud a Buenos Aires donde únicamente es evaluada
por la oficina de informes de la Policía Federal. Un alto oficial de la Unidad
Antiterrorista le dijo a este diario que esa dependencia va a ser ajena al trámite. Desde
el Departamento Central de la Federal se le reenviará al cónsul un formulario en el que
dirá si la persona tiene o no antecedentes en la Argentina y el cónsul es el que hará
la evaluación final.
En la SIDE están furiosos por partida doble. Apuntan a la Cancillería, que aceptó la
resolución 6098 sin chistar y que de última tendrá que hacerse cargo de la
responsabilidad en el caso de que alguno de los llegados de Medio Oriente participe de un
hecho terrorista. Según parece, la Cancillería está interesada en recortar el poder de
la SIDE en el exterior, ya que no les gustan los agentes que merodean las embajadas. La
otra furia de la SIDE está destinada como es habitual al Ministerio del
Interior: Quieren tomar en sus manos las cuestiones de inteligencia y terrorismo,
sin tener ni los contactos con los servicios extranjeros ni las bases de datos que tenemos
nosotros. La conclusión de esta maniobra que hicieron con la 6098 es que se pierde todo
control de quien entra al país, dicen irritados en la central de espías.
Lo cierto es que, hasta el momento, los terroristas que vinieron a realizar los atentados
contra la Embajada de Israel y la AMIA no tuvieron dificultades para llegar hasta sus
objetivos. Se presume que entraron por la zona de la Triple Frontera supuestamente
está controlada por Migraciones, pero ya se ha demostrado que es un colador. O sea
que, en su momento, ni Migraciones, la principal responsable de los ingresos al país, y
en menor medida la SIDE, pudieron prevenir que llegaran los terroristas que perpetraron
los ataques.
El gran peligro es que ahora, por una cuestión de internas entre Interior, la
Cancillería y la SIDE, todavía se debiliten más los escasos controles existentes.
Alguien .-o bien la Unidad Antiterrorista o bien la SIDE.- tiene que poner un ojo en los
que llegan desde los países que participan del conflicto de Medio Oriente. En este caso,
por una puja en el Poder Ejecutivo, se está jugando con fuego.
OPINION
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