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CRITICAS A LA PROPUESTA DE INTEGRAR
CUSTODIOS PRIVADOS A LA SEGURIDAD PUBLICA
Una colaboración contra natura

Con su propuesta de sumar la seguridad privada a la prevención del delito, Arslanian cosechó dudas y rechazos. Para algunos es una “cortina de humo electoralista”. Para otros, un paliativo que no terminará con la inseguridad.

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Arslanian propuso que los vigiladores privados actúen en las cercanías de los lugares que custodian.Se ampara en la ley de seguridad privada, que establece la cooperación entre las agencias y la policía.

Por Horacio Cecchi

t.gif (862 bytes) Por el momento, la propuesta de sumar a los vigiladores privados como colaboradores directos de la Bonaerense, lanzada por el ministro de Seguridad y Justicia León Arslanian, sumó más críticas que aprobaciones. Penalistas, jueces, legisladores, políticos y los propios representantes de las agencias de seguridad mostraron muchas dudas respecto a la forma de cooperación que intenta instalar el ministro. Para el legislador aliancista Eugenio Zaffaroni, “sólo es una cortina de humo electoralista”. El abogado Ricardo Monner Sans dijo que “intenta sacar del eje de la polémica a Patti”. Para el diputado bonaerense frepasista Alejandro Mosquera, “la propuesta es un verdadero desatino”. Desde CAESI, una de las cámaras que nuclean a las agencias privadas, aseguraron que con Arslanian sólo se reunieron para “mejorar los sistemas de comunicación”. Lo curioso fue que CAESBA, la cámara que agrupa a la mayor parte de las agencias bonaerenses, fue la única en mostrar su acuerdo, pero en ningún momento fue convocada por el ministro.
“No veo mal lo que propone el ministro, pero hay que tener mucho cuidado porque podría haber excesos”, dijo a Página/12 el camarista platense Eduardo Hortel. “No es nada nuevo. En realidad, no es más que otro paliativo que va a servir durante diez días porque no va al fondo de las causas del delito: la pobreza, la desocupación y la subocupación, y las cárceles escuelas de delincuentes.”
El martes, Arslanian hizo pública su intención de reglamentar la ley 12.297 de Seguridad Privada, proponiendo que las agencias de seguridad privada se integren a las tareas de prevención de la policía. En unos 30 días, habrá un plan piloto en San Isidro, el distrito con mayor índice de vigilantes privados por habitante. Según dijo el ministro a Página/12, “la idea es aprovechar los recursos de la seguridad privada” (ver aparte). Su proyecto surgió una semana después de haber emprendido una polémica con el intendente de Escobar, Luis Patti, quien había anunciado su intención de formar “piquetes de civiles armados si el ministerio no soluciona el problema de la seguridad”.
“Que no quiera inventar la pólvora ni el embudo”, opinó Eugenio Zaffaroni, titular del Departamento de Derecho Penal de la UBA. “Lo que hizo Arslanian es fabricar una nube de humo. La facultad de intervenir y evitar un delito existe desde principios de siglo en el Código Penal. Cualquier ciudadano está habilitado para actuar en defensa de terceros. Más bien parece una respuesta electoralista a Luis Patti.”
Según el abogado constitucionalista Ricardo Monner Sans, la propuesta de Arslanian “es un intermezzo entre la tesis de Patti y lo que el ministro decía antes: que la fuerza estatal es la única legitimada como poder de policía. Es de una improvisación total y lleva a pensar que sólo es una respuesta electoralista para sacar al intendente de Escobar del eje de la discusión”.
Algunos respondieron sin recortar adjetivos: “Esto es un verdadero desatino”, cuestionó Alejandro Mosquera (Frepaso), presidente de la Cámara de Diputados bonaerense. “Votamos la ley de seguridad privada porque no existía ningún control sobre las agencias, que en su mayor parte estaban en manos de la Maldita Policía. Es un desatino tratar de incorporar la seguridad privada cuando todavía ninguna agencia se adecuó a la ley. Hasta ahora no se hizo ningún control que marca la ley, no existe ningún registro informatizado, ni siquiera se compraron las computadoras”, dijo.
El sector político de la oposición no se mantuvo al margen. Un Fernando de la Rúa cauto remitió a las declaraciones de Melchor Posse, quien “como intendente de San Isidro” consideró la propuesta como “una maniobra electoralista que no traerá beneficios sino perjuicios”. “En esta incorporación que propone Arslanian hay policías mezclados con ex policías, militares y civiles que, armados, pueden generar una guerra de todos contra todos”. Las mismas agencias de seguridad mostraron reparos. Carlos Oliveira, presidente de CAESI, aseguró que “para nosotros, la seguridad es un negocio, y la seguridad pública es un poder indelegable del Estado”. En Caesi sostienen que con el ministro sólo se reunieron para “mejorar el sistema de comunicación entre vigiladores y policía, pero nunca se habló de cooperar en un procedimiento”. Reconocieron además que “la mayor parte de los vigiladores no están capacitados para usar armas” y que buena parte del problema reside en los seguros: “¿Quién se hace cargo si muere el vigilador en apoyo de la policía? Y si muere otra persona, ¿quién es el responsable?”.
El proyecto de Arslanian no sólo sumó críticas. “Estamos de acuerdo, desde hace meses venimos insistiendo ante el ministerio para que se reglamente la norma”, sostuvo Julio Soto Castello, secretario de la Cámara de Empresas de Seguridad de Buenos Aires. “No creemos que la provincia se convierta en un far west, como dicen, porque la ley prohíbe a los custodios portar armas en lugares de acceso libre al público”, opinó el empresario. Y luego elevó su queja: “Nosotros representamos a 417 de las 715 empresas habilitadas en la provincia. Pero el ministro se olvidó de convocarnos”.

 


 

ARSLANIAN QUIERE APROVECHAR RECURSOS DE LA SEGURIDAD PRIVADA
“El control sigue en poder del Estado”

Por Eduardo Videla

t.gif (862 bytes) “La seguridad pública y la seguridad privada son la misma cosa. Pero la regulación y el control son facultades indiscutibles del Estado”, dijo a Página/12 el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, León Arslanian. El funcionario defendió su propuesta para integrar a los vigiladores privados a la prevención del delito, y confirmó que “en treinta días” comenzará en el municipio de San Isidro una experiencia piloto con el personal de las 132 agencias de vigilancia que funcionan en ese distrito. “La idea es aprovechar los recursos de la seguridad privada. Es mucha plata la que se gasta allí y muy poco el provecho que se obtiene de ella por la modalidad en que se presta el servicio”, argumentó.
La propuesta anunciada por Arslanian consiste en que los custodios privados cooperen con la policía. “Primero, a través de un adecuado sistema de comunicación con la comisaría, para notificar si detectaron algún ilícito. Segundo, extendiendo su función a las adyacencias del lugar que custodian”, explicó el ministro. “La idea –graficó– es que un custodio, en vez de estar parado en una esquina, encerrado en su garita, camine por las calles, dé vuelta a la manzana, vigile la vereda de enfrente, y actúe si una persona es asaltada cerca de él”.
–¿El Estado no pierde el monopolio de la fuerza pública?
–No, porque la función de superintendencia sigue en poder del Estado. La seguridad privada no tiene las mismas facultades que la policía. Puede usar la fuerza sólo cuando tiene que defender a un tercero o aprehender a quien está cometiendo un delito.
–¿Se obligará a un custodio a actuar si detecta un delito fuera del lugar que vigila?
–A un particular, la ley le admite detener a alguien si está cometiendo un delito, o actuar en legítima defensa de terceros, si alguien está dañando a otro. Con más razón puede hacerlo un agente privado. La propia ley dice que la seguridad privada deberá prestar colaboración a requerimiento de las fuerzas de seguridad pública.
–Esto genera desconfianza en la gente, que teme posibles excesos de los vigilantes privados.
–Una manera de tener un control sobre los custodios es ponerlos bajo la órbita de la policía pública. No pensamos que puedan equipararse a la policía del Estado, pero creemos que hay una potencia aprovechable en un nivel de complementación.
–Un particular puede defender a un tercero, si quiere. ¿El custodio estará obligado a hacerlo?
–Vamos a establecer la obligación de que lo haga dentro del marco que acabo de explicar. No pueden iniciar una persecución. Sólo pueden hacer lo que yo le describí.
–¿Pueden o deben hacerlo?
–Lo deben hacer porque la ley se lo impone. La forma se discutirá en la reglamentación.
–Los empresarios se oponen porque se supone que a ellos le pagan para custodiar una propiedad y no para patrullar los alrededores.
–Tenemos que verlo desde el punto de vista de la mejora de la prestación para el que contrata el servicio. No es lo mismo estar en una garita o dentro de una fábrica que desplegar una actividad mayor. Esto mejora mucho la prestación del servicio. En cuanto a las cámaras, se mostraron totalmente de acuerdo en general y lo estamos consensuando en particular.
–¿Los custodios está preparados para manejar responsablemente un arma?
–El programa tiene un aspecto de capacitación intensivo del personal. –¿Por qué no se esperó entonces que el personal esté capacitado?
–Es muy razonable. Por eso estamos encarando una experiencia piloto sólo en San Isidro, con el personal habilitado y sin antecedentes.
–Su idea parece una respuesta a iniciativa de Patti de armar piquetes armados.
–Puedo demostrar que esto no es así remitiéndome a la ley, aprobada en abril, y al testimonio de las cámaras, que han hablado conmigo de esto durante mucho tiempo. No lo estamos improvisando ahora.
–Si los piquetes de Patti actuaran en defensa de terceros ¿serían legales?
–Esos piquetes no estarían bajo el control de nadie, no cumplirían ningún requisito, no tendrían control psicofísico y de aptitud. Estarían fuera de la ley.

OPINION

 

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